SEGA está en un proceso para traer de vuelta muchas de sus franquicias más importantes, y la primera es SHINOBI, una tan legendaria, que data de la época de los Arcades. Han pasado muchos años desde que vimos al poderoso Joe Musashi en acción, y podemos decir que cada segundo de la espera valió la pena.
SHINOBI: Art of Vengeance es el resultado perfecto de modernizar una franquicia clásica, pues conserva la esencia que la hizo tan querida hace varias décadas, y la pule para que se vea más guapa que nunca. Este título de acción y aventura es frenético, emocionante, brutal, divertido, sensacional y, sobre todo, bellísimo.

Comienza el camino hacia la venganza
SHINOBI: Art of Vengeance comienza cuando la malvada empresa ENE Corp ataca y erradica casi por completo al Clan Oboro, integrado por numerosos ninjas dedicados a proteger el mundo. Entre los pocos sobrevivientes está el gran Joe Musashi, quien jura vengarse de la sanguinaria corporación, liderada por Lord Ruse.
La trama es sencilla y directa: alguien aniquiló a nuestros seres queridos, así que vamos tras esa persona. Esto es suficiente para sentir el dolor y la furia de Musashi y estar dispuestos a emprender un viaje largo, que constantemente nos acerca a nuestro objetivo.
Hay algunos personajes extra, como nuestra aprendiz Tomoe, nuestra esposa Naoko, y Ankou, que es la mismísima parca. Ninguna permanece mucho tiempo en pantalla ni desarrollo que sea digno de destacar, pero sentimos que fue la decisión correcta, porque el foco principal de SHINOBI está en la acción y el plataformeo; mientras menos paja, mejor. Además, es ideal para no confundir o espantar a los principiantes de la saga.

SHINOBI: Art of Vengeance nunca nos da un descanso
Para quienes desconozcan la franquicia, diremos que la mayoría de los títulos de SHINOBI son en 2D y en ellos debemos derrotar decenas de enemigos en diferentes niveles. Por lo mismo, lo que destaca es el combate, que con el paso del tiempo encontró diferentes formas para ser más extenso, interesante y profundo.
En SHINOBI: Art of Vengeance, los creativos de Lizardbox —conocidos por Streets of Rage 4— entendieron a la perfección la asignatura y nos entregaron una acción continua, desenfrenada y entretenida durante toda la experiencia. Dentro del repertorio de pelea tenemos un ataque ligero y uno pesado, que podemos combinar de diferentes maneras para hacer combos extensos y muy efectivos a la hora de los encuentros cuerpo a cuerpo.
También hay unos Kunai, que son ideales para atacar a distancia; causan poco daño a los enemigos más fuertes, pero pueden ser muy útiles para dar el golpe final. A este inventario básico se unen los Ninpo, que son habilidades especiales que podemos activar al llenar unas pequeñas casillas de energía. Estos se consiguen conforme avanzamos en la historia, y van desde lanzar una llama de fuego hasta un kunai gigante, una bomba que rompe escudos, hacer un parry brutal y ejecutar un ataque horizontal muy veloz.

Un arsenal tan amplio como efectivo
Lo único más poderoso que los Ninpo son los Ninjutsu, que también pueden activarse al llenar una barra de energía, y sus efectos son mucho más intensos y diversos. Por ejemplo, uno causa un daño exponencial a todos los rivales en pantalla; otro ayuda a regenerar gran parte de nuestra salud; y otro es un escudo de electricidad que reduce ampliamente el daño que recibimos.
A todo esto se agregan las ejecuciones, que podemos activar cuando uno o más enemigos están a punto de morir. Cuando arriba de la barra de salud aparece un símbolo que da luz verde para ejecutar este movimiento, acabamos de manera muy eficaz, rápida y con mucho estilo con quienes lo tienen. Además de ser un ataque muy útil para terminar con nuestros contrincantes, sirve para darnos más recompensas, como salud, monedas y Kunai.
A todo esto se suma la posibilidad de aprender combos nuevos con nuestros ataques ligeros y pesados. Estos se compran en las tiendas que hay repartidas en los niveles, y son vitales para lograr cadenas de ataques más largas y dar variedad al combate. Además, aprenderlos sirve mucho para acabar con los múltiples enemigos; más adelante iremos a eso.

Muévete como el mejor ninja del clan
El combate en SHINOBI: Art of Vengeance es maravilloso, y Lizardbox la sacó del estadio en este aspecto —lo que para nadie es sorpresa, porque hicieron lo mismo en Streets of Rage 4—. Sin embargo, otro campo que brilla muchísimo es el que combina plataformeo y movimiento. A diferencia de entregas pasadas de la franquicia, en esta ocasión pusieron mucha atención en este apartado, y el resultado es brillante.
Nuestro repertorio de movimientos inicial es simple: un doble salto, un roll, un dash y un wall jump. Se expande conforme derrotamos jefes o encontramos cofres, así que se suman un gancho, unas garras para clavarnos en ciertas paredes y un planeador. Pueden parecer pocas herramientas, pero nos ayudan a alcanzar muchísimos lugares dentro de los múltiples mapas, sobre todo si los combinamos correctamente.
Nuestros movimientos básicos y estos gadgets son los juguetes perfectos para lucirnos con piruetas, saltos y acrobacias alucinantes. Dentro de cada escenario hay partes donde es necesario cruzar piscinas de lava, pozos de ácido, plataformas con púas y mil obstáculos más. A veces parece imposible llegar al otro lado, pero SHINOBI: Art of Vengeance siempre nos impulsa a aprender a usar nuestros objetos y también de nuestros errores, lo que nos lleva a ser más ágiles que cualquier ninja.

SHINOBI: Art of Vengeance es el patio de recreo más divertido del mundo
El diseño de niveles de esta entrega es muy parecido al de un metroidvania; o sea que los mapas son enormes, tienen varios pasadizos secretos y cada zona está repleta de obstáculos para que llegar a un punto sea un reto y nos obligue a aplicar lo que aprendemos. También hay sitios que es imposible alcanzar en el inicio, pero podemos llegar a ellos después de que conseguimos alguna herramienta o habilidad.
La única diferencia con los metroidvanias tradicionales es que SHINOBI: Art of Vengeance no ocurre en un mismo mundo con diversas zonas, sino que hay muchos niveles con un inicio y un final. El camino para llegar a la meta tiene muchas rutas, escondites y partes por explorar y descubrir, así que recorrer cada uno es una gozada.
Esto tiene un lado negativo y otro positivo. El negativo es que el mundo se siente muy desconectado, y el positivo es que cada nivel es muy variado, lo que ayuda a que todos los lugares que descubrimos se sientan frescos y emocionantes. Por ejemplo, un nivel es un bosque de bambús; otro, una base militar; otro, una ciudad con estilo cyberpunk; otro, un barco y hasta hay uno dentro del cuerpo de una bestia enorme.
Cada escenario tiene un diseño espectacular y único, pues todos aprovechan sus temáticas para arrojar objetivos variados, creativos y muy retadores. Por ejemplo, en la ciudad futurista hay muchos cables para deslizarse de un edificio a otro; en el barco hay contenedores que están en movimiento constante y sirven como plataformas; y en el cuerpo de la bestia hay órganos que debemos destruir para progresar.

En SHINOBI: Art of Vengeance siempre hay algo que descubrir
El motivante principal para explorar cada rincón de los niveles de SHINOBI: Art of Vengeance la enorme cantidad de coleccionables, todos muy útiles para hacernos más poderosos. Uno de los principales son las Reliquias del Clan Oboro, que nos ayudan a desbloquear más productos en la tienda.
Otros desbloqueables son los Amuletos, que se dividen en Pasivos y de Combo. Los primeros son similares a los que hay en juegos como Paper Mario o Hollow Knight, o sea nos dan beneficios como obtener más salud al derrotar a un enemigo o ayudan a que nuestros Kunai atraviesen a los enemigos —aunque gastan más munición—, pero hay más. Los de Combo mejoran los efectos de nuestros Ninpo y también hacen que, al llegar a cierto número de golpes en una misma cadena, causemos más daño.
Sólo podemos equipar uno de cada clase al mismo tiempo, lo que nos obliga a pensar muy bien nuestra estrategia y el acercamiento que tendremos en cada nivel. Otros elementos en los niveles son las mejoras de salud y de Kunai que, como su nombre indica, incrementan nuestra barra de vida y el número de proyectiles que podemos tener.
También están los cofres con monedas, los disfraces de Joe Musashi, las llaves del laboratorio —que desbloquean un jefe secreto cuando las reunimos todas— y más. Como dijimos, hay muchísimos objetos escondidos en SHINOBI: Art of Vengeance, y eso de verdad motiva a estar en búsqueda constante, lo que también hace muy satisfactoria la exploración.

Cada descubrimiento es un examen
Otros 2 detalles muy importantes por descubrir en cada nivel de SHINOBI: Art of Vengeance son las tropas de élite y las fisuras de Ankou. Las primeras son peleas contra hordas de enemigos, que progresivamente se vuelven más difíciles. Las segundas son retos de plataformeo mucho más complicados que los de los niveles normales.
Encontrar y superar a las tropas y fisuras sirve para completar los niveles 100% y también nos recompensa con mejoras, Amuletos, monedas e, incluso, una katana secreta. Son de las partes más divertidas de SHINOBI: Art of Vengeance, porque son muy complicadas pero también entretenidas, y funcionan como una prueba de nuestro avance como ninjas y en el uso de nuestras herramientas y combos.
Podemos decir lo mismo de la variedad de enemigos y jefes. Como mencionamos, aprender cada movimiento y combo ayuda muchísimo porque la variedad de monstruos en SHINOBI: Art of Vengeance es amplia. Así como podemos derrotar algunos simplemente con atacarlos sin parar, otros tienen escudos o patrones de movimientos aleatorios que sólo podemos acabar con ellos si los acribillamos con estrategias diferentes.
Los jefes también tienen diseños y patrones de ataques muy diversos; algunos son gigantescos, otros se la pasan saltando y moviéndose por toda la pantalla y unos más lanzan proyectiles. En general, todos son retadores, pero jamás llegan a ser injustos o bestiales, sobre todo porque SHINOBI: Art of Vengeance nos orienta constantemente para mejorar y aprender a perfeccionar nuestro repertorio, así que siempre llegamos a una batalla sintiéndonos capaces de salir victoriosos.

Algunos detalles extra de SHINOBI: Art of Vengeance
Como dijimos, el regreso de esta franquicia estuvo en manos de Lizardbox, quienes también se encargaron de Streets of Rage 4. Por lo mismo, es entendible que la acción sea tan sublime; pero otro detalle que ejecutaron perfectamente fue el arte. SHINOBI: Art of Vengeance está ilustrado a mano en 2D, y esto da muchísima personalidad a los personajes y a los ambientes. Aunque nos encanta que la acción y el movimiento sean alocados, hay secciones donde nos detuvimos a apreciar el look de este juego tan increíble.
Otro detalle a destacar es que la dificultad está muy bien balanceada. La franquicia se conoce por ser brutalmente complicada, sobre todo los primeros juegos, pero aquí sentimos que es retador pero asequible. Obviamente, los niveles más avanzados se vuelven mucho más serios y complicados, pero por más veces que salimos derrotados, el título siempre nos dio señales de que el siguiente intento podía ser el definitivo.
Por último, quiero hablar de que, cuando terminamos la campaña principal, se desbloquea un jefe secreto, el modo Boss Rush y el modo Arcade. Este último permite volver a pasar cada nivel y obtener una calificación, que toma en cuenta si recibimos daño, usamos un Ninjutsu, ejecutamos al jefe, el tiempo que tardamos, el número de enemigos derrotados, nuestro combo más alto y demás. Es ideal para quienes buscan la perfección en cada escenario, además de que da más valor al paquete.

No todo lo que brilla es oro
La mayoría de nuestra experiencia con SHINOBI: Art of Vengeance fue una gozada total, pero hay elementos que lo alejan de ser un 10 de 10. Por ejemplo, hay acertijos que debemos resolver para progresar y, aunque algunos tienen ideas interesantes, este aspecto es muy básico y de mucho menor calidad que el combate y plataformeo, por lo que a veces se siente un poco de más.
Como mencionamos, el mundo se siente poco conectado debido a que está dividido en niveles. El mayor problema se presenta en escenarios con enemigos que no tienen que ver con el ambiente. Por ejemplo, en la base militar hay ninjas y en el bosque de bambú hay androides, y esto nos pareció extraño porque se pierde un poco la inmersión.
Por último, sentimos que el final pudo ser más épico o memorable. Para evitar spoilers no les diremos exactamente cómo termina, pero la construcción hacia la última batalla final fue tan grandiosa, que la ejecución final se siente muy meh y hasta apresurada. Es una pena, pero SHINOBI: Art of Vengeance es la prueba de que el camino es mucho más importante que el destino. Por lo mismo, estos defectos se quedan muy lejos de arruinar nuestra opinión sobre la entrega.

Veredicto de SHINOBI: Art of Vengeance
SHINOBI: Art of Vengeance es un regreso fantástico para la franquicia, porque pondrá muy contentos a quienes han sido fans desde hace mucho tiempo y también es un punto de partida ideal para los que estén interesados en adentrarse en ella.
Por otro lado, sabemos que regalará muchas horas de diversión y grandes momentos a los fanáticos de los metroidvania y plataformeros en general, porque logra un combate y movimiento que lo hacen digno de codearse con los clásicos y las obras maestras más recientes.
En la mayoría de los campos, esta entrega destaca de manera soberbia, y se queda corto sólo ligeramente en algunos apartados, así que jamás hay un punto que estropee lo que construye. Sus pilares principales son muy sólidos, y esperamos que sea el inicio de un segundo aire que dure muchos años.
Ojalá que su fecha de salida tan cercana a Hollow Knight: Silksong no lo opaque, pues es uno de los mejores títulos de acción y aventura de 2025.
SHINOBI: Art of Vengeance está disponible para PC, PlayStation 4 y 5, Xbox Series X|S, Xbox ONE y ambas consolas de Nintendo Switch.
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