Corea del Sur veta comercio virtual en videojuegos

El comercio de ítems es una de las características más atractivas de los juegos masivos en línea, pero tal cualidad podría desaparecer completamente en Corea del Sur, pues la administración gubernamental actual levantó una ley que prohíbe toda negociación de bienes virtuales dentro aquella nación, pues la práctica mercantil está provocando una baja en el rendimiento de los estudiantes.

Corea del Sur es el país con la mayor actividad en lo que refiere a MMO, y de los principales en cuanto a multiplayer, de hecho, estadísticamente, el 60% de la población estudiantil dedica al menos seis horas a la semana a jugar en línea. Con tal argumento, el Ministerio de cultura, deportes y turismo, apeló una vez más al gobierno para frenar las distracciones. El ministro de cultura, explica que la ley será anunciada formalmente en julio, y surge en función de que “el propósito de los juegos debe ser entretenimiento, y deberían ser usados con buenas intenciones, o para impulsar el desempeño académico”. El comentario parte de las polémicas muertes que se han reportado en ocasiones pasadas, y porque al igual que en China, Corea del Sur se cataloga entre los territorios de mayor actividad de comercio ilegal de dinero virtual, es decir, gold farmers. Quebrantar esta ley implicará pagar un aproximado de $43,000 USD, o cumplir hasta un máximo de cinco años en prisión.

Esta ley impactará directamente no sólo en todo el catálogo de NCsoft, sino en la casa de subastas de Diablo III, título que por cierto ya ha tenido problemas serios con la justicia de Corea del Sur, primero con los consumidores regulares, y ahora con propietarios de establecimientos de Internet, quienes levantaron una demanda colectiva por la inestabilidad de los servidores, además del hecho de que se requiera conexión en línea para acceder al juego.

Que se creen este tipo de leyes podría no afectar en el resto del orbe, pero sienta un importante precedente para las libertades en Internet, y considerando que está de moda seguir el ejemplo de otros –como pasó con el controvertido SOPA y ACTA–, no sería tan raro que se intente implementar la iniciativa en los países de habla hispana, claro, siempre y cuando los gobiernos adquieran conciencia de las implicaciones.