Juegos para la sala de espera

La diversión portátil y las ventajas de lo simple


Diferentes tipos de gamers

Los gamers son exigentes. Un jugador hardcore puede emplear varias horas en una misma misión o en un multiplayer online, buscando revelar todos los secretos, descubrir todos los finales o simplemente ser el mejor en un entorno altamente competitivo; los jugadores de móviles no se preocupan por eso: el promedio de tiempo que le dedican a una partida en su móvil suma 28 minutos cada día, al máximo. Pero esa exigencia está cambiando poco a poco y frente a nuestros ojos. Algunos necesitan una poderosa historia que los lleve a enfrentarse a situaciones épicas, como Mass Effect, el MMO World of Warcraft o el RTS Starcraft. Las necesidades de entretenimiento del tipo de gamers que está dispuesto a dedicarle tiempo y esfuerzo a juegos de esta clase para subir de niveles y participar en raids es muy distinto a las necesidades de diversión que tiene alguien que nunca los ha jugado.

Desde el Snake del Nokia o similares, la gente comenzó a descubrir un nuevo potencial en sus teléfonos celulares. Ya no se trataba de una versión portátil del teléfono fijo de casa, sino de un aparato con un ecosistema propio; con la llegada del Internet a estos dispositivos, las necesidades de los usuarios comenzaron a diversificarse: ya no se trataba solamente de un aparato para hacer llamadas o mandar mensajes de texto, sino una pequeña extensión del mundo social al que las redes sociales comenzaron a llevarnos desde principios del siglo XXI.

Los gamers no tienen las mismas exigencias en cuanto a lo que requieren de sus juegos
Los gamers no tienen las mismas exigencias en cuanto a lo que requieren de sus juegos

Aunque la palabra “fenómeno” suela usarse en la industria para describir sobre todo cosas que no se conocen o no han sido enteramente reveladas, podríamos estar de acuerdo en que la camada de juegos como Angry Birds, Plants Vs. Zombies o Fruit Ninja sirvieron perfectamente para demostrar las capacidades de las pantallas touch a un público que hasta entonces no era muy afecto a la tecnología o los videojuegos. Estos públicos suelen percibir los controles de consolas como el tablero de una estación espacial, y simplemente no se sienten cómodos con algo que les llega como complejo y ajeno. Con los móviles no pasa eso: un teléfono, en términos de juego, parece mucho más inofensivo que una consola o una PC.

Juegos como NOVA 2 de la empresa especializada en móviles Gameloft, o la división móvil de Electronic Arts con juegos como Need for Speed ProStreet han tratado de hacer más cercanos los títulos para móviles a los de consola. Esto puede ser una doble estrategia: por un lado, un juego con mayor grado de complejidad puede volverse accesible para nuevos públicos a través de una plataforma móvil, públicos que no los consumían en sus versiones de consola o PC, que nunca habían jugado un shooter o un juego de carreras.

Los ports de juegos conocidos como Street Fighter pueden servir para acercarlos a gente que nunca los ha jugado y también para que los veteranos lleven consigo versiones portátiles
Los ports de juegos conocidos como Street Fighter pueden servir para acercarlos a gente que nunca los ha jugado y también para que los veteranos lleven consigo versiones portátiles

Desde el auge del iPhone y la mejora de los sistemas operativos para Android, muchos juegos clásicos han sido porteados para seguir ofreciendo las ventajas de sus versiones de consola o Arcade pero en un entorno portátil. Podemos pensar por ejemplo en Mortal Kombat o Grand Theft Auto 3, además del recientemente anunciado Max Payne Mobile. Desde este ángulo, lo que se busca es que los jugadores lleguen a los juegos ya sea desde la nostalgia o desde la experimentación. Para un jugador consumado, GTA3 es un clásico, pero han pasado muchas cosas desde entonces; para un jugador nuevo que se enfrenta a su primer sandbox, GTA3 puede ser todo un descubrimiento a través de su teléfono móvil.

Por otro lado, estos títulos pueden ser la extensión de otros que jugadores más experimentados están acostumbrados a jugar, lo que ha servido para que poco a poco se desarrollen companion apps o aplicaciones que sirven para que los jugadores sigan teniendo presentes sus juegos de consola aún en las salas de espera. Así, cuando tu mamá te lleva al dentista ella puede pasar el tiempo jugando Angry Birds Seasons mientras tú modificas tus perks en Call of Duty Elite a través de tu iPhone.

Pero en uno y otro caso, la interconectividad parece ser un rasgo esencial. Los juegos sociales para jugadores casuales tienen la ventaja de poder establecer participaciones por turnos, de modo que una partida de Words with Friends o Draw Something no tenga necesariamente que ser completada en pocos minutos; la interconectividad para jugadores más experimentados es visible en que las companion app hacen que los tiempos de espera sean productivos en términos de estrategia. Es decir, en lugar de perder tiempo modificando tus clases o revisando tus estadísticas en la consola, las companion apps permiten aprovechar los espacios libres en tu día para modificar desde tu móvil lo que usarás en la consola.

Hay hábitos que nunca cambian: aquí el antiguo Solitario para Windows en su versión portátil de Windows Phone
Hay hábitos que nunca cambian: aquí el antiguo Solitario para Windows en su versión portátil de Windows Phone

Dispositivos como la línea Xperia PLAY de Sony son smartphones pensados precisamente para posicionarse en una zona donde los jugadores experimentados y novatos puedan entrar a juegos más complejos desde un aparato diseñado para tal efecto, que a su vez, sigue cumpliendo las funciones de un teléfono. Sin ser dispositivos totalmente pensados para el juego (para eso sigue existiendo el nicho de las consolas portátiles, el 3DS o el Vita), la línea de los "PlayStation Phone" vienen desde su lanzamiento cargados con títulos que puedan satisfacer muy distintas necesidades.

En el caso del Xperia PLAY, por ejemplo, podíamos tener acceso a un juego de deportes, a uno de carreras, de naves espaciales, de artes marciales y los clásicos. Estas opciones nos hacen recordar los tiempos en que las consolas venían llenas de juegos listos para jugar: desde cierto punto de vista, PONG o Atari eran una integración de software y hardware. Esta perspectiva quiere sugerir solamente que en el paso de una generación a otra los mecanismos de distribución tienden a identificar los juegos con los aparatos que les sirven de soporte, con el fin de que las nuevas audiencias los adopten más rápidamente al asociarlos. Creo que esta perspectiva se perdió de vista desde el ámbito gamer, pues es claro que este tipo de teléfonos no están dirigidos a los jugadores hardcore: personas que tal vez no desean poseer una consola comenzarán a jugar en ellos.

Los títulos para móviles así como los dispositivos portátiles han creado todo un nuevo ecosistema de desarrolladores, distribuidores, ports, gameplay y aplicaciones que no necesariamente amenazan la existencia de los juegos hardcore, sino que pueden coexistir: no se dirigen a los mismos públicos y no utilizan necesariamente los mismos mecanismos de distribución. Tal vez esto eventualmente reduzca la brecha entre gamers y “personas normales”, permitiendo la existencia de un panorama a futuro que puede ser muy prometedor, y en el que tal vez ya estemos incluidos sin saberlo: un mundo donde todos seamos gamers.

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