Fuentes allegadas a Microsoft aseguran que Ryse, el título de combate apoyado en Kinect que fuera presentado por Crytek en el E3 2011, será uno de los juegos de lanzamiento del nuevo Xbox, con miras a convertirse en un sello de la escala de Gears of War y Halo.
El proyecto del estudio alemán originalmente estaba planeado para debutar en Xbox 360, de la mano del primer Kinect, pero supuestamente hubo un golpe de timón importante y ahora saldrá con la nueva consola y un segundo modelo de Kinect mucho más avanzado y preciso.
Esta información es consistente con algunos perfiles profesionales que salieron a la superficie a finales de 2011, los cuales sugerían que Ryse se había convertido en un título de siguiente generación.
Se habla también de que un nuevo Forza de gráficos superrealistas acompañará el lanzamiento del aparato, aunque se desconoce el estudio que lo está desarrollando. Probablemente se trate de Turn 10, toda vez que esa fue una de las primeras compañías que se especuló ya trabajaba en un proyecto de nueva generación.
El reporte contempla, además, otros 2 títulos de lanzamiento, uno de zombies y otro familiar, con estética similar a la de las películas de Pixar y que también se apoyará en Kinect.
Y para quienes ya están hartos de los juegos de disparos, les tenemos malas noticias. Según esta información, habrá un gran soporte de compañías externas que desarrollarán más exponentes de corte FPS. De entrada, lo lógico sería pensar en Activision y Call of Duty, pues aunque la saga es multiplataforma, siempre ha tenido una relación más estrecha con Microsoft.
Es muy importante que Microsoft trabaje en nuevas propiedades porque Halo y Gears of War acaban de entregar 2 iteraciones más en Xbox 360, así que se antoja improbable que hagan acto de presencia cuando se anuncie el siguiente Xbox. Fable también tiene una entrega relativamente reciente y, desde nuestra perspectiva, Crackdown carece de la reputación necesaria como para cargar con el lanzamiento de una plataforma. En otras palabras, Microsoft tendrá que sacarse algo de la manga para sorprender a los consumidores cuando finalmente decida presentar su nuevo sistema.
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