Miyamoto en busca del siguiente gran éxito

Aún se desconoce cuándo saldrá, no hay nombre tentativo, ni siquiera detalles de la temática, pero el siguiente gran proyecto de Shigeru Miyamoto causa mucha curiosidad y las interrogantes sobran, en especial cuando hace algunos meses decidió dejar su rol como supervisor para dedicarse a la creación de nuevas propiedades intelectuales.

Sus recientes decisiones han causado preocupaciones en seguidores y analistas, pero el principal creativo de la Gran N ha reiterado que sus subordinados tienen excedida capacidad para continuar el desarrollo y crecimiento de las franquicias actuales de Nintendo, y confía en que tendrán un excelente desempeño mientras él se enfoca en su nuevo proyecto. Durante una sesión de preguntas ante inversionistas, explicó más a fondo las circunstancias: “El escenario ideal es que no deba darle dirección a los proyectos en curso, ya que cuando lo hago, freno la voluntad e independencia del equipo. Por supuesto, no abandono la supervisión completamente, y echo un ojo sólo cuando es necesario, lo que me deja tiempo y energía para incubar ideas”. Así, el prominente desarrollador expresa que es mejor invertir esfuerzos en futuros proyectos que en solidificar los contenidos de los actuales. Por otro lado, Satoru Iwata, presidente de la compañía, asegura que Miyamoto no revisa todos los juegos de Nintendo, y en su lugar, hay un equipo especializado encargándose de la labor, compuesto por gente que conoce y domina la filosofía del célebre desarrollador.

Pero el intercambio podría valer la pena si tenemos fe en su visión para el futuro, pues actúa “con el entendimiento y experiencia de que un gran éxito puede cambiar diversos aspectos en el negocio del entretenimiento”, por lo que considera su deber encontrar el siguiente producto que sirva para tal revolución.

Hay pocas figuras en la industria que podrían lograr un cambio de tal magnitud, y aunque la relevancia histórica de Shigeru Miyamoto es incuestionable, habrá que esperar a ver si su talento creativo, al menos en la generación de ideas sorprendentes, se conserva intacto.