Dead Rising: Chop Till You Drop

Amo los zombis, creo que siempre lo he dejado claro en mis textos. He
leído novelas, cuentos cortos y cómics. He visto decenas de películas, de hecho,
tengo el primer filme de zombis de la historia (y no, no es Night of the
Living Dead) entre otros tantos; tengo música hecha para zombis, por gente que
se declara zombi y, por supuesto, tengo decenas de juegos de zombis, pero
ninguno como Dead Rising: Chop Till You
Drop.

Desde que anunciaron que iban a portar uno de los que para mí sigue siendo de
los mejores juegos de Xbox 360 publicados hasta ahora, supe que el resultado
sería muy pálido si hacía comparaciones, pero con este título superaron todo lo
que podía esperar.

En el raro caso de que no sepas de qué se trata Dead Rising, te doy un resumen. Frank es un fotógrafo muy
aventurero y con muy buenos conectes que se entera de que algo grande sucede en
el pueblo de Willamete, Colorado, así que se lanza a descubrir el secreto
detrás de todo ese alboroto. Y ahora, sin más rodeos, ¿qué tal está el juego?

Lo primero es que, gráficamente, es muy malo, y no, no lo estoy comparando con
la versión de 360, sino con otros juegos de Wii, que es una consola muy
limitada en este aspecto y con Dead Rising
da un paso atrás impresionante. Aprovecho este momento para avisarte que si
jugaste la versión para 360, es mejor que te rindas y dejes de leer esto, pues
lo verás como un insulto. ¿Eres terco y quieres ser insultado (como me sentí al
jugarlo)?, muy  bien, aquí te van los cambios con respecto a la versión de
360.

Por alguna oscura razón, Frank ya no salta. En serio, al principio
pensé que sería terrible, pues escapar de las hordas de zombis resultaría muy
difícil, y ahí fue cuando encontré el segundo y terrible cambio: podrás ver en
pantalla al mismo tiempo, la impresionante cantidad de… ¿cómo decirlo?, de
unos veinte zombis, todos intentando matarte. Diez. Emocionante. Sí, eso de los
gráficos no es el fuerte del Wii.