Hace un año, Square Enix lanzó Dragon Quest III: HD-2D Remake, una versión mejorada de uno de los mejores JRPG de la historia. Al tratarse del inicio de la trilogía de Erdrick, rápidamente nos trajo sus continuaciones en forma del paquete Dragon Quest I & II: HD-2D Remake para que completemos esta fascinante y épica historia.
Las entregas recibieron la misma capa de pintura que su antecesor, por lo que se ven y juegan mejor que nunca, e incluyen algunos extras en forma de nuevas mejoras de calidad de vida y una historia expandida y más profunda que las hacen la manera definitiva de probar estas aventuras legendarias. Incluso nos parece que se hizo un trabajo superior al del remake de 2024.

Misma brocha y pintura
Antes de hablar de cada título por separado, queremos mencionar todas las adiciones de ambos. Básicamente, se podría decir que tanto Dragon Quest I y II incluyen las mejoras que el III recibió el año pasado; o sea: doblaje de voz en la mayoría de las cinemáticas, la opción de señalar en el mapa nuestro objetivo, poder recordar conversaciones, aumentar la velocidad del combate, 3 dificultades y, por supuesto, un estilo gráfico HD-2D.
Además de esto, se agregaron más elementos. Anteriormente, el Modo Dragoncito (Fácil) nos daba invencibilidad por automático, pero esta vez podemos desactivarla para que el combate sea más sencillo, pero sin llegar al grado de que se sienta como jugar boliche con barreras sobre los canales de los lados.
Otro elemento nuevo en las opciones de personalización es que también podemos activar que se nos señale en dónde hay tesoros o zonas escondidas en el mapa. Así que podemos elegir que nuestro objetivo se mantenga secreto, pero que podamos ver en dónde hay recompensas especiales para evitar perder el tiempo. Por último, es posible hacer que resalten los movimientos y ataques que son más efectivos contra ciertos rivales.
Sentimos que con lo que ya se había hecho en el remake pasado y con estos detalles nuevos, Dragon Quest I & II: HD-2D Remake puede ser moldeado completamente a nuestro gusto para que lo disfrutemos al máximo, tanto en lo hardcore como en los beneficios de la modernidad.

Dos clásicos modernos
Algo a destacar es que se expandió la historia de ambas entregas por diversas razones. Una fue para que la trilogía se sienta mucho más conectada que en los tiempos del NES. Esto significa que en Dragon Quest I hay más referencias al III, pues es el que comenzó con la historia de Erdrick, y a su vez, en el II se mencionan muchos sucesos y momentos de estos anteriores. Siempre fue así, pero ahora es mucho más claro y evidente.
Otro detalles es que en ambas entregas de Dragon Quest I & II: HD-2D Remake hay más NPC, enemigos y jefes. Los primeros se añadieron para que el mundo se sienta más vibrante y habitado, y vaya que funciona, pues le dan mucha vida a cada pueblo. Del lado de los monstruos, las limitaciones del NES y su memoria impedía que hubiera una gran variedad de contrincantes, pero ahora tenemos rivales extra e incluso se reciclaron muchos assets.
En su tiempo, se criticó que había muy pocos enfrentamientos contra jefes, pero esta vez se agregaron más para que podamos poner a prueba lo mucho que hemos aprendido en nuestro viaje. Esto hace que, sin duda, Dragon Quest I & II: HD-2D Remake sea la manera definitiva de jugarlos, porque balancea a la perfección el estilo vieja escuela y elimina algunas de las molestias y limitaciones que tuvieron en su tiempo.

El heredero del trono
Ahora sí, vayamos a cada juego. Dragon Quest I sucede cientos de años después del III, y nuestro protagonista es el heredero del mítico héroe Erdrick. A pesar de que derrotó a Draconarius en una feroz batalla, el Señor Dragón está de vuelta, así que una voz misteriosa nos pide salvar al mundo de sus aterradoras garras.
Desde que hablamos con el rey de Trávena y en cada uno de los puntos que visitamos, se nos pide que demostremos ser del linaje de Erdrick, así que constantemente nos exigen que derrotemos a algún enemigo, que consigamos un objeto legendario y hasta que rescatemos a la princesa Alina. Por lo mismo, siempre hay algo que hacer y todo el tiempo estamos explorando Alefgard, el continente donde toma lugar.
A pesar de que la exploración y el combate son casi iguales a los de Dragon Quest III, hay una diferencia sumamente importante: en esta ocasión, estamos solos. Así es, en lugar de reclutar a un equipo de guerreros con diferentes clases para que nos acompañen a cumplir nuestro destino, sólo controlamos al protagonista. Esto desemboca en algo positivo y negativo.

Ustedes contra mí solo
La ventaja es que el personaje principal es muy versátil; así como es experto con la espada, puede generar todo tipo de hechizos. Básicamente, es un ejército de un hombre, lo que nos hace sentir muy poderosos. Además, su crecimiento es mucho más notorio, pues al inicio sólo conoce algunas habilidades y encantamientos, pero después de escalar varios niveles, es toda una navaja suiza.
La desventaja es que hay ocasiones (bastantes, para ser honestos) en donde enfrentamos a numerosos enemigos al mismo tiempo, así que todos sus ataques van dirigidos hacia nosotros y el daño no se puede distribuir, como en otros títulos de la franquicia. Al inicio, esto es irrelevante, porque los rivales son débiles, pero para las zonas finales fue una montaña difícil de escalar, pues combatimos contra hordas y hordas de monstruos por nuestra cuenta.
Cabe mencionar que en el Dragon Quest I original y en su remake para el Game Boy Color, sólo enfrentábamos a un enemigo a la vez en todos los combates. Aunque luchar contra una cantidad de monstruos mayor lo hace más difícil, creemos que también provoca que el combate sea más entretenido. Cada pelea dura más, nos exige ser más eficaces y planear una estrategia más profunda, de modo que la satisfacción de salir ganadores es mucho mayor.

Un sello característico
Aunque la jugabilidad y el combate son casi idénticos a los de la aventura de Erdrick, en Dragon Quest I hay una diferencia muy importante: los Sellos. Seremos un poco ambiguos, porque estos aparecen cuando la historia está avanzada y son importantes para la narrativa, pero los Sellos Mágicos son habilidades especiales que debemos buscar por todo Alefgard y que son vitales para cumplir nuestro objetivo de derrotar a Draconarius.
Son 5: Solar, Acuático, Lunar, Espiritual y Estelar, y cada uno otorga una mejora o habilidad que ayuda muchísimo a lidiar con los enemigos y jefes más avanzados. El Solar incrementa exponencialmente nuestras posibilidades de asestar un golpe crítico; el Lunar hace más poderosos nuestros hechizos; el Acuático hace lo mismo, pero con nuestros ítems; el Estelar hace que recuperemos PM al defendernos; y el Espiritual incrementa ciertos ataques cuando tenemos menos de la mitad de PV.
Los Sellos se activan en automático una vez que los encontramos en el mapa, así que no hay que preocuparnos por equiparlos, además de que su efecto es tan útil y servicial, que su influencia en el combate se nota al instante. El hecho de que igualmente estén muy apegados a la historia, los hace la carta fuerte de Dragon Quest I y uno de los “gimmicks” que lo diferencian del resto de las entregas de la saga.

Más herederos al trono
Dragon Quest I fue un JRPG muy exitoso porque fue la introducción al género para miles de personas. Su creador, Yuji Horii, tuvo la intención de hacerlo un poco básico para evitar espantar a miles de fans que jamás habían jugado algo similar. Sin embargo, para Dragon Quest II, él y su equipo se soltaron el pelo y expandieron ampliamente cada uno de sus elementos, por lo que es un título mucho más largo y profundo.
Inicialmente, la historia se distribuye en 3 reinos: el Arroyo Luna, Centrumbría y Cannock, que fueron fundados por los descendientes de Erdrick y del protagonista del primer título. Esto significa que los reyes y sus descendientes tienen la sangre del héroe corriendo por sus venas. Sin previo aviso, el ejército del malvado Hargron ataca y destruye a Arroyo Luna, y su única sobreviviente es la Princesa Nela.
Al enterarse, los reyes de Centrumbría y Cannock hacen que sus hijos unan fuerzas para rescatar a Nela y, una vez que los 3 primos están reunidos, buscan detener a Hargron. Esto significa que, a diferencia de la entrega pasada, en Dragon Quest II controlamos a un grupo completo y ya no sólo a un personaje. De hecho, en el original nuestro grupo estaba conformado por estos 3 protagonistas, y esta vez se añade uno extra.
En Dragon Quest III nuestros compañeros son genéricos y realmente carecen de personalidad y relación entre ellos. Aquí, todos son familiares, por lo que se preocupan el uno por el otro, hay momentos en donde conviven en mucha armonía y, en general, tienen mucha química. Sus conversaciones se sienten personales, cercanas y todos tienen mucho carisma, así que es un apartado en el que sobresale, en comparación con el resto de la trilogía.

Siente el viento en tu rostro
Como dijimos, Dragon Quest II expande al primero en muchos aspectos, y el principal es, por mucho, el tamaño del mapa. La experiencia toma lugar otra vez en Alefgard, pero gracias a la introducción de la navegación en barco, ahora podemos viajar a otros territorios, por lo que el mapa es unas 3 o 4 veces más amplio que el de su precuela. Están todos los pueblos que visitamos en el original, y es muy lindo volver a ellos, pero ahora la exploración se siente aún más masiva.
Esto ayuda mucho a que la diversión y el factor de descubrir nuevos territorios perdure durante decenas de horas, pero en lo que creemos que más se benefició fue en el grindeo de experiencia. En el primer juego, sentimos que esta tarea llegó a cansar debido a que visitábamos los mismos lugares una y otra vez y peleábamos con los mismos enemigos hasta el cansancio, pero aquí hay muchos paisajes diferentes paisajes y una cantidad gigantesca de monstruos. Son detalles que tienen que ver con las obras originales, pero vale la pena mencionar.
Algo que es necesario mencionar es que, a pesar de que ahora contamos con un grupo completo, el sistema de clases está ausente, pues fue algo que se introdujo hasta Dragon Quest III. Esto significa que los descendientes de Erdrick tienen características asignadas por default, y aunque nos hubiera gustado que se agregaran los trabajos o algo similar al tratarse de un remake, entendemos que fue para respetar su esencia. En general, tampoco lo vemos como una falla.

Algunos detalles finales
Otros elementos de Dragon Quest I & II: HD-2D Remake que vale la pena destacar son los subtítulos en español, tanto castellano como latino. Para algunos era obvio que estarían, pues el remake del III también los tuvo, pero el reciente relanzamiento de Final Fantasy Tactics los omitió, lo que causó el enojo de muchísimos fans. En esta ocasión, no se preocupen por eso. Por cierto, el doblaje latino es una joya, especial en las escenas de las hadas y de los bandidos, pues usan palabras coloquiales muy graciosas.
Otro detalles es que, en caso de tener datos guardados de Dragon Quest III: HD-2D Remake, nos regalarán 2 trajes especiales en cada uno de los títulos de este paquete. Se nos otorgan al inicio de ambas aventuras y sus estadísticas son bastante altas para las primeras horas de juego, así que los enfrentamientos iniciales son menos tediosos y difíciles.
Por último, la música recibió el mismo trato que en el remake del año pasado. Esto significa que los 2 soundtracks de Dragon Quest I & II: HD-2D Remake fueron hechos en su totalidad con una orquesta que hace que cada momento sea más sentimental, emocionante, épico, legendario y fascinante. Se respetó muchísimo el trabajo del gran Koichi Sugiyama, lo que resulta en una de las mejores bandas sonoras de la franquicia.

Veredicto
Square Enix bien pudo haber tomado todo lo que añadió en el remake del III, agregarlo a Dragon Quest I & II: HD-2D Remake y terminar la chamba; sin embargo, dieron un empujón extra para que estas entregas tan legendarias se sientan aún más completas, personalizables y expandidas. Se nota que escucharon a sus fans, tomaron notas de lo que había que mejorar y cumplieron con honores.
Al final del día, la decisión sobre cuál de estos Dragon Quest disfrutamos más será subjetiva; el primero tiene sólo un personaje controlable, lo que le da cierto aire de aventura único; el segundo expande el mapa, sus mecánicas e introduce a un grupo de primos que son entrañables y carismáticos; y el tercero agregó el sistema de clases y pulió varios elementos. Pero, eso sí, como relanzamiento, Dragon Quest I & II: HD-2D Remake es superior al III, y lo consideramos un paquete mucho más redondo y bien logrado.
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