En virtud de que Kickstarter cada vez recauda más dinero para proyectos de cine, música, pero sobre todo de videojuegos, el riesgo de que las cosas salgan mal y de que alguien los acuse de multimillonario fraude crece exponencialmente, razón por la cual la plataforma emitió hoy un comunicado titulado No somos una tienda donde impone nuevas reglas para evitar malentendidos.
Es difícil saber cuánta gente siente que está comprando en una tienda cuando respaldan proyectos en Kickstarter, pero queremos asegurarnos de que nadie lo haga. Hoy introdujimos un número de cambios para refrendar el hecho de que Kickstarter no es una tienda es una nueva forma para creadores y audiencias de trabajar juntos para hacer cosas, explica la misiva.
La nueva normatividad prohíbe la publicación de simulaciones, arte conceptual o imágenes preprocesadas de productos no terminados, sólo de prototipos que ya existan, así como también la oferta de múltiples unidades como recompensa por donaciones de cierta cantidad, pues esto da a entender que el bien ya está terminado y listo para su distribución cuando no es así.
Finalmente y más importante que todo lo anterior, es el hecho de agregar una nueva categoría de información obligada en toda iniciativa donde se explique con claridad el tipo de obstáculos que un proyecto podría enfrentar y cómo lo resolverían sus promotores.
Pese a que no lo manifiesta de manera explícita, queda claro que lo que motivó esto fueron casos como el de OUYA, un proyecto de consola abierta que correrá títulos Android y que recabó más de $8 millones de dólares, rompiendo marcas en el portal, pero generando inquietudes en torno a lo que pasaría si la iniciativa fracasara.
Esto nos parece un movimiento inteligente de parte de Kickstarter para poner todo en claro y concientizarnos sobre la posibilidad real de que las cosas salgan mal con un proyecto, pero de cualquier modo la amenaza del fraude siempre está presente, esperemos esto no ocurra con regularidad.
Cabe acotar que aquello de las imágenes preprocesadas y el arte conceptual no aplica a los videojuegos, sólo a hardware, y a propósito de eso, el más reciente título en financiarse por esta via fue Project Eternity, de Obsidian, que también superó fácilmente el millón y medio de dólares.
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