Microsoft sacudió a la industria el 18 de enero de 2022. Luego de comprar Bethesda, la compañía reveló que iba por algo mucho más grande: Activision Blizzard King. Todos nos quedamos con la boca abierta cuando anunció que pagaría miles de millones de dólares por los dueños de Call of Duty, World of Warcraft y Candy Crush.
A Xbox le brillaron los ojos, pues de la noche a la mañana tendría en sus manos algunas de las franquicias más icónicas de la industria. Sus fans enloquecieron y pronosticaron la caída de PlayStation y Sony en la larga lucha por las exclusivas.
Mientras tanto, el nerviosismo explotó en las compañías japonesas y entre sus seguidores, pues la compra de Activision Blizzard King no era poca cosa. Luego de batallas legales, declaraciones absurdas y una guerra por Call of Duty, el acuerdo se cerró el 13 de octubre de 2023.
Muy pronto se cumplirán 2 años de este sorpresivo movimiento de Microsoft. Por ello, nos preguntamos si valió la pena y si verdaderamente impulsó a Xbox como se esperaba.
La compra histórica de Activision Blizzard King
El anuncio de la compra de Activision Blizzard King fue un auténtico bombazo. Era un hecho que Microsoft y Xbox comprarían más estudios, pero pocos imaginamos que iría tras uno de los gigantes del entretenimiento.
Phil Spencer, jefe de Microsoft Gaming, anunció las intenciones de compra por $70 mil millones de dólares. El acuerdo incluyó a Activision Publishing, Blizzard Entertainment, King, Infinity Ward, Raven Software, Sledgehammer Games, Toys for Bob, Treyarch y más estudios.
Gracias a esto, Xbox sumó aclamadas franquicias a su portafolio, entre ellas, Call of Duty, Warcraft, Candy Crush, Tony Hawk, Diablo, Overwatch, Spyro, Hearthstone, Guitar Hero, Crash Bandicoot y StarCraft.
El objetivo era claro: usar los juegos de Activision Blizzard King para impulsar Xbox Game Pass y el juego en la nube. Por supuesto, también era un plan maestro para quitarle terreno a PlayStation.
Como parte de la compra, Xbox se comprometió a mejorar la cultura laboral de Activision Blizzard, que en ese entonces estaba bajo el mando de Bobby Kotick. La empresa enfrentaba varias demandas por casos de acoso y discriminación que impactaron negativamente su reputación.
Por ello, muchos vieron a Microsoft como un salvavidas que arreglaría los graves problemas del estudio. También se dijo que la adquisición era el impulso que Xbox necesitaba para superar de una vez por todas a sus competidores. Sin embargo, aún quedaba un largo camino por delante para que se concretara el trato.
Una batalla legal y un circo mediático de declaraciones
La compra de Bethesda recibió luz verde sin muchos contratiempos. Sin embargo, la situación con Activision Blizzard King fue radicalmente diferente. La Autoridad de Competencia y Mercados de Reino Unido (CMA) y la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) se volvieron un dolor de cabeza para Microsoft.
Durante meses, fuimos testigos de una novela donde ambos reguladores hicieron todo lo posible para detener la compra. Acusaron a los de Redmond de prácticas monopólicas y de intentar dañar a la industria. Supuestamente, su compra impactaría en la calidad de los juegos y los servicios, por lo que también perjudicaría a los jugadores.
Nada de esto ocurrió como los organismos pronosticaban. Los juegos de Activision Blizzard llegaron a Xbox Game Pass, así que el contenido estuvo disponible para un mayor número de jugadores en más dispositivos, tal como prometió Microsoft. Por otro lado, los juegos de Blizzard regresaron a regiones como China gracias a un acuerdo con NetEase.
Los organismos también advirtieron sobre las prácticas predatorias de Microsoft. Destacaron que el gigante tecnológico no dudaba al momento de cerrar compañías enteras, algo que ponía en riesgo a todos los estudios de su flamante compra.
La CMA y la FTC tenían razón en esto, pues Microsoft sacó la guillotina a principios de 2024. Despidió a más de 1900 empleados, entre ellos, a desarrolladores y directivos de Activision Blizzard. Además, Xbox canceló Project Odyssey, un juego de supervivencia del estudio que estuvo más de 6 años en desarrollo.
Cuando ocurrió el cierre de Tango Gameworks, Arkane Austin y más equipos, Toys for Bob también se vio impactado y perdió personal. Poco después, la desarrolladora cerró sus oficinas y se independizó para tomar distancia de Microsoft.
Poco después, el gigante tecnológico hizo más recortes y despidió a 650 empleados. Esto afectó diversas áreas corporativas y de soporte de Activision Blizzard. Por si fuera poco, en julio de este año hubo otros 9000 despidos que impactaron a estudios como Raven Software y King.
El estudio de Candy Crush perdió 10% de su plantilla de desarrolladores y está a la espera de más recortes. Algunos empleados revelaron que las expectativas de Microsoft son irreales y ni un milagro les ayudará a alcanzarlas. Por otro lado, los reguladores estaban preocupados por el inmenso poder que ganarían Microsoft y Xbox en cuanto a contenido y el juego en la nube. Por supuesto, PlayStation no se quedó callado e hizo de todo con tal de no perder Call of Duty.
Jim Ryan, entonces jefe de la marca, llegó al extremo de decir que Microsoft les daría las peores versiones de los juegos y que los exclusivos de PlayStation dejarían de existir sin Call of Duty. Por su parte, Xbox dijo que la franquicia bélica era poca cosa y que su verdadero interés era la compra era la nube.
Al final, Microsoft firmó un acuerdo de 10 años para llevar Call of Duty a las consolas de PlayStation y Nintendo. La saga sigue siendo tan popular en las consolas de Sony como antes y sus exclusivos están en riesgo, pero por otros motivos. El que sigue esperando es Nintendo, que no ha recibido alguna entrega de la saga en Switch ni en Switch 2 a pesar de que se prometieron lanzamientos simultáneos en todas las plataformas.
La CMA y la FTC intentaron bloquear la adquisición de Activision Blizzard King en varias ocasiones, pero Microsoft y Xbox se salieron con la suya. El 13 de octubre de 2023 concretaron la adquisición y se convirtieron en uno de los desarrolladores y distribuidores más grandes de la industria.
Para ello, las compañías tuvieron que hacer algunas concesiones, como vender a Ubisoft los derechos de la nube de los juegos de Activision Blizzard. De esta forma, sus nuevas franquicias no pueden ser exclusivas de Xbox Cloud Gaming.
Ya con el estudio y sus IP en las manos, parecía que Xbox tenía lo necesario para conquistar la industria, crecer como nunca y arrebatarle de una vez por todas la corona a PlayStation. Sin embargo, en realidad las cosas han sucedido de forma muy diferente a lo que muchos esperaban.
¿Valió la pena la compra de Activision Blizzard King?
A 2 años de la compra por parte de Microsoft hemos tenido resultados agridulces. Por un lado, es verdad que algunos juegos de Activision Blizzard son de más fácil acceso gracias a su llegada a Xbox Game Pass. Incluso, sagas como Call of Duty tienen estrenos de día 1 en el servicio.
Sin embargo, son pocas las cosas positivas de las que hablar. La balanza se inclina más hacia lo negativo, incluso con las promesas de que los estudios tendrán más presupuesto y mejores herramientas de desarrollo.
La compra dejó algunas victorias, como la salida de Bobby Kotick de la industria. Activision Blizzard King tuvo un cambio en su cultura laboral lejos de las garras de uno de los directivos más repudiados.
Sin embargo, los despidos masivos, las cancelaciones de proyectos y la creciente insatisfacción de los empleados deja en evidencia algo: la compra de Activision Blizzard King fue algo realmente bueno sólo para Microsoft.
En cada reporte financiero, la compañía presume cómo sus ganancias e ingresos por gaming van en aumento. Esto gracias al enorme valor que agregan las nuevas franquicias a sus finanzas. No obstante, este crecimiento económico no refleja la satisfacción, estabilidad ni las condiciones laborales favorables de sus empleados.
De hecho, los trabajadores de estudios como Raven Software y el equipo de Diablo se sindicalizaron y protestaron contra Microsoft. Afirmaron que los despidos constantes los hacen “vivir con miedo” de perder su trabajo de forma repentina.
La compra de Activision Blizzard King salvó a Xbox, ya que le permitió inflar sus números frente a Microsoft. Sin embargo, esto puede volverse un tiro en el pie, pues el gigante tecnológico ahora es más exigente. Los demás equipos de Xbox Game Studios enfrentan mayor presión, a lo que se suma la incertidumbre que genera la apuesta de sus dueños por la inteligencia artificial.
¿Crees que la compra de Activision Blizzard King trajo más beneficios que problemas para la industria? Cuéntanos en los comentarios. Busca todas las noticias relacionadas con Xbox en esta página.
