Apenas ayer, Bungie, casa desarrolladora fundada en 1991, conocida por haber concebido Halo, anunció la Beta de Destiny. En una época y en un mundo donde casi todos los juegos tienen un componente en línea, el anuncio de una Beta puede parecer cotidiano, pero cuando reparamos en el caso de este estudio y esta entrega, nos percatamos de que representa mucho más que una simple etapa de prueba.
Esta es la primera vez en 4 años que Bungie prepara el lanzamiento de un nuevo título y cuando decimos "nuevo" abarcamos todas las implicaciones de la palabra, pues también se trata de la primera vez en década y media que el estudio debuta con algo que no guarda relación con el Master Chief.
Al margen del aspecto cronológico e incluso conceptual, donde encontramos un First Person Shooter espacial con matices de fantasía hallamos su estructura, y ahí radica el meollo del asunto y la razón por la cual esta Beta es tan importante. Destiny pretende ser un FPS anclado en un universo persistente donde jugadores de diversas procedencias se topen unos con otros y compartan su aventura, al tiempo que eventos no programados detonen una experiencia que ni los diseñadores conocen plenamente. Destiny, entonces, se perfila para ser un MMO rebajado para consola, cosa que jamás se había hecho y, por si no bastara con eso, introducirá a la fórmula el azar.
Para poner la situación en perspectiva, DICE aún tiene dolores de cabeza por haber implementado más destrucción en Battlefield 4 y partidas para 64 jugadores ―característica cotidiana en PC, pero que en consola demostró ser muy desafiante―. En el caso de GTA V, bastaron 16 jugadores explorando Los Santos para que hubiera caos. Tanto Electronic Arts como Rockstar se vieron puestos de rodillas por estos incidentes, incluso en el ámbito bursátil, y ahora viene Bungie va a tratar de poner en circulación un juego en línea persistente con eventos generados proceduralmente. El estudio difícilmente lo reconocerá, pero de lo que ocurra durante los próximos 20 días depende el futuro de su producto, de la compañía como tal y quizás el porvenir inmediato para el juego en línea en consola. Otro fracaso del tamaño de Battlefield 4 podría disuadir a cualquiera en su sano juicio de innovar en el ámbito online para Xbox y PlayStation.
Las promesas no bastan en una situación como ésta. Bungie lleva meses diciendo que no padecerán los mismos problemas, dígase saturación de servidores, archivos corruptos, pérdida de progreso, rubber-banding, etcétera. Sin embargo, para evitar estos inconvenientes la desarrolladora tiene que llevar su estructura al límite de su capacidad. En este momento, sólo podrán participar en la Beta quienes hayan preordenado su copia de Destiny y quienes, por obra y gracia de la divinidad, reciban un código. Honestamente no sabemos si esta fórmula es la indicada. Para tener una idea más realista de lo que pasará, la Beta debería ser 100% abierta, pues reconozcámoslo, la gente que jugará será más de la que apartó su copia. Personalmente, no lo he hecho y tengo la certeza de que jugaré. ¿Cuántos como yo irán a explorar el mundo de Destiny sobre la hora y probablemente, sin haber sido presupuestados por Bungie?
A favor del título existe el hecho de que la Beta ocurra con tanto tiempo de antelación. Es decir, el juego saldrá a la venta a comienzos de septiembre. Aún hay 2 meses para que Bungie haga y deshaga a placer, y considere las posibles situaciones que se presenten en servidores, redes, clientes y demás. Recordemos que Battlefield 4 llevó a cabo su Beta días antes del estreno y ya todos conocemos el resultado.
Ahora bien, nos estamos concentrando en la campaña de la Beta, pero tampoco hay que olvidar que ésta ofrecerá una probada del modo Strike (equivalente a una nueva lectura de Horda) y el multiplayer competitivo, que probamos en E3 y francamente nos pareció una remodelación del de Halo, pero con un nuevo contexto y poderes de fantasía. Nos da la impresión de que, si bien es importante, la Beta para estos modos es menos crucial que la de la experiencia central o core del juego.
Aún quedan muchas interrogantes, pero lo cierto es que Destiny tratará de tener éxito inmediato donde varios han fracasado escandalosamente, y se supone que la experiencia del estudio con Halo, así como con casos fallidos previamente documentados, permitirá que el título prospere a pesar de las singulares condiciones que enarbola su propuesta.
Bungie lo niega, pero el rumor es que Destiny costó $500 MDD, y aún si el dato es impreciso, seguramente no fue un juego barato, así que no estaría de más que Activision y el estudio tomaran una página del libro de jugadas de EA y la introdujeran a su proceso de certificación de productos.
"Estamos cambiando la forma como probamos nuestros productos.", comentó el director de EA hace algunos días. "¿Funciona? Los ceros y los unos. Hay una prueba fundamental. ¿Hace lo que se supone que haga? ¿Certificación de calidad? ¿Es divertido cuando hace lo que se supone que haga? ¿Escalable? ¿Hace lo que se supone que haga a escala? ¿El usuario obtiene lo que desea y divertirse con sus amigos a mayor escala?", ésas fueron las preguntas retóricas que Andrew Wilson hizo para ilustrar la forma en la que funciona el nuevo sistema de certificación y no estaría de más que Bungie pusiera mucha atención.
Insistimos, los creadores de Halo no pueden ir a la segura con esta Beta. Su juego no es como cualquier otro y precisamente porque algunos menos ambiciosos han tenido problemas graves, es importante que la Beta de Destiny sea una de las más demandantes para el sistema que se hayan visto en épocas recientes. De otro modo, durante la semana del 4 de septiembre estaremos hablando otra vez sobre colapso, decepción y peor aún, un antecedente más a tomar en cuenta para que los estudios eviten innovar en el ámbito en línea de las consolas. Si pueden, participen en esta etapa. Entre más gente acceda, brinde retroalimentación y critique constructivamente, será más fácil garantizar el éxito de este innovador título.
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