Como toda compañía que cotiza en la bolsa de valores, Activision está sujeto a los caprichos de accionistas que superan en relevancia a Bobby Kotick o cualquier mesa directiva; pero en su caso particular, el destino se rige por las decisiones de un corporativo mayor: Vivendi Universal, dueño mayoritario con 61% de las acciones del distribuidor. Así, ante una dramática caída de 28% en el valor de las acciones de Vivendi, el director general, Jean-Rene Fourtou está considerando poner en venta una parte de Activision o incluso, la totalidad de la compañía.
Lo anterior no tiene que ver con el desempeño financiero de Activision, de hecho, el distribuidor ha tenido una excelente trayectoria en últimos años. De inicio, su valor asciende a $13 mil millones de dólares, es el cuarto negocio más exitoso de la familia Vivendi con $4.76 mil millones de dólares, y sus acciones ganaron 4.5% durante el último año fiscal, superando a Electronic Arts y Take-Two Interactive. La razón de la venta persigue el propósito de liberar el valor de las acciones, que al momento están por debajo del costo que deberían, según Fourtou.
De momento se antoja poco probable que se realice una venta total, y de todos modos queda a consideración de una junta directiva, que decidirá acciones el 22 de junio, pero en caso de que Activision quede a disposición de cualquier comprador, podría suponer cambios, algunos hasta radicales, y la duda de qué pasaría con Blizzard, dada la fusión entre ambas compañías, seguiría en pie. Habrá que estar al pendiente, pues potencialmente se trata de uno de los movimientos corporativos más importantes de la década en la industria del pixel.
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