El mundo de Amalur está lleno de color, lo que resulta adecuado, pues está en decadencia y te da esa sensación de urgencia por salvarlo. Es un universo de fantasía, así que funciona el look exagerado y no tan estilizado, por lo que carecer de gráficos que estén a la altura de otros de la generación es poco importante; sin embargo, eso no tiene que ver con el detalle, que es suficiente para hacerte sentir dentro de una aventura y parte del lugar.

El sonido también es una experiencia casi imposible de pasar por alto, Grant Kirkhope le da a Amalur una vida que es difícil encontrar en otros juegos. En un título con ese grado de detalle gráfico, el sonido —desde los ambientales hasta los efectos y la música— ayudan a crear la ambientación perfecta. Muchas veces, al jugar cualquier título el sonido pasa inadvertido, es muy raro encontrar uno en el que te des cuenta de que el sonido es bueno y que forma parte de un todo para crear una experiencia casi perfecta.

Amalur no es tan grande como Skyrim, pero es más extenso que el promedio de los mundos que encontramos en un RPG y a pesar de ello no hay errores ni glitches, incluso el framerate se mantiene constante a lo largo del juego, sin importar la cantidad de enemigos en pantalla y los hechizos que se utilicen entre los distintos personajes que haya a cuadro en cualquier momento.

Todos los fanáticos del RPG agradecerán una de las mejores características del juego: la basura. Cuando estés dentro de tu inventario puedes seleccionar los objetos que ya no quieras y mandarlos a la basura; después, cuando estés en alguna tienda sólo selecciona vender toda la basura y el sistema lo hará, en vez de tener que seleccionar una a una las cosas que no te sirvan.

Otra opción es separar estos elementos en sus distintos componentes, y al estar en una forja crear tus propias armaduras y armas. Por supuesto en Amalur también encontrarás componentes para crear pociones y otros lugares donde incluso podrás insertar gemas en las armas o armaduras que te lo permitan para hacerlas más potentes.

Las similitudes con Diablo no terminan ahí, los objetos están clasificados según su rareza, los hay comunes, no comunes y hasta raros, y en ocasiones te encontrarás persiguiendo enemigos para ver lo que sueltan con la esperanza de tener oportunidad de crear mejores armas.

Algo que no es tan emocionante es que los enemigos sueltan todo al azar, así que si te topas con algún monstruo o guerrero que tenga un arma o poder genial que quieras, es posible que no lo recibas una vez que lo mates.

En estas páginas sólo tocamos una pequeña parte de la enorme cantidad de acciones que puedes llevar a cabo en Reckoning;nos atreveríamos a decir que puedes tener un par de meses de diversión con este juego sin miedo a aburrirte o a sentir que es repetitivo.

Hay mucho por hacer en Kingdoms of Amalur: Reckoning; definitivamente es un gran juego que tiene dos problemas y ninguno de ellos es su culpa: Skyrim y Mass Effect 3. Al salir entre dos lanzamientos tan importantes del mismo género poca gente le dará la atención que merece, pero por sí mismo brillaría por ser bueno y entregar una experiencia fenomenal para los fanáticos de los mundos fantásticos, pues otorga un sistema de combate brutal y único, y la flexibilidad que ofrece para crear a tu personaje como mejor te parezca lo acerca a la experiencia que quieras tener en un juego de rol.