Japón ama a Pokémon, eso no es noticia. Pero cuando The Pokémon Company y McDonald’s anunciaron una colaboración de edición limitada para ofrecer cartas especiales en los Happy Meal o Cajita Feliz, la emoción colectiva subió a niveles legendarios. La promoción, que comenzó el 9 de agosto, incluía una carta exclusiva de Pikachu disfrutando una hamburguesa y otra al azar de personajes como Sprigatito, Fuecoco, Quaxly, Ralts o Riolu.
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Era un plan perfecto… hasta que no lo fue. Apenas horas después del arranque (no pasó ni un día), varios locales reportaron que se habían quedado sin cartas debido a “ventas más altas de lo esperado”. En otras palabras: la demanda fue tan brutal que McDonald’s Japón tuvo que suspender la promoción mucho antes de lo planeado (la colaboración terminaría el 11 de agosto).
Una avalancha de clientes… y scalpers
La popularidad de Pokémon siempre genera filas largas, pero esta vez la cosa se salió de control. Testigos y medios japoneses reportaron que algunos clientes compraban decenas de Happy Meals únicamente para quedarse con las cartas, dejando la comida intacta. Incluso hubo casos de desperdicio masivo de alimentos y aglomeraciones que llamaron la atención de las autoridades.
En redes sociales, varios fans criticaron que los llamados scalpers —personas que compran grandes cantidades para revender— aprovecharon la ocasión. Esto dejó a muchos coleccionistas casuales y niños sin oportunidad de conseguir las cartas. El fenómeno no es nuevo, pero cada vez genera más rechazo entre la comunidad.
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McDonald’s pide disculpas
Ante el caos, McDonald’s Japón publicó un mensaje pidiendo a los clientes que no contactaran a las tiendas para preguntar por disponibilidad. También se disculpó con todos los que esperaban participar en la campaña. Aunque no confirmaron si habrá un reabastecimiento, parece que esta colaboración será recordada por su corta duración y el frenesí que desató.
Lo más triste es que varios fans se quedaron con las ganas de conseguir esa curiosa tarjeta de Pikachu comiendo una hamburguesa, y parece que sólo quedará en la lista de deseos de los entrenadores en dicho país.
Esa es la tarjeta de colección:
El lado oscuro del coleccionismo
Lo que comenzó como una campaña pensada para alegrar a los fans de todas las edades terminó mostrando otra cara de la fiebre coleccionista. Entre la nostalgia, la exclusividad y el valor que algunos atribuyen a estas cartas, no es raro que se produzcan escenarios así, aunque nunca deja de ser decepcionante para quienes sólo buscaban un detalle simpático con su hamburguesa.
Y tú, ¿hubieras hecho fila por un Pikachu hamburguesero o prefieres evitar este tipo de locuras?
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