Checklist para el villano moderno

Prepara tu ascenso a las cumbres del éxito maligno


    Objetivo

Elegir un buen objetivo podría parecer tarea fácil, sin embargo, es quizás el punto más delicado de toda tu operación maligna. ¿Cuántas veces hemos visto que alguien trata de destruir la Torre Eiffel, volar la Presa Hoover, asaltar Fort Knoxx o secuestrar al presidente? No, el mundo ya no tiene cabida para la reingeniería de planes malvados; para triunfar en este negocio globalizado se necesita innovar, mantener el nivel de vileza al máximo y lejos de tu delincuente promedio. En lo personal, recomendaría ir sobre algo completamente nuevo y fresco, algo que nunca se haya visto en nuestra historia, como robar la Navidad o utilizar láseres para amenazar con destruir la Luna y pedir como rescate... ¡un millón de dólares!

    Secuaces

Hacerte de un grupo adecuado de compinches será el camino más rápido al éxito, ya que contar con manos hábiles y dispuestas a seguir tus órdenes al pie de la letra puede ser mucho más conveniente de lo que piensas. Es obvio que tú, como mente maestra y amo del engaño, recibirás toda la atención y gloria que acompañan un gran robo, secuestro o simplemente con una destrucción sin sentido, pero existe un pequeño problema: no puedes estar en todos lados a la vez. Lo recomendable para este tipo de casos es buscar una raza de seres maleables y corruptibles, de naturaleza traviesa y chocarrera que te permita torcerlos para utilizarlos en tus planes perversos.

Amo a mis compinches
Amo a mis compinches
    Fondos

El rumor de que los supervillanos poseen cantidades de dinero inagotables parece haber tomado fuerza en años recientes, sin embargo, la realidad es otra y la mayoría de genios del mal tiene que recurrir a métodos más tradicionales para hacerse de fondos suficientes para llevar a cabo sus planes. Por desgracia, la crisis ha alcanzado a todos los sectores de la economía y el financiamiento se ha vuelto mucho más difícil de adquirir, por lo que a veces es necesario trazar un plan secundario pero igual de maligno, con el propósito de capitalizarse, como robar las reservas mundiales de oro o adquirir acciones de Facebook.

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