Jugar sin dinero: la crisis económica en Grecia

Cuando la situación política de tu país te obliga a olvidar los videojuegos


De jugar pueden decirse muchas cosas, pero no que resulte un pasatiempo imposible de alcanzar. A menudo, basta con esperar a la quincena para comprar un juego o ahorrar algunas semanas ―incluso menos si la billetera de los papás hace la magia―. No es una necesidad cubierta por la canasta básica, pero resulta relativamente asequible. Sin embargo, la facilidad con la que accedemos a productos como juegos y consolas no es una garantía y solemos vivir tan empecinados en la rutina, que olvidamos el privilegio que representa. Quién mejor para recordárnoslo, entonces, que un gamer griego, cuyo país atraviesa desde hace varios años una crisis económica tan aguda que procurarse juegos y consolas se ha vuelto una faena engorrosa, suplantada incluso por la compraventa y la renta.

"Ninguna agitación política o económica nos va a separar de nuestro pasatiempo.", me dijo con firmeza Dimitris Dimitriadis, la primera vez que charlamos sobre cómo viven los jugadores en su país. Dimitris es oriundo de Serres, al noroeste de Grecia, y llegué hasta él por conducto de un periodista heleno a quien conocí en Sao Paulo hace algunos años, cuando la crisis griega apenas iba tomando forma.

Lejos de tirarse al piso en drama o desgarrarse las vestiduras, Dimitriadis, de 21 años, afronta nuestra conversación con amabilidad y dignidad; con incertidumbre pero también con carácter, aun cuando sus condiciones de vida distan de ser ideales, y entendería si la frustración o un matiz defensivo permeara sus palabras, pero no es el caso. Dimitris estudia la licenciatura en una universidad pública y tiene 2 empleos, uno de los cuales consiste en reseñar juegos FPS para el portal helénico GameOver.gr.

"Ninguna agitación política o económica nos va a separar de nuestro pasatiempo"

"Elegimos trabajar y apoyar el campo de los juegos y continuaremos así hasta el último minuto.", continúa, antes de partir a uno de sus mencionados compromisos laborales. Las pláticas con él suelen ser breves, pues su tiempo libre es escaso aunque encuentra siempre algunos instantes para resolver mis dudas, mientras prepara su frenética carrera al videoclub, la cena para su novia o la tarea para la siguiente tarde.

Si han seguido las noticias últimamente, saben lo que pasa en Grecia, pero si no, basta con decir que el país debe mucho, pero mucho dinero a sus acreedores europeos, al punto en el que pagar, implica medidas de austeridad terribles para sus ciudadanos. Hablamos de I.V.A. de más de 20% de la noche a la mañana, recortes salariales de 50%, bancos cerrados y retiros de dinero restringidos. En otras palabras, juegos y consolas están al alcance de la mano, pero ¿con qué dinero? Ése es el panorama por el que atraviesan hoy los jugadores y, para efectos laborales, los periodistas de videojuegos en Grecia sin que exista certidumbre sobre el futuro. Incluso darte la edición de colección de Fallout 4 podría resultar imposible.

Los papás de Dimitris, por ejemplo, viven situaciones completamente distintas. El papá es juez y no sufre por falta de dinero, pero la mamá no corre con tanta suerte y con su nueva pareja afronta compromisos económicos ineludibles aunque con la mitad del salario.

"Ayer discutí con mi asesor bancario sobre este tema y me dijo que no podré comprar en línea de lugares fuera de Grecia.", me explica Dimitris a la carrera. "No podemos porque el gobierno tiene miedo de los movimientos masivos de dinero a otros países por la situación en Grecia." Es por ese motivo que, hasta hace pocos días, los bancos permanecían cerrados: el país tenía poco dinero en el sentido más literal de la expresión y tuvo que acudir a la Comisión Europea para que le prestara casi $8000 MDD a fin de saldar sus adeudos con otros órganos, como el Fondo Monetario Internacional, al cual debía la nada discreta suma de $2000 MDD. Si les parece mucho, les informo: Grecia debe, en total, $357,000 MDD. México no se queda atrás. Adeudamos, como país, $445,000 MDD, la diferencia radica en proporciones. Nuestra deuda representa 35.3% de todo lo que producimos (Producto Interno Bruto), la de Grecia representa 180%; en otras palabras, aunque el gobierno destinara la totalidad de su producción anual a saldar adeudos, dejando en el olvido cualquier otra necesidad del país, como educación o pensiones, no alcanzaría.

"Somos demasiado pequeños, faltos de experiencia a nivel gubernamental y estamos muy endeudados como nación para imponer nuestra voluntad.", declaró en su momento Yanis Varoufakis, economista de Valve Software, quien fuera ministro de finanzas griego y que renunciara apenas este mes a fin de facilitar las negociaciones de su gobierno con los acreedores. "Respeto al señor Varoufakis porque conozco su historia y porque también pienso que era el candidato que más valía la pena, el más importante y más inteligente ministro de finanzas que ha pasado por Europa. Por eso 'mataron' a los socios europeos y por eso tuvo que renunciar.", afirma Dimitris antes de volver a interrumpir la plática y descansar ―después de todo, escribirle a las 10 PM de México, implica para él, estar despierto a las 5 AM de su país―. Y es que el problema no es pagar, sino a qué precio, con qué calidad de vida y con qué expectativas para la población.

Hoy, en México tomas la tarjeta de crédito de tus papás o la tuya y compras cualquier cosa. Es más, con el arribo de Amazon, puedes esperar que Batman: Arkham Knight llegue mañana mismo a tu puerta ―y con descuento― o hacer un retiro del ATM y acudir a cualquier tienda para adquirir una nueva batería para tu control. No existe un candado más que tu propio sentido común. En Grecia no es tan fácil, por eso no sorprende que se haya transformado en el reino de la renta y la compraventa, a pesar de que países como Estados Unidos abandonaron el modelo de videoclub hace años y Dimitris está en primera fila para atestiguar como Grecia dejó de comprar juegos, entre otros productos. No precisamente una carta de amor para las distribuidoras, quienes encuentran los negocios entre jugadores negativos para la industria.

"Todo mundo dejó de comprar cosas, con excepción de teléfonos. Prefieren rentar sus películas y juegos"

"Las cosas claramente han cambiado. Como te mencionaba, tengo que trabajar en un videoclub que vende videojuegos y teléfonos, pero noté que todo mundo dejó de comprar cosas, con excepción de teléfonos. Prefieren rentar sus películas y juegos." La diferencia no está en el precio, después de todo, Grecia sigue manejando el Euro. "Los costos de tiendas en línea se acoplan con los estándares globales y siempre hay una solución de segunda mano para otros jugadores.", afirma Dimitris. En Grecia, un juego cuesta $77 USD y una consola $390 USD (en México, hablamos de $68 USD y $450 USD, aproximadamente). Es decir, la etiqueta no es, como tal, un factor, sino el poder adquisitivo, hoy duramente golpeado en Grecia. Esto te hace voltear a ver tus figuras de colección de World of Warcraft, el carrito a control remoto que venía con Black Ops o la estatuilla con rebabas de Geralt que compraste por $200 USD con una óptica completamente distinta y también refrendar el compromiso con la calidad que como consumidores merecemos al desembolsar cientos de dólares en ediciones especiales que, en el marco de una zona de confort y de una estabilidad, lucen asequibles pero que pierden todo significado cuando volvemos a las necesidades fundamentales. ¡Qué fortuna poder comprar lo que quieres, cuando quieres!

"Tuvimos que dejar de gastar en cosas innecesarias y actividades, y ahora estamos enfocados solamente en lo necesario.", siguió explicando Dimitris, con un tono reflexivo. "En los últimos 5 años, el jugador griego se vio forzado a ser más selectivo y precavido con sus compras pues se volvieron más limitadas. La mayoría de los jugadores griegos lee reseñas informadas y algunas veces aguarda a que un juego baje de precio. Lógicamente, los juegos muy hypeados son excepciones pues las preórdenes permanecen altas en esos casos. Pero conscientes de la agudización del mercado, noté que un buen porcentaje de jugadores tomó precauciones para comprar una consola, aún bajo las duras condiciones de la economía." ¿Cuál consola? Depende a quién le pregunten. Como en cualquier país, las personas acaudaladas siguen siendo acaudaladas, solamente que un poco menos y para ellos, el PlayStation 4 es el sistema predilecto ―en concordancia también con los estándares mundiales actuales―, pero si eres un adolescente que estudia la secundaria y no trabaja aún, olvídalo, lo tuyo será un Xbox 360 o un PlayStation 3, si bien te va.

"Sony y PlayStation 4 han hecho un progreso enorme en el país con competencias y eventos, y por esa razón los griegos lo prefieren. Desafortunadamente, tiendas y compañías se concentran más en PS4, evitando mostrar las capacidades de Xbox."

Dimitris Dimitriadis (izq.) durante un evento de The Witcher: Wild Hunt
Dimitris Dimitriadis (izq.) durante un evento de The Witcher: Wild Hunt

Pero volviendo al tema de la selección y el escrutinio exhaustivo de los juegos en Grecia a fin de efectuar escasas pero bien informadas compras, resulta que el mejor ejemplo fue Bloodborne o DarkSouls, 2 juegos muy exitosos en Grecia, de la mano de PES, que era hasta hace poco, el juego de futbol por excelencia en el territorio heleno. "Mi FPS favorito es Wolfenstein, pero también juego títulos como Battlefield o Call of Duty, aunque parece que cada año los desarrolladores hacen copy-paste de esos juegos.", acota Dimitris, quien estudia para "un día convertirse en desarrollador."

Algo que llamó mucho mi atención fue que, entre las precauciones, algunos medios internacionales documentaron la compra de pánico de productos Apple, en un intento por blindar el valor monetario del dinero como si de lingotes de un metal precioso se trataran. En otras palabras, hay reportes de que consumidores griegos acuden a tiendas de electrónica para comprar MacBooks o iPhones con el propósito de proteger el valor de su dinero ante un hipotético abandono del Euro y posterior devaluación monetaria del antiguo dracma. Hoy sabemos que eso no ocurrirá. Grecia recibió un tercer rescate económico de la eurozona y no abandonará el Euro inmediatamente, pero Dimitris me explicó que aquello de las compras de pánico no aplica a consolas y es falso, que solamente se trata del pretexto de unos pocos para gastar; aunque como quedó expuesto líneas arriba, la cultura de la compraventa es una muy arraigada entre los griegos y más aún hoy, que resulta cada vez más difícil concederse caprichos tecnológicos permanentes.

Entonces ¿qué rol desempeña el videojuego ante un panorama tan desalentador? A juzgar por lo que me dice Dimitris, el de bálsamo en ocasiones y el de distracción en otras; ese "mini-paraíso, lejos de todo problema o preocupación de la vida. Desde mi punto de vista, percibo mucho enojo y frustración por las circunstancias pero no habrá cambios radicales mientras los jugadores protesten sentados detrás de una consola." Qué depara el futuro, pocos lo saben, incluso en Grecia, y Dimitris no es la excepción. De hecho, a menudo él se mostraba renuente a abordar el tema de lleno, lo cierto es que gente como él y sus compañeros de profesión intentarán hasta el final, mantener su estilo de vida, a la espera de que la tormenta pase y entonces sí, comprar una consola de nueva generación y volver a la normalidad.

"Seguiremos incansables y objetivos como siempre en nuestro trabajo y esperando que toda esta turbulencia política eventualmente constituya sólo un mal recuerdo en nuestra historia."

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