Al iniciar el juego estarás provisto con 4 soldados novatos de distintas nacionalidades, pero con el tiempo y un poco de suerte, recibirán la más alta condecoración. Podrás personalizarlos con nombre, estilo y color de cabello y fisionomía, pero no mucho más. Cuando ganan experiencia en combate suben de rango y dejan de ser novatos para especializarse en una de las 4 clases disponibles, y conforme ganan experiencia es factible elegir sus habilidades únicas especiales y dedicarlos a una tarea en específico. Posteriormente, podrás llevar hasta 6 soldados al campo de batalla.

Las clases son: Assault, Heavy, Sniper y Support. Cada vez que suben un rango elegirás una de 2 habilidades disponibles, lo que afectará su desempeño y posibilidad de sobrevivencia en el campo de batalla. El Assault podrá desplazarse grandes distancias y atacar en el mismo turno; el Heavy puede dar fuego de cobertura para limitar el movimiento del enemigo; el Sniper hará su magia a grandes distancias mientras el Support mantendrá con vida a sus compañeros. Estas habilidades deberán elegirse con cuidado y conciencia ya que no pueden modificarse más tarde.

Un fuerte elemento de XCOM es la toma de decisiones. Si algo sale mal, habrá sido tu culpa y tendrás que lidiar con eso el resto del juego. Aquí quiero presentarte a Erin O'Brien, una mujer irlandesa que lleva la insignia de coronel; sus compañeros la apodaron "Wolverine"; usa una escopeta láser y viste la única y más poderosa armadura del escuadrón; es la última en avanzar porque es la primera en entrar en combate después de que sus compañeros toman sus posiciones. Toda la estrategia está centrada en ella, de modo que el equipo se posiciona para darle cobertura y apoyo aliado en cualquier momento, y gracias a sus habilidades avanza agresivamente, ya que puede tener una acción extra si se acercan demasiado. Es ella quien caza a los adversarios más temibles. Finalmente, si en algún momento del juego el resto del equipo no le da el apoyo adecuado, podría morir y sería un golpe tremendo a nivel estratégico y emocional, además de que no hay forma de traerla de vuelta... Sería una fotografía más en la pared donde se recuerda a los caídos en combate. (¿Notaste con cuánto detalle la describí?)

El multiplayer de XCOM es lo más cercano a una especie de ajedrez, lo interesante de este modo es que podrás usar las fuerzas alienígenas en tu escuadrón; cada personaje que decidas crear estará categorizado por un puntaje a partir de su poder. Esto hace que las partidas se dividan en categorías; en la más baja el límite serán 20mil puntos, suficiente para tener un escuadrón de novatos, mientras que en las más altas tus soldados podrán ser veteranos y las más temibles unidades alienígenas.

Uno de los defectos de XCOM son las animaciones en las secuencias de combate; sucede que en ocasiones, el soldado no apunta al enemigo y termina disparando por la espalda, muy gracioso, si tu sentido del humor del momento lo permite. También hay inconsistencias en la cámara cuando se trata de mapas con diferentes niveles de altura que te pueden provocar dolor de cabeza, ya que las secciones que deberían desvanecerse para permitir la vista del mapa simplemente no lo hacen y al ordenar el movimiento de tu unidad, esta quizá tome otra dirección.

En el aspecto gráfico, XCOM no destaca por ser de los mejores, pero no lo necesita gracias a su dirección de arte que consigue presentar mapas y personajes con estilo de historietas cómicas de los años 50 sin verse ridículos.

Al final del día, XCOM no decepciona; Firaxis Games logró traer una franquicia de culto a la actual generación sin destruirla. Es un juego sumamente adictivo que requerirá que lo juegues más de una vez, ya que todos los enfrentamientos son generados de forma aleatoria para asegurar que tu experiencia sea diferente cada vez. La combinación entre estrategia y juego de dados en el combate es sin duda la carta fuerte de este título, sin mencionar el apego emocional que tendrás con tus soldados y los funerales imaginarios que llevarás acabo. Sumamente recomendado, juégalo.