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Aunque los mundos de Anarchy Reigns son muy pequeños, al grado de hacernos sentir enjaulados, los diversos y esporádicos elementos dinámicos que suceden en ellos son uno de sus puntos más interesantes y entretenidos. Dicho de otra forma, no sólo habrá que inquietarnos por los interminables enemigos que aparecen en todo momento, también nos enfrentaremos a bombardeos aéreos, tormentas eléctricas, gases venenosos, camiones fuera de control y agujeros de gusano -entre otros elementos- que nos obligarán a mantenernos alerta.
A grandes rasgos, ese es el mundo de las campañas, pero en donde realmente te enfocarás es en el apartado multijugador. En él encontrarás más de 10 modalidades, 8 escenarios y 16 personajes totalmente diferentes (entre protagonistas, viejos conocidos de MadWorld y caras totalmente nuevas). Una vez que te sumerges en él te percatas de que la historia poco relevante de las campañas y todos sus agregados son una especie de introducción al amplio repertorio de combatientes, habilidades, combos y equipo que tenemos a nuestra disposición; de alguna forma, fue una especie de enorme tutorial mucho mejor del que viene incluido.
El objetivo de la mayoría de las modalidades es enfrentar a otros jugadores del mundo para probar quién es el mejor peleador; algunas son muy simples como el combate por equipos de 4 contra 4 y el de 2 contra 2; otras hacen la experiencia más personal al ofrecer duelos 1 a 1; y para que no todo se limite a golpear, están las modalidades Captura la Bandera y Death Ball (una especie de partido de futbol americano).
Hay que agregar que la mayoría de las modalidades sufren en los mismos elementos interactivos de las campañas, de manera que no sólo hay que cuidarse de otros jugadores, pues, además de todos los factores mencionados, de vez en cuando aparecen enemigos de la historia (controlados por la Inteligencia Artificial) para complicar las cosas.
En general, el multijugador es bueno, pero hay fallas que debemos señalar. Por ejemplo, a la hora de buscar un modo en específico, los servidores tardaron mucho en encontrar partidas y en ocasiones se perdía la conexión con el anfitrión, lo que resultó muy molesto, pues podían pasar 10 o 15 minutos entre una partida y otra, y por si fuera poco, la mayor parte del tiempo el matchmaking resultó un verdadero desastre, ya que colocaba a jugadores de niveles muy bajos contra jugadores que prácticamente dominaban el juego. Esto, además de representar un desbalance por la injusta ventaja para los veteranos, quienes apenas inician en Anarchy Reigns terminan con una terrible experiencia de juego, lo que lleva a que abandonen la partida y el título, una verdadera lástima, pues nos encontramos ante un multijugador sólido que por estos detalles no tendrá oportunidad con nuevos usuarios.
El apartado gráfico de Anarchy Reigns no es algo fuera de lo común, pero tampoco es decepcionante; el único pero que podríamos ponerle se enfoca en los rostros de los personajes, que podrían haber sido refinados, sin embargo, se compensa con la personalidad y apariencia única de cada uno. En cuanto a música, escucharemos hip-hop y uno que otro rap, lo que encaja perfectamente si tomamos en cuenta que las peleas son de apariencia callejera, y en ocasiones pareciera que el ritmo de las piezas va en sintonía con los golpes bien colocados.
Anarchy Reigns no brilla precisamente por su campaña y tampoco podemos decir con exactitud que es uno de los mejores productos de Platinum Games, pero en materia de multijugador, resalta considerablemente y con algunos refinamientos puede convertirse en una experiencia aún más disfrutable. Para ser el sucesor espiritual de MadWorld, el juego no se queda corto, pero definitivamente pudo haber sido mucho mejor.
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