Los videojuegos no son sólo para niños

Por qué algunos políticos atacan al entretenimiento electrónico


Insistimos: la violencia no es el origen del problema, es la percepción que se tiene de un medio y otro, pues cuando comparamos los índices de violencia mostrados en cine y los juegos de video, descubrimos que son similares.

En el transcurso de 2012, el cine tuvo alrededor de 200 películas para adultos o R Rated, y sólo 109 juegos clasificados como Mature. Además, no es secreto que igual que los videojuegos tienen a Call of Duty, el cine tiene filmes como 300 o la saga completa de The Matrix, que recibieron clasificaciones R y fueron muy exitosos, pese a desplegar una buena dosis de violencia.

El problema entonces no es la violencia. El problema es que algunas personas piensan que esta no tiene cabida en los videojuegos porque son sólo para adolescentes y niños, pero en el cine sí, pues este es un entretenimiento demográficamente más amplio y establecido. No se toma en cuenta que, como expusimos arriba, el entretenimiento electrónico actualmente es tan diverso como cualquier otro medio… y tiene derecho a serlo.

Sí, Adam Lanza era fan de Call of Duty, pero el problema real era que padecía desórdenes psicológicos y tenía armas a su alcance
Sí, Adam Lanza era fan de Call of Duty, pero el problema real era que padecía desórdenes psicológicos y tenía armas a su alcance

Ahora bien, el hecho de que tanto juegos como películas violentas sean a menudo los más populares, es un fenómeno aparte que no debe dar pie a la generalización. Es decir, no porque Terminator 2 se ubique en la lista de las películas más taquilleras de todos los tiempos, es válido afirmar que todo el cine está plagado de robots asesinos del futuro, y lo mismo aplica a los videojuegos, que tampoco pueden encajonarse en una sola categoría.

Quizá la diferencia radique en el nombre de cada medio. Mientras uno se considera arte, el otro todavía es “juego” y, como tal, se espera que entretenga fácilmente y sin demasiadas complicaciones para ninguno de los implicados. ¿Necesitará entonces el videojuego un nuevo nombre para poder ser tomado en serio?

Probablemente no, lo que hace falta es tiempo y trabajar en su imagen, porque si de algo estamos seguros es de que la industria como tal ha hecho poco por proyectarse ante las masas como lo que ya es: una forma de entretenimiento universal. Hay que reconocer que la televisión está saturada de anuncios de títulos violentos que abonan al fortalecimiento de los prejuicios. Así las cosas, nos parece que además de campañas que eduquen a los padres sobre clasificaciones y restricciones, es necesario un esfuerzo deliberado y sistemático por mostrar la cara integral y madura del entretenimiento electrónico y eso es tarea de todos quienes jugamos, pero especialmente de la Entertainment Software Association.

Hay títulos violentos y seguirá habiendo, pero para eso existe también una clasificación creada para que los menores no se expongan a ellos
Hay títulos violentos y seguirá habiendo, pero para eso existe también una clasificación creada para que los menores no se expongan a ellos

Estamos en un buen momento para actualizar a los padres de familia y políticos que quizá no han visto la avance de los videojuegos, y hacer hincapié en lo siguiente: el entretenimiento electrónico ha madurado hasta convertirse en una forma de esparcimiento rica y multifacética, y aunque algunos exponentes populares se valgan de la agresión para obtener sus dólares, estos no son un reflejo de la industria en su totalidad, además de que en ocasiones, la complejidad de las historias contadas la requiere. En la medida en la que la industria trabaje para transformar su estatus ante la opinión pública, tendrá que disminuir este prejuicio que daña profundamente a todo el medio.

La violencia es una realidad que se presenta en todas las formas de esparcimiento modernas y tiene una función comunicativa de la que, en mayor o menor medida, se valen los creativos para transmitir un mensaje y entretener. El videojuego pertenece a este apartado y no podemos esperar que siga comportándose como hace 30 años sólo para escapar del escrutinio de quienes no se han dado el tiempo para conocer todo lo que tiene para ofrecer.

Para evitar que los menores de edad se expongan a esto existe una herramienta clasificatoria creada por la ESRB, órgano que tiene la obligación de darle difusión, mientras que los padres tienen la responsabilidad de aprender sobre ella.

Reiteramos: los videojuegos dejaron de ser sólo para niños, son una forma de entretenimiento integral, madura y multifacética, y como tal, no están sujetos a cumplir únicamente funciones educativas, ni deben ser objeto de prejuicio por el hecho de estar lejos de ser una herramienta infantil e inocente.

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