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Hablar de SSX, es hablar de combos. Acumular suficientes acrobacias nos permite entrar en modalidad Tricky, lo que significa que esos mismos trucos ahora serán doblemente espectaculares y valdrán más. Pero si lo anterior es insuficiente y se continúa la cadena de suertes en el aire sin sobresaltos, entonces se activa el modo Super Tricky; un poema a la exageración y lo estrafalario, pero también a la arcadia; todo aderezado con un vistoso efecto dorado, donde los trucos simple y sencillamente rayan en la esfera de la anti-gravedad. Desde nuestra perspectiva, lo mejor de SSX es la combinación de velocidad, saltos y acrobacias sin sentido, y aquí EA Canadá tiene un gran acierto.
Es así como llegamos a Explore y Global Events, ambas modalidades apoyadas por la RiderNet, una red similar al Autolog donde nos enteramos de lo que está pasando dentro del mundo online de SSX, minuto a minuto.
Explore es un frente competitivo con amigos, en el cual se tiene acceso a todas las cumbres del título y se implantan marcas identificadas con medallas para que nuestros contactos intenten batirlas. Lo curioso del asunto es que no es necesario estar presente para defender el récord. Una vez hecho el recorrido, se genera un holograma que nos representa cada vez que aparece un retador y lo mismo aplica para Global Events. La diferencia es que en este último modo nos medimos con oponentes de todo el mundo y existen desafíos creativos, marcados por ciertos ajustes, como no permitir traje aéreo, jugar sólo con personajes de cierto nivel o bloquear la regresión en el tiempo. Asimismo, en Global Events, numerosas competencias demandan pagar con puntos para participar, lo que como es lógico, supone una apuesta colectiva y sólo están disponibles por tiempo limitado, motivando al usuario a permanecer atento para participar o conocer eventos prometedores. Quedar en los primeros lugares implica llevarse más del pozo acumulado y entre más jugadores participen en un determinado evento, el botín será más jugoso.
La verdad es que toda esta estructura está muy bien pensada y se traduce en un valor de rejugabilidad extenso, si así se quiere. El único GRAN problema es que, por más creativo que sea el recurso del holograma o ghost, no hay algo que sustituya a la ya clásica competencia frente a frente con amigos y en SSX no hay forma en la que podamos aparecer en una misma carrera de manera intencional con nuestros amigos para medir nuestros talentos simultáneamente. Lo anterior es una verdadera lástima y supone un crimen para los puristas de los títulos de snowboard, definitivamente acostumbrados a jugar con amigos.
En términos de presentación visual, tenemos un trabajo sólido, aunque no precisamente épico. Las montañas, los personajes y los efectos cumplen a cabalidad su cometido de satisfacer la sed de vistosidad, no así los helicópteros que vez tras vez nos depositan en la punta de las montañas para arrancar nuestro descenso suicida con lujo de repetición. Algunos interludios cinemáticos nos introducen a nuevas regiones y los cómics abundan en detalles sobre los personajes, aunque como mencionamos, estos se sienten un poco apresurados e inacabados. En pocas palabras, SSX es un juego estéticamente llamativo que no pasará a la posteridad por revolucionar los gráficos.
Para contrastar con lo anterior, tenemos la música; un departamento en el que Electronic Arts se supera a sí mismo cada vez que lanza un nuevo juego deportivo. La lista de temas está integrada por 35 de las mejores canciones que hemos visto en un tracklist reciente y van desde Houdini, de Foster the People; pasando por el estimulante electropop de The Naked and Famous y su sencillo, Young Blood; 1000 Answers, de The Hives; y Run-DMC, con Its Tricky, sólo por mencionar unos exponentes presentes en este título. No solamente hablamos de un tono consistente con el tipo de juego, sino también de gran calidad musical que contribuye a alimentar la atmósfera de SSX. Pese a esto, notamos que la rotación puede incurrir en la repetición de los mismos temas; afortunadamente esto se ajusta en el menú de opciones.
En síntesis, SSX es un juego fluido, accesible y entretenido que podemos catalogar como digno heredero de sus predecesores de la década pasada. El número de montañas, aunado a variables como la sobrevivencia a los descensos, los accesorios como parte funcional de la jugabilidad y la atinada introducción del regreso temporal, conforman una experiencia homogénea con identidad propia que se disfruta de principio a fin. Ahora bien, aunque apreciamos el intento de los desarrolladores por redefinir conceptos, queda claro que ciertas libertades creativas trajeron consigo algunos momentos de frustración, aunque sin romper por completo la experiencia. Lo que sí es imperdonable es la omisión de la competencia directa en el frente online, característica que empaña una estructura de otra manera sólida e innovadora cuando se trata de exponentes del snowboard virtual.
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