Si alguna vez planeas robar un banco, debes tener presente que necesitas un escape perfecto y que toda huida magistral de esta naturaleza implica autos veloces, impresionantes acrobacias y mucho daño colateral, pero de verdad, en exceso. Reckless Getaway ofrece lo anterior en emocionantes dosis, enfrascadas perfectamente dentro de una experiencia de juego accesible e intensa.

Getaway es el heredero espiritual de Reckless Racing, un título de carreras con agradables gráficas y una mecánica estilo Arcade bastante divertida, aunque aquí, en lugar de una competencia, se trata de huir de la policía a toda velocidad, causando la mayor cantidad de destrozos para evitar que te atrapen. En realidad no hay una historia trascendente, simplemente eres el conductor del auto en fuga y debes huir de la ley a través de 16 niveles para escapar con tu pequeña fortuna.

No tienes que preocuparte mucho si eres malo en los títulos de autos, pues sólo necesitas controlar la dirección –hacia izquierda o derecha–, ya sea presionando las flechas virtuales de la pantalla o inclinando el dispositivo. Así es, sin mayor complicación.

Durante la fuga obtienes puntos por todas las actividades ilícitas que realices, incluyendo conducir en sentido contrario, robar las monedas del camino, saltar de las rampas esparcidas por todo el recorrido y por supuesto, deshacerte de las patrullas aún si para ello debes embestir otros autos. Todos esos puntos se acumulan lentamente en las cuatro estrellas mostradas en la parte superior de la pantalla, y el resultado de tu desempeño se mide en número de estrellas que logres llenar.

Es gracias a estos contenedores puntiagudos que Reckless Getaway obtiene su valor de rejugabilidad, aunque también son los que limitan su accesibilidad. Llegar al final de un nivel no tiene algo complicado, incluso hasta para un completo inexperto, pero generar puntos para completar las cuatro estrellas es un auténtico desafío que te obligará a repetir incontables veces cada escenario, además de obligarte a memorizar la ubicación de cada objeto en el camino. Por un lado, este es un aspecto positivo que te persuade para poner atención en los detalles, además de recompensarte por un escape preciso y eficiente.

Por otro lado, el único modo de liberar nuevos niveles depende de que adquieras cierto número de estrellas, y ya que puede ser bastante difícil ganar la tercera y cuarta de cada locación, seguro tendrás que repetir algunos escenarios demasiadas veces antes de desbloquear los más avanzados. No es gran inconveniente, pero se apreciaría una forma menos exigente para progresar en el juego, y que después tengas la opción de regresar para recolectar las estrellas que te faltaron. Con este sistema te verás obligado a perfeccionar tu habilidad en el camino, aunque no estés preparado.

Para tratarse de un juego tan simple, Reckless Getaway exige un buen nivel de ingenio y estrategia, especialmente si quieres obtener todas las estrellas. Lo único que le faltó fue una modalidad infinita para que te dediques a causar destrozos sin preocuparte por lo demás. Sin importar los problemas, la diversión es extrema, tanto que te hace sentir como en persecución de alto octanaje similar a las que aparecen en muchas películas de acción, o por lo menos te traslada a tus épocas de infancia en las que jugabas con tus Hot Wheels, chocándolos contra todo lo que encontraras a tu paso.