J-Level #21: Los condenados

Las mentes creativas japonesas se unen para entretener a Occidente


Burlarse o no burlarse... ésa es la cuestión. En los tiempos en que había poquito Internet y las noticias llegaban por cable –hace no mucho; hablo de mediados de la década de 1990 para atrás–, los noticiarios, caricaturistas de periódicos, agencias de publicidad y programas de televisión podían guasear a gusto sobre las tragedias o estereotipos de otros países sin que hubiera tanto problema, debido a que la difusión del material audiovisual en raras ocasiones salía de la localidad. Si el consulado del país ofendido se enteraba, por supuesto que la hacía de tos, pero de todos modos tampoco nos enterábamos de las quejas. Los tiempos son distintos y ahora, gracias a Internet, la gente puede enterarse inmediatamente de las cosas de las que se quiere quejar y los demás nos podemos enterar inmediatamente de esas quejas. Y es un pesar para mí admitir que la diplomacia que representa a México en el extranjero ha protagonizado varios escandalitos del tipo; el más reciente, claro que lo recuerdan, fue el del automóvil Mastretta MXT, del que hablaron con ligereza los conductores del programa de televisión inglés Top Gear, y de paso hicieron algunos chistes étnicos de mal gusto –para las víctimas–; en esa ocasión, la embajada de México en Inglaterra protestó y exigió una disculpa –ya que el embajador resultó una víctima de las burlas, además–. Recuerdo también el episodio de la Texican Whooper, la hamburgruesa de Burger King que reunía "lo mejor de ambos mundos" (de la cocina texana y mexicana) en una sola hamburguesa; en la campaña de publicidad se incluyeron carteles y anuncios comerciales de TV que presentaban a un típico vaquero texano muy alto haciendo equipo con un luchador de lucha libre mexicano chaparrito, quienes descubrían que, bajo circunstancias ineludibles, podían ayudarse entre sí para cumplir tareas cotidianas, como sacudir un librero. Me gustaba la publicidad, pero a los representantes diplomáticos de México no les pareció gracioso, sobre todo porque la capa del luchador era la bandera de México y eso, de acuerdo con la ley, es una gran falta de respeto para los mexicanos.

Me parece que estos conflictos internacionales –que no han pasado a mayores, por fortuna– son la versión macro de cuando estás hablando mal de alguien y detrás de ti está ese alguien escuchándote; cuando volteas y ves su cara, o lo encaras y le dices "pues es la verdad, cómo ves", o pides disculpas, pero sea cual sea la decisión tomada, siempre es un momento vergonzoso y difícil para todos –menos para los que no tienen que ver con los protagonistas y atestiguan todo... para ellos es muy gracioso–. Y me pregunto qué tan saludable es que en toda ocasión, sin que importe cuán seria, grande o cierta sea la crítica, el criticado siempre tenga que hacerla de tos –a nivel personal o nacional–. Pienso que vale la pena también tener criterio para responder a las críticas; claro, no pienso que los diplomáticos deban contestar estas bromas o críticas con otra broma o crítica, pero sí, al menos, responder con algo que no nos haga ver a sus representados como una bola de chillones que no aguantan nada –y menos cuando muchos creativos de la televisión y publicidad que se produce en México son los primeros en decir "yo" ante la oportunidad de burlarse o menospreciar etnias o desgracias extranjeras–.

En Japón inevitablemente y a raíz del Gran Terremoto de marzo de 2011, se están dando estas situaciones. Hace unos días, el diario The International Herald Tribune publicó una caricatura intitulada La radiación nuclear de Japón, donde Blanca Nieves no se decide en recibir una manzana de la anciana, preguntándole si ésta es de Japón. El gobierno japonés se quejó y el diario tuvo que publicar una disculpa.

Por otro lado, el programa francés de Canal+ Les Guignols de l'info –que satíricamente editorializa con marionetas las noticias relevantes, como lo hacía el mexicano Hechos de Peluche, aunque Les Guignols se creó antes... mmmm...–, se burló un muchito de la situación en Japón. En una emisión presentó al primer ministro de Japón, Naoto Kan, invitando al Sr. Burns de The Simpsons a que explicara que lo de la planta nuclear de Fukushima no era problema. Después mostró a los encargados de arreglar los problemas del tsunami; ellos eran Mario y Luigi –y su plan para solucinarlos era como del videojuego–. También mostró a unos surfers emocionados por las olotas del tsunami y otro de sus personajes mostró fotos de Hiroshima después de la bomba nuclear comparándolas con las fotos de Fukushima después del tsunami, diciendo que nada había cambiado en 60 años. Ahí nomás. El embajador de Japón en Francia se quejó, pero la respuesta de Canal+ fue negativa, diciendo que estaban ejerciendo su derecho de libertad de expresión y que no se iban a disculpar.

Y la libertad de expresión ahí está, disponible para los que la merecen y para los que no. Un individuo en YouTube está promoviendo un video y declara que todas las imágenes en video de la devastación en Japón causada por el tsunami de marzo de 2011 son falsas, diciendo que se pueden crear fácilmente con CGI y que los medios de comunicación sólo pretenden provocar pánico entre la gente –porque lo de la radiación nuclear en Japón tampoco es cierto–. Las imágenes que incluye en su video son imágenes alteradas del detrás de cámaras de la película estadounidense Hereafter –dirigida por Clint Eastwood y protagonizada por Matt Damon y que en México se estrenó bajo el nombre de Más allá de la vida–. En esa película se recrea el tsunami de indonesia de 2004 mediante efectos especiales generados por computadora; en YouTube se puede encontrar el video de detrás de cámaras, que fue el que usó este individuo para dar su opinión, sólo que lo alteró, poniéndole supers de noticiarios japoneses, para ilustrar su punto –y, para los ingenuos, para hacerles creer que las imágenes de la película corresponden en verdad con lo ocurrido en Japón–. Esta persona invita a la gente a que no se deje manipular por los noticiarios y no crean todo lo que vea en la televisión; yo les digo que no se dejen manipular por los individuos de YouTube ni crean en las cadenas que les llegan por mail –ya que en una, segura y próximamente, recibirán el siguiente video falaz–:

Pícale al dos para que veas cuáles genios de los videojuegos han dejado de pensar en los japoneses para pensar en los occidentales.

Comentarios

 
 
  • Mejores

  • Nuevos

    Advertising
    Advertising