Silver Lake, Affinity Partners y el Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita comprarán Electronic Arts por $55 mil millones de dólares. Se espera que la adquisición se concrete hasta el año fiscal 2027, pues primero pasará por un proceso de revisión por parte de varios reguladores. Han pasado pocos días desde que se anunció el acuerdo, pero EA ya enfrenta los primeros obstáculos para concretarlo.
Políticos de Estados Unidos están preocupados por esta compra y quieren frenarla de alguna forma. Creen que es riesgoso que Arabia Saudita tenga el control del popular estudio con sede en Redwood City, California, Estados Unidos. Consideran que es un tema de “seguridad nacional” por la “influencia extranjera”.
Por si fuera poco, creativos de EA están preocupados por las repercusiones del acuerdo. Temen posibles despidos una vez que se concrete la compra, así que protestaron con el respaldo de un sindicato y exigieron una investigación.
Estados Unidos no quiere que Arabia Saudita compre EA
Cuando el trato se complete, la totalidad de EA pasará a manos de Silver Lake y Affinity Partners, importantes firmas de inversión. El Fondo de Inversión Pública de Arabia renovará su participación actual de 9.9%, por lo que tendrá un control menor en el negocio del estudio; sin embargo, varios políticos estadounidenses alertaron sobre los supuestos riesgos de que Arabia Saudita esté implicado en la compra.
Elizabeth Warren y Richard Blumenthal, senadores demócratas, enviaron una mensaje a Scott Bessent, Secretario del Tesoro de Estados Unidos. En él comunican su preocupación sobre la adquisición, pues creen que es un intento de Arabia Saudita por aumentar su influencia en Estados Unidos. Aseguran que la información de millones de personas están en manos de EA y que pasará a las manos del gobierno de dicho país.
“Escribimos con profunda preocupación sobre la influencia extranjera y los riesgos a la seguridad nacional que plantea la posible adquisición del productor estadounidense de videojuegos Electronic Arts (EA) por parte del Fondo de Inversión Pública de Arabia Saudita (PIF), Silver Lake Group, LLC (Silver Lake) y Affinity Partners de Jared Kushner.
Le instamos a usted y al Comité a que examinen con minuciosidad esta privatización extranjera sin precedentes de una importante empresa estadounidense de tecnología y entretenimiento”.
Los políticos exigen que el Comité de Inversión Extranjera en Estados Unidos (CFIUS) haga una investigación al respecto y presente sus resultados a más tardar el 4 de noviembre. Desde el inicio, la compra tuvo tintes políticos, pues Affinity Partners fue fundada y es dirigida por Jared Kushner, yerno de Donald Trump.
“La transacción propuesta plantea una serie de riesgos significativos en materia de influencia extranjera y seguridad nacional, empezando por la reputación del PIF como brazo estratégico del gobierno saudí. El deseo de Arabia Saudita de comprar influencia a través de la adquisición de EA es evidente en el texto original de la transacción”.
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Trabajadores del estudio temen las consecuencias de la compra
Empleados de EA han externado sus preocupaciones sobre la inminente compra. Desarrolladores temen perder sus trabajos como consecuencia de posibles oleadas de despidos. La Asociación de Trabajadores de la Comunicación de Estados Unidos (CWA) alzó la voz para denunciar la situación ante las autoridades.
En su comunicado, la organización destaca que la compra afectará a los jugadores y a los desarrolladores, mientras que sólo hará que “el poder y la riqueza” siga “en manos de unos pocos”. Destaca que EA es una de la empresas más importantes del sector y que en realidad no tiene problemas financieros. Por ello, pide que la empresa responda por sus trabajadores, pues su “creatividad, habilidad e innovación hicieron que valiera la pena comprarla”.
El sindicato acudió a la Comisión Federal de Comercio de Estados Unidos (FTC) para que inicie una investigación sobre la compra. Señaló que los posibles despidos ocurrirán por decisión propia, no por una verdadera necesidad por parte de EA.
“Cada vez que inversores de capital privado o multimillonarios privatizan un estudio, los trabajadores pierden visibilidad, transparencia y poder. Las decisiones que definen nuestros trabajos, nuestro arte y nuestro futuro se toman a puerta cerrada por ejecutivos que jamás han escrito una línea de código, creado mundos ni dado soporte a servicios en vivo”.
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