Durante una presentación en la convención Exponential Medicine, un neurocientífico de la Universidad de California, Adam Gazzaley, presentó algunos de los resultados de su investigación sobre la influencia de los videojuegos en la llamada neuroplasticidad cerebral.
La neuroplasticidad es la capacidad del cerebro de cambiar sus conexiones de acuerdo con el ambiente, la conducta y los estímulos que lo rodean. Gazzaley y un equipo de diseñadores que trabajaron en Lucas Arts desarrollaron el videojuego NeuroRacer, que está pensado para medir las respuestas cognitivas en todo tipo de jugadores.
Gazzaley midió la actividad cerebral en el cortex a través de electroencefalogramas. El equipo encontró, por ejemplo, que la habilidad de los jóvenes es superior al inicio, pero que con la práctica los jugadores más maduros son siempre mejores. Otro proyecto de Gazzaley es diseñar modelos del cerebro para mostrar cómo luce su actividad neural en tiempo real, e incluso ha mostrado cómo se ve este órgano cuando la persona juega en Oculus Rift. Increíble, ¿no?
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