Call of Duty: Black Ops 7 

PlayStation 5

Es el año 2035 y el mundo está al borde del caos, devastado por conflictos violentos y las guerras psicológicas que desataron los acontecimientos de los títulos anteriores y favoritos de los fans: Black Ops 2 y Black Ops 6. El equipo de Black Ops dirigido por David Mason cuenta con tecnología de vanguardia para luchar contra un enemigo que recurre al miedo como arma para manipular.

+Lo bueno

  • Multijugador pulido, equilibrado y divertido
  • Gran variedad de mapas que se combinan positivamente con el nuevo omnimovimiento
  • Partidas menos frustrantes sin SBMM
  • Endgame resulta divertido y refrescante

-Lo malo

  • Ausencia de campaña tradicional para un jugador
  • La campaña traiciona el legado narrativo de la serie
  • Misiones breves y poco imaginativas
  • A pesar de ser cooperativo, no tiene sistemas que fomenten la cooperación
  • Zombies requiere una inversion excesiva de tiempo

Reseña

Hay 3 cosas seguras en la vida: la muerte, los impuestos y un Call of Duty al final del año. En esta ocasión, y para sorpresa de muchos, la popular saga de disparos en primera persona pretende continuar la cosecha de éxitos detrás del nombre Black Ops con una segunda entrega consecutiva. Lo anterior, al parecer, se está convirtiendo en una práctica con resultados poco favorecedores, pues la última vez que la serie apostó por una continuación inmediata el resultado fue Modern Warfare III, una de las entregas peor calificades de la serie.

Dicho esto, es innegable que la franquicia ha evolucionado en todos los frentes: desde épicas campañas para un jugador, hasta convertirse en un gigante del multijugador competitivo y forjar un legado propio con el modo Zombies. Este año, Treyarch y el resto de los estudios relacionados con la franquicia ponen toda la carne en el asador para entregar “el Call of Duty más grande de la historia”. En cierta medida, Black Ops 7 lo es, pero como dicta la sabiduría popular, cantidad no es sinónimo de calidad.

Una campaña olvidable y desconectada 

Comencemos con el elefante en la habitación: Black Ops 7 no tiene una campaña tradicional para un jugador. En cambio, ofrece una secuencia de misiones cooperativas hasta para 4 jugadores que funge como parte de la actividad que reemplaza la historia principal. Se trata de una secuela directa de Black Ops II que continúa la historia de David Mason en 2035 cazando a Raul Menendez que, de alguna manera, está de regreso.

La ejecución de la campaña es un gran error. Este apartado te empuja hacia lobbies cooperativos de manera instantánea y, en algunos casos, el sistema de emparejamiento falla y es incapaz de encontrar a otros jugadores. Esto significa que tendrás que completar los niveles —diseñados para 4 jugadores— en solitario; lo desarrolladores ni se tomaron la molestia de añadir personajes controlados por IA para acompañarte. Jugar en solitario es particularmente tedioso en momentos cuando hay que presionar más de 3 botones para que la trama siga su curso; en el peor de los casos, las fuerzas opositoras son tan apabullantes que impiden el progreso. Y cuando por fin el juego te empareja con otros jugadores, es evidente que las misiones se juegan exactamente igual que en solitario, pues las dinámicas de equipo, sinergias o similares brillan totalmente por su ausencia (salvo la esporádica ayuda cuando eres abatido).

Genuinamente hay momentos memorables, pero son efiméros como un sueño

El armamento, por su parte, está diseñado con elementos RPG. A lo largo de la campaña podrás visitar algunas estaciones que actualizan tu arma: primero es de color gris, verde, morado, etc; indicación de su calidad y poder. Nuevamente, la ejecución es un desastre, por defecto los enemigos son costales absorbentes de munición lo cual hace tediosas las misiones. Además, este apartado es de mal gusto, pues a lo largo de las misiones eres bombardeado con recordatorios de que estás dentro de una máquina tragamonedas con notificaciones incesantes de que has desbloqueado un nuevo camuflaje para tu arma, que estás a punto de completar un desafío y has subido un nuevo rango.

Con una duración de unas 4 horas, esta “campaña” se siente apresurada. La trama toma lugar en una locación ficticia llamada Avalon, la cual es un mapa de mundo abierto con zonas recicladas directamente del multijugador y las diferentes eras de Black Ops. Este puñado de misiones intercala entre breves incursiones en Avalon con niveles que tienen un diseño más en línea con la experiencia tradicional de la serie. Sin embargo, dejan mucho que desear por su simpleza. Olvida algo especial, como una infiltración sigilosa, un espectáculo sobre rieles apantallador… ¡algo memorable! Nada. Solo oleadas infinitas de soldados genéricos, robots, y zombies. El colmo: una misión ocurre literalmente en el mapa Hijacked del multijugador. Totalmente olvidable.

¿La historia? Inexistente. El villano, Menendez, es una caricatura que suelta líneas recalentadas y el arco de Mason se reduce a un hombre de familia convertido en Operador, sin peso emocional alguno. Los pocos momentos únicos se desvían hacia el absurdo: alucinaciones inducidas por drogas, luchas contra plantas carnívoras gigantes, y una pelea de jefe contra Michael Rooker gigante que es más meme que amenaza.

Los elementos fantásticos y absurdos introducidos en Black Ops 7 representan una traición fundamental a la identidad narrativa de la serie. Estas secuencias disparatadas no solo carecen de cualquier atractivo genuino, sino que activamente minan la credibilidad del universo que la franquicia ha construido. Al recurrir a estos momentos de espectáculo vacío y humor forzado, los desarrolladores trivializan tanto el legado establecido de Black Ops como la seriedad temática que una vez definió la serie. El resultado es una experiencia que se siente desconectada de sus raíces, donde la búsqueda desesperada por momentos “memorables” termina por destruir cualquier coherencia narrativa o respeto por el mundo que pretende habitar.

¿El lado positivo? Completarla desbloquea Endgame, un modo cooperativo persistente con elementos de extracción. El objetivo es completar objetivos y subir el nivel de los Operadores para incursionar en áreas cada vez más peligrosas de Avalon; fallar una extracción significa perder progreso. Es una modalidad divertida y una pequeña bocanada de aire fresco, pero poner esto detrás de una historia mediocre se siente como un timo.

El multijugador más pulido de Treyarch

Por otro lado, alabado sea el multijugador de Black Ops 7. Sentimos que es uno de los mejores trabajos que ha hecho Treyarch desde Black Ops II. La sensación que nos queda después de disfrutar durante semanas este apartado es la de una entrega que no pretende reinventarse de golpe, más bien, se trata de una experiencia que afina sus motores y ajusta cada tuerca y tornillo para correr a la perfección. Es decir, Treyarch buscó consistencia y lo logra de manera satisfactoria.

Este año, se construye sobre el omnimovimiento de Black Ops 6 para permitirnos correr, saltar y deslizarnos en cualquier dirección. Sin embargo, se añade la opción de correr y saltar en las paredes, habilidad que convierte los escenarios de combate en verdaderos sandbox verticales con parkour que fluye de manera natural, sin romper la inercia del combate. Ya no basta con cubrir esquinas y memorizar rutas: ahora hay que pensar en el aire, en las paredes y en ángulos antes imposibles. Lo mejor es que no se siente forzado.

Las armas pegan duro y se sienten tan satisfactorias como en los mejores momentos de la serie, con un TTK justo y, como siempre, la suficiente profundidad en mecánicas, y apartados de personalización para dejar a sudorosos y casuales satisfechos por igual. La sensación de disparar armamentos futuristas sigue siendo tan satisfactoria como siempre, y esa base sólida es uno de los mayores triunfos históricos de Treyarch.

¿Y dentro de esta positividad cuál es la mayor victoria? La presión cayó en hombros de los desarrolladores que este año desechan el polémico Skill Based Match Making (SBMM) por defecto. Tenemos que decir que comenzar una lista de juego nunca se sintió tan liberador: juegos satisfactorios y diversión sin compromisos. La mejora es real y visible. Por su puesto, con la especulación de listas ranked en temporadas posteriores para mantener a los tryhard contentos. Otras mejoras como el Tac-sprint (ahora limitado por perks) suavizan el flujo del combate, y opciones populares como Lightweight y Ninja para aprovechar al máximo el sistema de movimiento. Este sistema (mezclar perks de colores para obtener ventajas) añaden rejugabilidad justa sin ser demasiado abrumador.

Solo tenemos que concluir que Treyarch está en su mejor momento cuando hablamos del multijugador. Black Ops 7 es una entrega que no deslumbra por una sola idea brillante. La fuerza está en la combinación efectiva, pues todo encaja para ofrecer una experiencia balanceada, con opciones y sumamente divertido y una gran promesa con el contenido de temporada.

Zombies: el modo más ambicioso (y excesivo) de la serie

Finalmente tenemos el apartado Zombie de Black Ops 7, el cual es, por decirlo de alguna manera, excesivo. Nos referimos a que es demasiado grande, dura mucho y demanda más. En esta ocasión, Treyarch está convencido de que más equivale a mejor; Ashes of the Damned es prueba viviente de esta forma de pensar. El resultado es un mapa impresionante, creativo y lleno de ideas memorables, pero también uno que constantemente pone a prueba nuestra resistencia.

Pero no nos malinterpretes: el apartado de Zombies es tan sólido como siempre. Eliminar oleadas de zombis es excelente, la progresión es clara y la sensación de entender todos los sistemas que te rodean y, de verdad, dominar el modo es satisfactorio. Especialmente después de fallar bastantes partidas; “entender” los pasos a seguir para completar los Easter Eggs es uno de los mayores placeres del juego. Ashes of the Damned está repleto de momentos absurdos, de esos que solo suceden en Zombies: acertijos grotescos, rituales sinsentido y soluciones que desafían toda lógica. ¡Es increíble y brillante!

El modo Zombie es adictivo, como siempre, pero este año es excesivo

El problema es todo. La magnitud del mapa y la cadena arcana de pasos necesarios para terminar el mapa, sin que ningún miembro del escuadrón caiga o abandone la partida, es apabullante. Cada intento es un maratón y fallar es desalentador. No se siente un reto justo, más bien una es una pérdida de tiempo. Esta fricción se agrava por sistemas que parecen diseñados para empujarte sutilmente a desembolsar unos cuantos dólares para comprar gobblegums; es decir, un Pay to Win descarado. No lo recomendamos.

Otros años de Zombies han equilibrado mejor el caos, desafío y accesibilidad. Este año, el balance está puesto en satisfacer al amo innombrable en la época de la consolidación, es decir, la retención de jugadores en vez garantizar diversión y reto.

Black Ops 7: un multijugador brillante en un paquete dividido 

Call of Duty: Black Ops 7 es una entrega olvidable y dividida entre la ambición y la necesidad incesante de retener jugadores con sistemas de juego que parecen eternos y hasta un segundo trabajo. Lo único que brilla es su apartado multijugador brillantemente pulido, con armas que se sienten satisfactorias y la acertada eliminación del SBMM por defecto.  El modo Zombies, aunque creativo y desafiante, se ve afectado por su excesiva complejidad y la presencia de mecánicas Pay to Win que ensombrecen la experiencia.

La gran decepción recae en la campaña —más bien en la falta de una—, una experiencia apresurada, carente de narrativa y plagada de decisiones de diseño cuestionables que traicionan el legado de Black Ops. Esto, para nosotros, es lo más grave porque se ha traicionado la identidad y esencia que hizo grande a la franquicia.

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