SOPA o el fin de Internet como lo conocemos

Legislación estadounidense con repercusiones globales


Teoría y práctica de la SOPA

Para el Departamento de Justicia de Estados Unidos, la aprobación de SOPA implicará que un sitio como The Pirate Bay -con sede en Suecia- deje de ser visitado por el público de Estados Unidos, haciendo automáticamente que las ventas de DVD o Blu-ray originales aumenten, que la gente vuelva a ir al cine, compre CD, descargue música legalmente y compre software original. Aunque esto suena muy bien en teoría, el problema es que SOPA afectará también a sitios como YouTube, Google o Facebook, responsabilizándolos potencialmente por el contenido generado por sus usuarios. Sin contar, además, que las prácticas de consumo de entretenimiento han cambiado: hay días en que no quieres ir al cine, sólo quedarte en casa y poner Netflix.

En la práctica, la estructura actual de SOPA forzaría a los sitios a autocensurar el contenido publicado por sus usuarios. Eso significa nada de links en foros, nada de imágenes con derechos de autor, nada de canciones, ni covers, etc. Hemos visto que leyes como la Iniciativa Digital de Derechos Reservados del Milenio (DMCA, por sus siglas en inglés) puede forzar a sitios como YouTube a quitar un video cuando el poseedor de los derechos de autor presente una queja. Incluso bajo esa ley hay abusos (como cuando videos caseros son retirados de la red porque se escucha una canción popular de fondo), pero con todo, parece una solución mucho más civilizada que SOPA. La DMCA no criminaliza los sitios siempre y cuando demuestren que actúan "de buena fe"; SOPA no le daría el beneficio de la duda a los sitios ni a los usuarios.

Del mismo modo, Facebook podría ser multado por cada link de sus usuarios, ya se trate de fotos, videos, notas o comentarios donde se utilicen materiales protegidos por copyright. Pero el ejemplo más radical podría ser Google, el mayor motor de búsqueda del mundo: si SOPA se aprueba, Google podría ser multado por cada liga a material con copyright que arroje una búsqueda.

SOPA no permitiría navegar los sitios más cotidianos
SOPA no permitiría navegar los sitios más cotidianos

Futuro de SOPA... y del Internet como lo conocemos

Actualmemente, el Congreso y el Senado estadunidenses se encuentran en receso invernal. Durante su última semana de actividades, grupos opositores a SOPA (integrados por compañías como Google, Yahoo!, Facebook, Twitter, YouTube, eBay, LinkedIn, Zynga y Mozilla, entre otras) solicitaron que la propuesta sea revisada por un comité de expertos en tecnología que pueda determinar el impacto del bloqueo de DNS en servidores ubicados en Estados Unidos en el funcionamiento del Internet en el mundo. Estas compañías temen también que al “censurar” el funcionamiento de las páginas web en Estados Unidos, las innovaciones tecnológicas sean llevadas a otros países.

El resultado de estas resoluciones (que por la alta influencia de la iniciativa privada tienen más bien el carácter de “negociaciones”) seguirá discutiéndose a principios de enero. Aunque SOPA no sea aprobada, la propuesta rival lleva por nombre OPEN Act (Online Protection and Enforcement of Digital Trade, por sus siglas en inglés), una iniciativa que dejaría de lado las redirecciones de DNS, pero aún trataría de cortar los fondos de sitios que infrinjan los derechos de autor. PIPA, por su parte, será discutido luego en el Senado si el Comité Judiciario aprueba la propuesta inicial. La pelea por el Internet apenas comienza.

¿Y si escucháramos a Newell?

Gabe Newell, director y cofundador de Valve (dueño además de la plataforma más grande de descargas digitales en Internet, Steam), se refirió recientemente a la piratería, específicamente sobre el caso de Rusia, uno de los países que produce más copias ilegales en el mundo.

Newell enfocó el problema como uno de distribución más que de precio: si la piratería nos enseña algo es que el entretenimiento es un bien que genera interés en todos los estratos sociales, en casi cualquier país del mundo; la entrada de Steam en Rusia está demostrando que la piratería no es un asunto de precio, sino de servicio.

El que leyes como SOPA o PIPA desarticulen el Internet como lo conocemos sólo demuestra que se están protegiendo los intereses de las compañías que producen entretenimiento sin escuchar el punto de vista de los usuarios y consumidores. El caso de Steam, una vez más, demuestra que el usuario sólo desea acceso al contenido, pero que es tarea de los distribuidores y creadores lograr que ese contenido esté disponible en su territorio a un precio justo. Una de las funciones principales de la piratería es la distribución; a decir de Gabe Newell, si los distribuidores hicieran un mejor trabajo, la piratería no tendría razón de ser.

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