Durante la convención de videojuegos londinense, EGX, celebrada la semana pasada, Bob Roberts, diseñador en jefe del estudio Monolith Productions, reveló que retirar Kinect como periférico obligatorio del Xbox One dio un empujón visual a Middle-earth: Shadow of Mordor. Recordemos que el movimiento, anunciado hace varios meses, libera 10% de recursos adicionales.
Gracias a esto, el juego goza de un mejor índice de cuadros por segundo en Xbox One, pero el diseñador no ofreció datos específicos. Los reportes más recientes indican que Shadow of Mordor corre a 30 fps en el sistema de Microsoft. No queda claro entonces si esa cifra cambió o si incluso iba a ser inferior, cosa inusual en el ámbito de los juegos modernos.
Por otro lado, Roberts explicó que a la compañía jamás le preocupó la comparación de Shadow of Mordor con Assassin's Creed, derivada de similitudes de mecánica de juego y testimonios de exdesarrolladores de la saga de Ubisoft.
"No sé si sea lo correcto decir que nos reivindicamos, porque siempre supimos cómo era jugar [Shadow of Mordor]. Una vez que la gente le ponía las manos encima, dejaban de preocuparse sobre las comparaciones y se sentía totalmente único. Hay mucho de novedad en ello gracias al sistema Némesis y a la forma en la que combinamos todos los elementos para que el mundo cobrara vida. Así que en realidad nunca recibimos críticas cuando la gente lo jugaba. En cuanto empezamos a mostrarlo, quedó claro que no había nada de qué preocuparse.", comentó el diseñador.
Middle-earth: Shadow of Mordor debutó ayer y nos dejó satisfechos, aunque no es un juego perfecto. Dejamos con ustedes el enlace a nuestra reseña.
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