Para dar un ejemplo, les puedo comentar que un gabinete doble tipo Taito de Super Street Fighter IV Arcade Edition con dos monitores LCD de 32 pulgadas y 90 días de garantía, cuesta $16,950 dólares. Esto quiere decir que si cobras 25 centavos de dólar por juego, la gente tendrá que jugar 67,800 veces para que recuperes tu inversión, aunque es posible correr el riesgo y cobrar más caro esperando que esta recuperación sea más rápida. Esa es una de las razones por las que la comunidad de jugadores de arcadia trata como héroes a los dueños de este tipo de locales, sin embargo, el reconocimiento y la admiración son insuficientes para mantener con vida las salas de arcadia.
El 26 de febrero de 2011 la comunidad de arcadias en Estados Unidos recibió uno de los golpes más fuertes en su historia, un local llamado Arcade Infinity, ubicado en Rowland Heights, en el estado de California, cerró sus puertas.
Arcade Infinity era un lugar que parecía ajeno a todos los problemas de las arcadias, la comunidad de California creía que el establecimiento considerado como legendario y que estaría ahí para siempre; su cierre dejó a mucha gente con un sentimiento terrible de inseguridad, ya que fue un claro ejemplo de que las salas de arcadia están en peligro de extinción.
Las arcadias están en riesgo constante desde hace tiempo y aunque marcas como Capcom y Namco tratan de darles un respiro con la creación de juegos que llegan antes a estos sistemas (Street Fighter IV Arcade Edition y Tekken Tag Tournament 2), su precio es alto. Además, ahora la norma es que los mejores títulos llegan directo a consolas y la mayoría nunca serán jugados en las salas de arcadia.
Tal vez seamos pocos los que extrañamos este tipo de lugares, sabemos que es muy difícil que la competencia y convivencia que se encuentra en las salas de arcadia se dé en otro tipo de ambiente. Si alguna vez disfrutaste jugar en este tipo de locales y encuentras alguno en tu camino, pasa y deposita unas monedas, tal vez hagas nuevas amistades. Te lo pide alguien que conoció a sus tres mejores amigos jugando Street Fighter II en una farmacia, algo que es muy probable que no hubiera pasado jugando en línea desde mi casa.
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