Momentos memorables en la historia de los E3

Cinco instantes indelebles en la memoria de la industria


Peter Moore y su nuevo tatuaje

En retrospectiva, el tatuaje sí lucía algo falso
En retrospectiva, el tatuaje sí lucía algo falso

Para nosotros los jugadores, una conferencia de E3 constituye el escaparte de nuevos videos y demostraciones. Para los ejecutivos es el momento de mostrar su liderazgo, su sofisticación y su profesionalismo ante el mundo de los negocios… o por lo menos eso es lo que la mayoría de ellos cree. Y es que esta es una industria de videojuegos, donde el consumidor es una persona joven en busca de entretenimiento, así que hay espacio para cierta audacia, misma que Peter Moore, otrora vicepresidente corporativo de la división de entretenimiento de Microsoft, supo cómo aprovechar en el E3 2006.

Xbox estaba por anunciar una de las franquicias más importantes de la historia reciente y hacían falta medidas extremas para estar a la altura de las circunstancias. “Estoy hablando de una franquicia que genera más emoción que casi cualquier cosa que hay allá afuera. No sólo en nuestra industria, sino en todo el entretenimiento. Con una base de fanáticos que se estremece con su simple mención,” explicó Moore, mientras empezaba a desabotonarse el saco. Muchos sospechamos que vendría algo extraordinario, pues tiempo antes se había hecho un tatuaje de Halo 2 y ya todo mundo sabía de la existencia de dicha secuela; en 2006 nadie tenía ni idea de lo que sucedería.

“Es tan emocionante que me voy a quitar el saco,” dijo el ejecutivo británico con una sonrisa perspicaz. “Ahora, algunos de ustedes deben recordar esto [el tatuaje de Halo 2]. Así que no es ningún secreto que reservo mis brazos para las pistolas grandes. A algunas personas les gustan los patitos de hule, a algunos les gustan los tatuajes.” La audiencia comenzó a aplaudir –sabían que una develación muy importante estaba cerca. “Así que lo que voy a mostrarles es mi nueva adición,” señaló Moore mientras se levantaba la manga de la camisa del brazo izquierdo, revelando el logotipo de Grand Theft Auto IV ante la mirada impávida de los asistentes, los gritos, los silbidos y los flashes de las cámaras.

Microsoft no sólo le estaba quitando el telón a un videojuego que a la postre se convertiría en uno de los éxitos más grandes de la industria, además estaba presumiendo disponibilidad desde el primer día, contenidos exclusivos y todo con muchísimo estilo.

Poco después se sabría que el tatuaje era temporal, pero dicen que el detalle es lo que cuenta, ¿no es así?

Los Beatles se roban el show

Hasta los papás de algunos compañeros comentaron el hecho al siguiente día
Hasta los papás de algunos compañeros comentaron el hecho al siguiente día

Sin lugar a dudas, el de los juegos musicales pasará a la posteridad como uno de los géneros más representativos de esta generación de consolas, y aunque la explotación ya diluyó completamente su relevancia, su punto de máximo esplendor fue The Beatles RockBand, presentado durante la conferencia de Xbox en el E3 2009.

Microsoft sabía que un sello con ese poder tenía el potencial de llevar las noticias sobre su consola de la sección de tecnología a las primeras planas de todos los diarios, pero para conseguirlo hacía falta algo más que hablar de los Beatles, había que subirlos al estrado y eso fue precisamente lo que hicieron.

No había transcurrido más quince minutos de conferencia cuando Yoko Ono y Olivia Harrison, viudas de John Lennon y George Harrison respectivamente, ya estaban en el centro del escenario saludando a los asistentes e inyectando de paso un poco de controversia a todo el asunto. Cabe recordar que Yoko Ono es considerada por muchos la causante de la separación del Cuarteto de Liverpool. Su presencia fue efímera, por decir lo menos, y es que se avecinaba algo espectacular.

“Nada de lo que han visto hoy hubiera sido posible sin la magia y la genialidad de los Beatles. Sin duda, su música perdurará mucho tiempo y ha sido, literalmente, un honor ocupar el planeta al mismo tiempo que ellos. Es un privilegio para mí presentar a Paul McCartney y Ringo Starr,” así fue como el maestro de ceremonias dio pie a un acontecimiento único en los anales de los videojuegos, uno que rompía las barreras generacionales y confirmaba que el entretenimiento electrónico, por tanto tiempo estigmatizado como pueril, se había convertido en algo sofisticado, histórico y de buen gusto sin dejar de ser divertido.

La algarabía de los presentes no se hizo esperar y si bien Ringo y Paul divagaron lo que quisieron, su personalidad fue más que suficiente para inmortalizar el momento.

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