Scream 6 es ridícula, en el buen sentido; como una película del género slasher debe ser. El legado que nos heredó Wes Craven en 4 películas continúa bajo un nuevo enfoque, pero sin pretender ir por encima de eso; es más, ni se esfuerza por ser mejor. La muestra de esta nueva etapa más violenta y cínica fue Scream (2022), que continúa las matanzas de Ghostface a partir de nuevos protagonistas. El humor es una parte inherente de la franquicia que se combina con los chorros de sangre en pantalla para darnos casi 2 horas de pura diversión. La diferencia en Scream 6 es que la autocrítica es más directa e intenta hacernos reír mientras saltamos del asiento en momentos llenos de tensión.
La película arranca con una mujer que entra en el papel de víctima desde el primer momento. Ésta es una carta de presentación sellada con sangre que nos deja claro que Ghostface está de vuelta y, para sorpresa de nadie, volverá a matar. Desde el inicio, Scream 6 deja claro que volverá a ponernos a adivinar la identidad de Ghostface sin cambios en una fórmula que ha funcionado durante años.
Después de la introducción, vemos de nueva cuenta a Samantha (Melissa Barrera) y Tara (Jenna Ortega), las hermanas Carpenter que regresan en esta segunda parte y deciden iniciar una nueva vida en Nueva York. Mientras Tara intenta tomar el papel de una adolescente normal, su hermana mayor lucha con sus demonios y la mala fama que la persigue a donde quiera que va. Es aquí donde el argumento toma forma y aprovecha el desprestigio para convertirlo en un posible instinto asesino latente en la protagonista, lo que provoca que los múltiples giros de tuerca y la identidad de Ghostface tengan un factor adicional a su favor.
Mientras las dudas crecen y el grupo de amigos refuerza sus lazos, los primeros ataques comienzan sin tomarse mucho tiempo. Esto mantiene un ritmo constante en escenarios cerrados que ponen a los personajes a luchar al tú por tú con el asesino la mayor parte del tiempo. En otros casos, el ritmo es más pausado para que la estocada final cause más impacto. Las muertes siguen el mismo proceso de siempre, donde Ghostface anuncia su llegada o simplemente ataca por sorpresa. A pesar de que el perfil es el mismo, esta vez el asesino es más directo y salvaje. Pasa de jugar con sus víctimas a tratar de aniquilarlas al primer toque y aprovechar el sufrimiento, si es necesario. Es cierto que Scream 6 tiene pocas sorpresas y no aspira a dar un giro al género, pero cumple con entregarnos una película divertida.
Otro elemento de la cinta es el paralelismo con la película Stab y la importancia del origen de Scream. Aunque deja fuera a Sidney Prescott (Neve Campbell), la protagonista original, mantiene su lucha con los asesinos originales. También aparecen algunos personajes veteranos para perpetuar el vínculo con esa y las demás películas. Este paquete de nostalgia se refuerza con clichés y recursos que hemos visto antes, sin más. El humor también está presente con una autocrítica constante y descarada. Personajes que parecen ser inmortales, conceptos rebuscados como el término "recuela" y los estereotipos de los slashers son temas que se abordan constantemente con la intención de hacernos reír.
Scream 6 es una película que nos mantiene entretenidos de principio a fin y se apoya en el desempeño actoral y el carisma de sus protagonistas. Es la opción recomendada si eres un fiel seguidor de la saga o si no eres tan exigente a la hora de ver una película de terror. Después de 6 películas, se nota el desgaste en la idea original y sería bueno darle un enfoque más arriesgado en futuras entregas.
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