Tenemos en nuestras manos Battlefield 6, el regreso en forma de la franquicia competitiva de Electronic Arts que ahora cuenta con una extensa red de soporte y estudios hermanos para crear una de las experiencias más explosivas del otoño y, probablemente, el año. Sin embargo, aún no estamos listos para ofrecer un veredicto final que tome en cuenta la experiencia que vivirá el usuario.
Comentamos ésto por el componente multijugador; queremos que nuestro veredicto tome en cuenta la experiencia del usuario final y no la de los reseñistas que jugaron en un ambiente cuidado por Electronic Arts. Mientras que no esperamos una catástrofe, esto nos dio tiempo suficiente para explorar el modo en solitario que disfrutamos por lo que es: una parada momentánea, en lo que abren los servidores de juego.
LA NUEVA ERA DE BATTLEFIELD
Ambientada en un 2027 caótico y fracturado, y con la OTAN desmoronándose, en la campaña de Battlefield 6 emerge una corporación militar privada para tomar control y establecer un nuevo orden mundial; su nombre es Pax Armata.
Con la paz del globo en riesgo, la campaña sigue a los miembros del escuadrón de élite Dagger 1-3, quienes alternan en una gran analepsis que introduce y contextualiza los hechos. Se trata de un thriller de magnitudes globales que abandona el formato de antología que vimos en Battlefield 1 y Battlefield V. Sin duda, el nuevo acercamiento a la campaña evoca la intensidad de las grandes campañas militares de los shooters de principios de 2010, especialmente los de casa, como Battlefield 4 y Bad Company 2.
La historia, dividida en 9 misiones, nos lleva a recorrer una zona que va desde las playas de Gibraltar hasta los callejones de Brooklyn y las polvorientas montañas de Tayikistán. Nos pareció que la temática es un gran acierto que alude las ansiedades del mundo real, como la disolución de la OTAN, el colapso económico, el auge de las corporaciones militares privadas y las guerras por poderes con Pax Armata como fuerza antagónica.


Destacan misiones como Operación Gladius, que inicia con un desembarco y progresa para mostrarnos el departamento que hace brillar a esta campaña: la destrucción táctica del escenario. Es en estos momentos cuando el protagonismo lo roban las numerosas y continuas explosiones que derriban fachadas, desmoronan paredes y aplanan hasta sus cimientos los escondites del enemigo.
En otras misiones, la destrucción ocurre a menor escala, pero con igual intensidad. Por ejemplo, cuando limpiamos cuarto por cuarto de las viviendas urbanas que ocultan a los miembros de Pax Armata. Utilizar el martillo para crear boquetes y derribar paredes comienza como una actividad divertida y vistosa hasta que se convierte en una segunda naturaleza; es aquí cuando dejas de ver el escenario como pasillos y comienzas a identificar los muros que puedes destruir para facilitar maniobras de flanqueo.
ESCUADRÓN EN ACCIÓN
Al mismo tiempo, la campaña es fiel a la propuesta multijugador de juego por equipo. Esto quiere decir que en todo momento estás acompañado por, al menos, un miembro del escuadrón, lo que hace referencia a las mecánicas competitivas. Te contamos un ejemplo: cuando eres abatido, existe la posibilidad de que un miembro te auxilie para regresar al combate.
Esto habilita otra mecánica de la campaña: tus acompañantes aportan sus habilidades únicas al combate. Otro ejemplo: con una orden a través del menú radial, tu escuadrón puede ejecutar tareas de ataque y reconocimiento; Carter y Hemlock lanzan granadas; Murphy dispara cohetes y Gecko inspecciona el área con su especialidad en drones para localizar y marcar a los enemigos. Esta última habilidad es la más útil y poderosa del escuadrón.
Con todo esto, la campaña destaca gracias a momentos cinemáticos de gran impacto dramático, como en Sin Dormir, donde figura un salto HALO detrás de líneas enemigas. Estas secuencias son contundentes y, por su naturaleza, evocan cintas como Civil War, sin ser demasiado profundas o enteramente dramáticas porque el guion es, para bien y para mal, funcional.


LA NUEVA ERA DE FROSTBITE
Visualmente, Battlefield 6 impresiona. La última iteración de Frostbite entrega amplias postales de guerra con detalle fotorrealista. Aquí, la iluminación y los efectos de partículas elevan la destrucción a momentos que te harán levantar las manos para exclamar ‘esto es cine, carajo’. Por su parte, el sonido amarra la experiencia regalando momentos de furia volumétrica gracias al audio ambiental que hace reverberar detalles pequeños como las pisadas del escuadrón y el estruendo de la propulsión a chorro de los jets de combate.
Si algo positivo tenemos que concluir sobre la campaña es la variedad: en un momento estás desembarcando en una playa; en otro, limpias habitaciones en combate cuerpo a cuerpo; y en otro participas en el asalto a una ciudad a bordo de un acorazado. Incluso hay secciones sobre rieles en torretas y persecuciones vehiculares que hacen guiños a secuencias estelares clásicas y obligatorias en esta clase de juegos sin sentirse como relleno ni que alargan su bienvenida.
UN MODO HISTORIA APRESURADO Y POCO PULIDO
Lo que más le pesa a la campaña de Battlefield 6 son 2 características: linealidad y falta de atención a los detalles.
Las misiones que son la verdadera esencia de Battlefield son las más divertidas y disfrutables; es decir, aquellas donde la destrucción toma un papel central y es parte del espectáculo audiovisual. Lo negativo es que son muy pocas. Están estructuradas como largos corredores repletos de enemigos para derribar; es más, ni siquiera es necesario abatirlos, basta con cruzar líneas invisibles para detonar la siguiente parte del guion. Battlefield 6 constantemente traiciona el sentimiento sandbox del multijugador… con excepción de una zona; así es, ni siquiera es una misión completa.
También es común ver que se rompe el sentimiento de realismo “con las botas en el suelo” y guerra a gran escala. Por ejemplo, cuando ves jets de combate que viajan a mach 2 y combaten a unas decenas de metros de altura, apenas lo suficiente para estar frente al jugador y aumentar el efecto dramático. Lo mismo ocurre cuando ves helicópteros que avanzan a la misma velocidad que los lentos y pesados acorazados de combate, lo cual contrasta directamente con misiones similares, en la campaña de Battlefield 3 hace 14 años.
También hay misiones totalmente desconectadas de la trama principal. Como mencionamos, las misiones contextualizan el presente y las protagonizan los miembros de Dagger 1-3, con excepción de la misión en Egipto que parece incluida por el simple hecho de tener una misión de tanques.
Estas críticas pequeñas parecen exageradas y quisquillosas; probablemente lo son cuando la regla principal en muchas de estas obras es que la acción se vea bien antes sin que importe que sean coherentes o realistas; la regla de lo cool.
Ese es su problema, que no se ven bien y ponen en evidencia la deficiencia fundamental de la campaña de Battlefield 6: se siente apresurada, en línea con los reportes que sugerían un infierno de desarrollo y el retraso en general dentro de los Estudios Battlefield. Después de acabar la campaña 2 veces, creemos en estos reportes.
Confesamos que hay muchas partes rescatables dentro de toda la experiencia, pero sentimos que la campaña vive debajo de una sombra muy pesada.
Vamos al grano: la campaña de Battlefield 6, comparada con el espectáculo audiovisual pulido y de gran calidad que es Call of Duty o las secuencias estelares de Titanfall 2, ocasionalmente arroja un enorme sentimiento de déjà vu. Como un disco de compilaciones o grandes éxitos que has escuchado toda la vida: es emocionante, pero poco memorable o revolucionario. Es como ver un tributo de tu banda favorita.
La campaña para un jugador de Battlefield 6 no es la obra que muchos esperaban de la serie; de hecho, nos cuesta trabajo admitirlo, pero extrañamos el formato de antología que mostraban viñetas breves, pero humanas ocultas detrás de un conflicto. La razón es la falta de impacto dramático y profundidad emocional de los personajes, a pesar del marco geopolítico con aires actuales y grandes ideas. El impacto se pierde debido al heroísmo genérico y a que la historia no profundiza lo suficiente para sentirse reveladora.
En toda instancia se sienten más como Call of Duty que como un Battlefield claramente distinguible. Es una campaña funcional de unas 5 o 6 horas de duración que añade trasfondo para el multijugador.
UN TRIBUTO CON POCA IDENTIDAD
No queremos que te lleves la impresión incorrecta: disfrutamos la campaña de Battlefield 6 por lo que es, especialmente cuando se nota la verdadera esencia de la serie. Hablamos de cuando la destrucción toma el papel protagónico y es parte del espectáculo audiovisual, cuando te envuelve en explosiones de paredes que se derrumban y hace vibrar tus entrañas con el estruendo de los disparos. Es un gran espectáculo que se queda corto en ejecución.
La campaña no es un desastre, pero es evidente la falta de dirección y, sobre todo, el tiempo de cocción para entregar una experiencia memorable. Dicho esto, la campaña de Battlefield 6 pasa a ser una breve parada para disfrutar la verdadera joya en la corona: el multijugador.
¿Qué te pareció esta reseña? ¿Esperabas más de la campaña? Como siempre, te invitamos a comentar y a que estés al pendiente de nuestra reseña del multijugador.
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