Si dejamos de lado esos detalles, el enfoque cinematográfico permanece tan épico como el original; los encuadres, las secuencias en cámara lenta, la musicalización y las actuaciones de voz, aunque exageradas, encajan perfectamente, no le piden nada a ningún juego de hoy, es más, superan a muchos exponentes actuales del género de acción con todo y los múltiples recursos contemporáneos.

En términos de controles, casi no tuvimos problema. Si acaso nos hizo un poco de ruido la forma un tanto caprichosa en la que el sistema reconoce la adherencia del personaje a los muros o su orientación frente a objetos interactivos. No es raro que en vez de abrir un casillero terminemos recargándonos en él, que en vez de asomarnos discretamente por una esquina, acabemos separándonos por completo de la pared develando nuestra posición o que tengamos que perfilarnos casi con precisión milimétrica frente a un interruptor o escalera para que el botón de acción haga su tarea. Pero esto no puede achacársele por completo al PS Vita, más bien se debe al diseño original del esquema de mandos y de hecho, en vez de usar los sticks para asomarnos por las esquinas, podemos hacerlo deslizando el pulgar por encima de la pantalla.

Y a propósito de las cualidades táctiles del sistema y la forma como MGS HD Collection las explota, podemos decir que lo más destacado es la nueva capacidad de seleccionar rápida y fácilmente los artículos de nuestro inventario en cualquier momento con los pulgares izquierdo y derecho. Basta con presionar alguno de los dos lados para desplegar una serie de categorías de navegación intuitiva y eficaz. La otra función que se antoja orgánica es activar el sonar con el panel posterior (acuchillar también puede hacerse por este medio, pero es tan sensible, que optamos por la forma tradicional con botón). Todo lo demás, como interrogar o pararse de puntitas con el touch pad o deslizarse por una orilla con la pantalla táctil puede hacerse igual de bien o hasta mejor en la forma tradicional.

Una “cualidad” exclusiva de Vita que nos pareció francamente extraña –por no decir un tanto inútil– fue que durante los cortes cinematográficos era posible hacer un tembloroso acercamiento a cualquier parte del encuadre sólo con tocar la pantalla. Tal vez esto se introdujo con el fin de apreciar a detalle las mejoras gráficas, pero en última instancia se antoja como un elemento forzado.

En síntesis, Metal Gear Solid HD Collection para Vita es una experiencia muy completa –mínimo 60 horas entre ambas campañas– que solamente por la categoría y reputación de sus componentes valdría muchísimo la pena, pero si a eso agregamos la remasterización, la inclusión de modalidades extra de juego y los oportunos toques de innovación que aporta la plataforma, tenemos un paquete absolutamente obligado para cualquiera que tenga un Vita o se diga fan de la franquicia. Existen algunos caprichos de control propios del diseño del juego y francamente es inexplicable que no se haya contemplado Peace Walker en un compendio clasificado como colección, pero nada de esto arruina la experiencia en lo absoluto.