Oriundo de Cupertino, California, Steve Paul Jobs nació el 24 de febrero de 1955, de una pareja joven y poco preparada que optó por darlo en adopción.
A los seis años de edad, la familia adoptiva de Jobs se mudó a Palo Alto, California, punto neurálgico de la industria tecnológica, donde las aptitudes natas del visionario adolescente comenzarían a florecer, teniendo a Hewlett-Packard como su primer hogar profesional.
Como la de muchos otros genios, la vida de Steve estuvo llena de contrastes. Abandonó la universidad de Reed sólo un semestre después de haberse inscrito y más adelante se embarcó en un viaje a la India con fines de crecimiento espiritual, en el que consumió drogas, según aseveró más adelante y agregó que favorecieron su visión creativa; durante esa estancia también tomó un curso de caligrafía, que le serviría de inspiración para el estilo minimalista que posteriormente le daría a Apple.
Vale hacer un paréntesis para decir que uno de los primeros trabajos de Jobs fue en Atari, donde colaboró codo a codo con Steve Wozniak, quien sería cofundador de Apple en 1976.
El primer gran logro de la empresa de la manzana mordida sería precisamente la computadora personal, lo que convirtió a Jobs en uno de los jóvenes más acaudalados de su época.
Curiosamente, poco después, diferencias al interior de la boyante Apple, dieron como consecuencia que su propia empresa lo hiciera a un lado en septiembre de 1985. Pero éste no fue tiempo perdido para Steve, quien durante los años fuera de la empresa compró The Graphics Group, al que posteriormente rebautizaría como Pixar, estudio con el que revolucionaría la industria cinematográfica con el estreno de Toy Story en 1995, primera cinta producida completamente en CGI.
Dos años más tarde, Jobs regresó a Apple, justo cuando se encontraba al borde de la perdición, por lo que se dedicó a impulsar diversas medidas orientadas a la recapitalización, algunas polémicas, como la venta de 4% de las acciones a Microsoft.
Steve llevó a la compañía por nuevos parajes, uno de los cuales fue la exitosa tienda musical iTunes y, por supuesto, el vanguardista reproductor iPod. A partir de estos productos y la línea de computadoras iMac, Apple no sólo se recuperó, sino que se convirtió en una de las compañías más grandes, influyentes e importantes del mundo; en pocas palabras, su valor incrementó en 150 mil millones de dólares, todo gracias a Steve Jobs.
No puedes conectar los puntos mirando hacia el frente; sólo puedes hacerlo mirando hacia atrás. Así que tienes que confiar en que los puntos de algún modo te conecten hacia el futuro. Debes confiar en algo: tu instinto, el destino, karma, lo que sea. Este enfoque nunca me ha fallado y ha hecho la diferencia en mi vida, dijo durante una conferencia en la universidad de Stanford, acuñando así una de sus frases más célebres e inmortales.
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