Existen muchas teorías en torno a lo que el PlayStation 4 u Orbis tendrá por dentro, pero la mayoría coincide en que la misión será facilitarle la vida a los diseñadores, adoptando una arquitectura más accesible con un procesador AMD Fusion en su centro y un ambiente de programación OpenGL, para que no se repitan casos como el de Bethesda y Skyrim, título que presentó cualquier cantidad de irregularidades derivadas de conflictos programáticos, al grado de que sus DLC siguen batallando para debutar en PlayStation 3.
Como siempre, hay quienes dicen que el siguiente PlayStation omitirá por completo el uso de discos, pero no nos cansaremos de repetir que dicha medida parece lejana, pues la penetración de la banda ancha todavía no es suficientemente amplia como para apostar por una plataforma de distribución tan excluyente. En todo caso, podríamos esperar la introducción de discos duros de gran capacidad pensados para la descarga constante de DLC y varios juegos completos.
También es de esperar la creación de un vínculo más estrecho entre la consola y los equipos móviles Sony; después de todo, ya hay teléfonos certificados con el sello PlayStation, y lo que sigue es sincronización directa entre la consola y estos dispositivos o incluso tablets.
En cuanto a gráficos, hablamos de una consola capaz de reproducir imágenes en Full HD en 3D a 60 cuadros por segundo, pero también presenciaremos la introducción de la resolución 4K. Sony recién empezó a vender televisores que manejan esta calidad y hace poco celebró en Japón una exposición donde demostró cómo se vería Gran Turismo 5 corriendo a 4K. En pocas palabras, el PlayStation Orbis será al 4K lo que el PlayStation 3 fue al Full HD. Sólo esperemos que esto no eleve el precio hasta las nubes, pues ese costo extra, implícito en la introducción del Blu-ray con el PlayStation 3, fue lo que también impidió a la consola tener el arranque de ventas que hubiera deseado.
Como en el caso del Xbox y Kinect, se habla de que el PlayStation Orbis traerá incorporado un sensor de movimiento. Las filtraciones no precisan si ese sensor es el PS Eye con el cual opera Move o es algo completamente diferente. Por otro lado, en febrero salió a la superficie una patente de Sony que contempla un entorno de juego tridimensional, con registro de profundidad e iluminación infrarroja; tecnología a la que se denominó simplemente como 174 y bien podría ser el sensor al que se refieren las filtraciones.
Y ya que hablamos de patentes, recientemente también salieron a la luz pública 2 concernientes a los mandos del PlayStation, una describe un control Move termal y otra, un DualShock modular que se puede dividir en 2 mandos Move individuales. Como quiera que sea, queda claro que el juego con movimiento llegó para quedarse y estará de vuelta en el PlayStation 4.
Pase lo que pase, una cosa es innegable: el siguiente PlayStation representará un momento crucial para el futuro de la marca y de Sony en general, compañía que enfrenta una de las peores crisis de su historia.
Con lo anterior en mente, no estaríamos tan seguros de que el Gigante de la electrónica volviera a apostar por un dispositivo tremendamente sofisticado y costoso. Desde nuestra perspectiva, tendrá que encontrar el equilibrio entre diseño y valor, de otro modo podría venderse con pronunciadas pérdidas o, peor aún, acumular polvo en los estantes, lo que significaría una desgracia enorme o incluso el tiro de gracia para una compañía que ya lucha en varios frentes, desde el musical contra Apple, pasando por el de las pantallas contra Samsung y hasta el de las consolas portátiles, con tablets y smartphones.
No quisiéramos estar en estos momentos en los zapatos de Kaz Hirai, presidente de Sony, pero deseamos que encuentre la solución interactiva que deje conformes a los bolsillos, a los desarrolladores y al apetito de creatividad que tiene la industria. Un desafío en todo el sentido de la palabra.
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