En un espacio aéreo que ha sido dominado por magníficos simuladores de vuelo y por Ace Combat, un juego se atreve a presentar una propuesta con escenarios realistas, modos de juego llenos de acción y una historia muy rápida, tal vez demasiado.
Serás el Mayor David Crenshaw, piloto y capitán del escuadrón H.A.W.X. en un futuro ligeramente ficticio y no muy lejano, en el universo creado por el escritor Tom Clancy; incluso podrás interactuar con el Capitán Mitchell del escuadrón de Ghost Recon. En la época en que sucede, las compañías militares privadas tienen acceso a contratos que pueden influenciar el rumbo que toman las guerras, pero no necesariamente se encuentran del lado de la justicia, simplemente apoyan al mejor postor.
La historia no tiene gran contenido. Antes de cada misión se te da una breve explicación del contexto mundial, algunas incluso están ilustradas con fragmentos de videos de Ghost Recon; las actuaciones son bastante malas fuera de las misiones y muy regulares dentro de estas, pero eso realmente no importa, ya que generalmente sólo agregan un poco de drama o informan sobre la situación.
Las misiones habitualmente se enfocan en proteger un avión, una plataforma de lanzamiento, un conjunto de barcos o en atacar bases enemigas, aunque hay otras un poco más ingeniosas, como destruir plantas eléctricas sin ser detectado por radares. A lo largo de todos los modos de juego puedes acumular experiencia para subir de rango al destruir unidades rivales o completar algunos retos impuestos por la computadora; con cada rango desbloquearás aviones y armamento para hacer que tu arsenal sea cada vez más mortífero.
La dificultad no es mucha, por lo general cargas con una cantidad más que suficiente de proyectiles y bombas para cumplir tu misión, pero en caso de que se agoten, puedes ordenar a uno de los miembros de tu escuadrón que ataque un objetivo o si te ves en apuros con tres jets tras de ti, puedes pedir que vengan a auxiliarte.