El discreto encanto de la maldad

Por qué los malos tienen algo tan indudablemente atractivo


El alien

Por decirlo así, el alien sería el demonio científico, es decir, la tentación de demostrar que no estamos solos en el universo, y también que nuestra evolución es mejor que otra. ¿No lo creen? Piensen en Mass Effect, Dead Space o Halo: el desarrollo tecnológico no va de la mano necesariamente con la ética y la bondad. El extraterrestre representa el miedo del ser humano a evolucionar en algo que pueda destruirse a sí mismo por no tener la sabiduría para utilizar la tecnología en su propio servicio, representa el temor del hombre moderno frente a la fuerza de la máquina.

El cyborg

Otro buen ejemplo de lo post-humano: mitad máquina-mitad hombre, el cyborg puede utilizar las mejores características de la máquina en favor de la humanidad, como Robocop, Gray Fox y Raiden de la serie Metal Gear . El cyborg representan la esperanza de que la humanidad evolucione en algo que no limite su existencia en el universo, siendo el viaje espacial la última frontera y la última aventura (y justamente esta semana se celebra el 50 aniversario del primer viaje espacial de Yuri Gagarin el 12 de abril de 1961, aunque en rigor la era espacial comience con la primera cosmonauta, la perra Laika…).

Aquí merece mención aparte el cyborg malvado más malvado de todos los tiempos: Darth Vader de Star Wars. Si no te rompió el corazón ver el lento camino del niño-genio Anakin Skywalker al desalmado maestro Sith, entonces eres un verdadero villano.

No hay razón para que un cyborg-ninja deba despeinarse.
No hay razón para que un cyborg-ninja deba despeinarse.

El gángster

Este personaje representa la tentación de desobedecer las reglas sociales, de ganarle a la sociedad en su propio juego, es decir, en estar por encima de la ley. El gángster de las películas de Hollywood de los años 20 (aunque existan versiones recientes como la de Johnny Deep haciendo de John Dillinger en Public Enemies) es una especie de redentor social, un Robin Hood que provee a la gente de lo que las autoridades le niegan, pero a un costo muy alto: protección, narcóticos o préstamos que serán cobrados con elevadísimos intereses. La series Yakuza, Mafia, Grand Theft Auto: San Andreas, de algún modo, y las películas de la saga The Godfather, son ejemplos de la tentación del éxito social a través de las actividades delictivas. La aparente maldad del capo o del kingpin se justifica muchas veces por una historia de infancia muy dura; así, el jefe mafioso le demuestra su desdén a la sociedad lucrando con sus deseos, y pretendiendo demostrar su superioridad a través de la ostentación: los autos deportivos, las mujeres, la moda y las armas no son sino símbolos de su poder, lo que indica su pretensión de ser como el emperador romano Nerón, una persona más allá de toda ley, alguien que no tiene responsabilidad de sus actos frente a la sociedad. Al Capone es el arquetipo del mafioso que se ve a sí mismo como un benefactor público, sin importarle los daños colaterales de su actividad.

El yakuza heredó cierta elegancia de su lejano ancestro, el samurai.
El yakuza heredó cierta elegancia de su lejano ancestro, el samurai.

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