El camino del desarrollador de videojuegos

Secretos para hacer de tu hobby, una profesión


Cualquier persona a la que le gusten los videojuegos ha albergado la idea de dedicarse a ser parte del proceso creativo de ellos en algún momento de su vida. Después de todo, dicen por ahí que hay que trabajar en lo que uno ama para no tener que trabajar un solo día, y la idea de concebir experiencias interactivas definitivamente luce más interesante –para nosotros los gamers– que la de hacer cuentas, lidiar con leyes o filosofar por el resto de los días.

Hoy la escena de la creación de entretenimiento electrónico se ha profesionalizado enormemente y hace falta algo más que anhelo y buenos deseos para llegar a formar parte de él, sobre todo considerando que América Latina está dando sus primeros pasos dentro de la industria, de modo que no existe un camino preestablecido a seguir.

Ahora bien, lo anterior no supone un desorden absoluto y el puñado de especialistas emplazados en nuestra región geográfica coincide en ciertos consejos que le aclararán el horizonte a todos aquellos quienes estén considerando la carrera de los pixeles; los compartiremos en las próximas líneas.

Conoce la realidad

Antes de siquiera contemplar una de las muchas especialidades relacionadas con el mundo de los videojuegos, vale la pena desmitificar algunas de las nociones más comunes y erradas sobre lo que significa ser desarrollador. Sí, efectivamente, puede ser una tarea divertida y gratificante, pero es ante todo un trabajo y como tal, supone obligaciones y un régimen laboral altamente demandante… quizá más demandante que el de otras profesiones.

A la práctica de las horas extra en desarrollo de videojuegos se le conoce como crunch time y es algo muy común
A la práctica de las horas extra en desarrollo de videojuegos se le conoce como crunch time y es algo muy común

La creación de videojuegos es famosa por tener un ritmo vertiginoso e inclemente, donde los tiempos de entrega son ley, la presión es máxima, se come lo que hay a la mano y se duerme cuando se puede –si se puede–. La crítica abunda, las juntas también y, obviamente, no siempre se tiene voz sobre el tipo de juego a producir.

En épocas recientes ha crecido la incidencia de casos de explotación laboral asociada con títulos de la talla de Red Dead Redemption o L.A. Noire, así como distribuidoras tan importantes como Electronic Arts, en los cuales quedan al descubierto jornadas laborales maratónicas, semanas de hasta 85 horas de trabajo desprovistas de pago de tiempo extra y destrucción de matrimonios.

“Mucha gente que estudió conmigo Diseño de videojuegos, se arrepintió completamente de la industria y ahora se dedica a otras cosas. Es un ambiente pesado [de trabajo], a veces se pasan días sin descanso para sacar algo a flote, muchas ideas son bateadas, muchísimas,” explica Carlos Guadarrama, desarrollador de juegos para plataformas iOS. “No se trata de llegar y decir: ‘tengo el juego ideal y hagámoslo’.”

A lo anterior hay que sumar que estamos en América Latina, donde el medio es incipiente y entrar es mucho más difícil que si estuviéramos en Estados Unidos, Canadá, Inglaterra o Japón. En pocas palabras, habrá que picar mucha piedra y no se descarta una buena dosis de frustración.

Pero no todo es 100% negativo. En un intento por contrarrestar dichas prácticas, se favorece un clima de creatividad como pocos; sin trajes, con horario de entrada flexible, donde se premia la innovación y se aspira a una buena paga, además claro, del hecho de que se trabaja haciendo videojuegos y no hay algo que se compare con la sensación de ver que la gente enloquece y disfruta tu producto.

Si una vez que se sabe todo esto, se sigue con la mira puesta en hacer juegos y vivir de ello, entonces podemos dar paso al meollo del asunto.

Identifica y moldea tus talentos

“Lo fundamental es definir cuál es tu perfil tienes y qué tipo de cosas te gusta hacer. ¿Eres de orientación más científica o humanista? ¿Te gusta dibujar, pintar, etc.? O tal vez te gusta más hacer juegos en programas como Game Maker. De ahí puedes ir definiendo qué te gustaría hacer en un juego,” señala David Caloguerea, miembro fundador del estudio ACE Team, en Chile.

Los cuatro programas básicos de modelado que se requieren a nivel profesional son ZBrush, Milkshape, 3DS Max o Maya. De esos, Milkshape es el más recomendado para empezar
Los cuatro programas básicos de modelado que se requieren a nivel profesional son ZBrush, Milkshape, 3DS Max o Maya. De esos, Milkshape es el más recomendado para empezar

Como quiera que sea, la cualidad base es la creatividad, pero la mente necesita alimentarse de manera permanente antes de ser capaz de proponer. De modo que es un error pensar que el camino al desarrollo de videojuegos profesional inicia a las puertas de una institución educativa, termina con la entrega de un título o se nutre sólo de jugar. Puede parecer trillado, pero esta es una forma de vida; un modo diferente de ver las cosas. Hace falta leer mucho desde el comienzo –para lo cual es básico el dominio del idioma inglés–, aprender de todo y, de ser posible, viajar. Esta sugerencia aplica especialmente a los que pretenden incorporarse a la parte artística del ciclo de desarrollo, ya sea como escritores, diseñadores de niveles, modeladores o artistas conceptuales, pues requieren una fuente de inspiración enorme y no hay mejor musa que la diversidad. Figuras de la talla de Kino Scialabba, quien ha participado en decenas de proyectos, tanto en Hollywood, como en la industria del videojuego, explica que, pese a la noción generalizada de que el artista conceptual pasa años en la escuela de arte, éste aprende mucho más estudiando al mundo.

Por otro lado, resulta imperativo sacar el máximo provecho de todo momento. “Haz algo creativo, no sólo te sientes a jugar todo el día. Pinta, esculpe, toma fotografías, haz teatro. Eso es importante porque te va a dejar algo útil que vas a poder aplicar en el diseño de videojuegos y contribuye en aspectos narrativos,” agrega Luis Gigliotti, director creativo de THQ (Metro 2033).

Ahora bien, los aspirantes a programadores de videojuego no están exentos de la necesidad de instrucción previa y actualización, después de todo, tal como las generaciones de consolas progresan, así también sucede con las herramientas y los procesos técnicos. Con ello en mente, se puede empezar por trabajar a nivel aficionado, pero “siempre necesitas aprender nuevas cosas: nuevas plataformas, nuevas interfaces de programación (API), nuevos lenguajes, nuevas aproximaciones, nuevos estilos, nuevo todo. No piensen ni por un segundo que pueden aprender un par de cosas y apegarse a ellas sin aprender nada nuevo,” asegura Noel Llopis, desarrollador independiente y fundador del estudio Snappy Touch.

En pocas palabras, si pretenden dedicarse a los videojuegos, empiecen por ser autodidactas. Lean libros como The Art of Game Design, sobre programación C++ en videojuegos, sobre guionismo; hagan pequeños programas interactivos o juegos en Flash, experimenten con los SDK de los títulos de PC o programas 3D de corte Ogre o Source, dibujen a mano o en Photoshop y critiquen a los títulos no sólo con base en sus gustos, sino desde la perspectiva de los elementos implícitos en el proceso creativo.

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