Frente a lo que será el reporte financiero trimestral de Activision, esta semana Doug Creutz, analista de la firma Cowen & Company, pronosticó que el impacto del arreglo al que tuvo que llegar la distribuidora con los fundadores de Infinity Ward, Vince Zampella y Jason West, en mayo, será mínimo y que los inversionistas no lo tomarán en cuenta. Aun así, Creutz precisó que la suma del mencionado pacto seguramente ascendió a decenas de millones de dólares.
El problema surgió cuando los también creadores de Call of Duty fueron despedidos de forma aparentemente arbitraria a comienzos de 2010, lo que condujo a una cuantiosa demanda por $40 MDD, en agravio de la compañía.
Poco antes de comenzar el juicio, surgieron documentos comprometedores que sugerían que Activision estaba inconforme con los altos bonos a los que el par de creativos tenía derecho, por lo cual habría buscado algún pretexto para prescindir de ellos. Ante dicha situación, la distribuidora y los dos implicados hicieron un trato fuera de la corte, cuyos por menores no se dieron a conocer.
Además de esto, Activision también tuvo que pagar más de $40 millones de dólares a un grupo de alrededor de 40 exmiembros de Infinity Ward, quienes renunciaron luego de la salida de Zampella y West. Este grupo posteriormente fundaría un nuevo estudio de nombre Respawn Entertainment.
Más adelante, Creutz señaló que las proyecciones de venta de Diablo III serían más altas de lo esperado, alcanzando 8 millones de unidades durante su primer año, en vez de las 5 que se había anticipado originalmente. Finalmente, el consultor descartó que StarCraft II: Heart of the Swarm fuera a debutar este año, dado que Blizzard ni siquiera ha dado información sobre la Beta.
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