Cruz Roja justifica interés en videojuegos

La semana pasada les informamos que hubo un espacio dedicado a los videojuegos durante la XXXI Conferencia Internacional de la Cruz Roja y la Media Luna Roja, cuyo objeto fue discutir si dicha forma de entretenimiento debía someterse y promover los tratados bélicos internacionales. Dicho lo anterior, no faltaron los cuestionamientos en torno a la injerencia de dicho órgano en asuntos de naturaleza recreativa.

Para justificar su involucramiento, la Cruz Roja difundió un listado de preguntas frecuentes, donde enfatizó que si las fuerzas armadas en la vida real se atienen a las leyes de conflicto armado, “entonces los videojuegos que simulan la experiencia de las fuerzas armadas tienen el potencial de hacer conscientes las reglas que esas fuerzas deben cumplir en todo momento que entran en acción –ésta es una de las cosas que le interesan al IRC–.”

El boletín informativo agrega que uno de los mandatos de la Cruz Roja es promover las leyes humanitarias internacionales y, dada su experiencia en asuntos de conflicto armando, el desarrollo de estos juegos resulta claramente importante para la organización. Ahora bien, ello no implica que en aras de meter en cintura a los desarrolladores de videojuegos, la Cruz Roja desatienda sus tareas centrales. “Los conflictos reales y sus consecuencias humanitarias son, de hecho, su preocupación principal. Con alrededor de 12 mil miembros, la Cruz Roja Internacional conduce actividades humanitarias en situaciones de violencia armada en todo el mundo.”

Esta controversia parece nueva, pero de hecho, DICE evitó introducir civiles en Battlefield 3 precisamente para evitar dilemas éticos de esta índole, pues, de acuerdo con Patrick Bach, productor ejecutivo, siempre que se le presente la oportunidad, la gente hará cosas malas en un título.

En la otra cara de la moneda yace Rockstar. Si bien es cierto que sagas como GTA o Red Dead no involucran temáticas castrenses, este es un estudio que ha demostrado absoluto desinterés en la moralidad y en ello ha radicado buena parte de su éxito.