Voz en off: La película.

Tuve la desgracia de ver una película tan estúpida e intrascendente y tan, tan decepcionante que tengo que escribir algo al respecto. Se llama:

Miren nomás que pinche puta preciosidad de poster. Me llamó la atención la película (si es que puede considerarse película, no estoy seguro) un día que lo vi y archivé el cerebro en un espacio que tengo reservado para las películas o cosas que quiero ver después el nombre tan raro que se alcanza a leer. Mucho después, vi un trailer de una cosa que se llama Garden of Words o algo así, y la animación de esa película es HERMOSA en toda la extensión de la palabra. Me llamó la atención un poco más, e investigué en IMDB. Oh, sorpresa, es el mismo pinche director de esa película de poster chingón y nombre raro que vi la otra vez, un tal Makoto Shinkai. Creo que ese tipo es en verdad un prodigio del anime de quien no estoy enterado. Más vale que me ponga ahora mismo a buscar una película de él.

Semanas después llego emocionado del trabajo a ver esta película que me llegó de Amazon el día anterior. La pongo. Cabe aclarar que NO TENÍA NI PUTA IDEA DE QUÉ SE TRATABA LA TRAMA. Por una imagen que alcancé a ver, tenía la impresión de que era una película de naves espaciales, de ciencia ficción, tal vez, con unas pinches escenas de acción acá bien vergonas en el cielo y en el espacio, con una subtrama romanticona que ignoraría para concentrarme en la hermosa animación (que estaba seguro que tendría, teniendo en cuenta ese trailer que vi). ¡Tal vez tenía frente a mí una película que me emocionaría y se convertiría en una de esas que te dejan huella para toda la vida, así como lo hicieron Ninja Scroll, Akira o Ame & Yuki!

No llevaba ni dos minutos cuando me di cuenta de mi error. OH MY FUCKING GOD, era una PINCHE película romántica. Pero en ese momento no le di importancia. Si en algo había acertado era en que la animación iba a ser hermosa, y vaya que cumple en ese aspecto. Pocas veces siento la necesidad de pausar la película simplemente para admirar el aspecto de la toma, y es algo que hice varias veces. Por el amor de Zeus, esta película es una maravillosa delicia visual. Mírenla... en serio, ¡mírenla!

Abunda el color rosa en varias de sus tonalidades, pero se ve hermoso. Abundan los lens flares, que no soporto en las películas de Hollywood, pero en una animación no se ven tan mal, y aquí se ven simplemente hermosas. La paleta de colores es totalmente sobresaturada, pero no crea un exceso desagradable, sino que crea una armonía visual estridente, no apta para todos, pero se ve hermoso. Hay una toma increíblemente ilógica en la que la estela de humo dejada por un cohete divide al cielo en dos... pero vale vergas, se ve hermosa.

La calidad visual es básicamente la única razón por la cual podrías considerar ver este churrito sólo para quinceañeras japonesas cuya idea de una relación es la de andar dos meses con un tipo, fajar unas tres veces con él, y luego ser cortada por otra o cortarlo por otro. No nos hagamos pendejos, el amor adolescente es intenso y efímero, como una estrella fugaz. Su cualidad de ser pasajero y su reencabronada intensidad lo hacen una de las mejores cosas de la vida, pero es algo superficial, es algo fútil, y es algo cuya sobreestimación sólo podría venir de dos tipos de personas. Una es la de una persona en esa edad. Otra es la una persona que deliberadamente explota tal sentimiento para hacerse de un chingo de varo. Todos sabemos que eso exactamente es lo que hace la industria de las canciones pop de mierda de, digamos, Jessica Simpson o [inserte aquí el nombre de la cantante o el cantante de pop genérico que usted quiera; todos son lo mismo, de todas formas]. Y es exactamente lo que hace esta puta película pitera.

Llevaba unos diez minutos viéndola y, además de sus tremendas virtudes visuales, había notado una cosa muy, muy molesta: No había casi diálogos, sólo voz en off. Seguí viéndola, y la cantidad de voz en off es tanta que es totalmente ridícula. Era como si toda la habilidad de los involucrados fuera la realización de bellas imágenes, y no tuvieran idea de cómo hacer que una trama avanzara mediante algo que no fuera un recurso barato. Al principio parece que la chava es quien narrará la película. Después empieza a narrar el chavo (¿debo aclarar que los protagonistas son un güey y una chava caguai?). Después de nuevo la chava. Luego el chavo. Unas pocas líneas de diálogo. Y después, lo crean o no, un personaje secundario llega de la nada y empieza a narrar la motherfucking película. ¿Qué carajos...? Termina ese segmento, el personaje secundario sale de la película tan abruptamente como llegó, y pasamos al pésimo final.

Imaginen que han pasado la película esperando que pase algo que por lo menos la redima un poco, ya sea un final que haga algo para que finalmente te importe la mitad de un carajo lo que está pasando o un ingenioso giro argumental... o algo, chingada madre. Llegas al tercer acto y la película no sólo se ríe de tus patéticas esperanzas, sino que se carcajea mientras te señala con su dedo, algo muy parecido a esto:

De la nada, lo juro, de la PUTA NADA, de manera tan abrupta como la verga rígida que entra a fuerza en el culo de un güey que violan en los baños de una prisión, entra en la película una pinche canción horripilante que sólo puedo describir como cantada e interpretada por la versión japonesa de Fernando Delgadillo, sólo que mucho peor. Si tradujeran la letra del japonés al español, y se la dieran al sujeto que compone las canciones para [inserte aquí el nombre del grupete de pop en español de moda, sean quienes sean], ese güey en chinga que la agarra y la lanza como sencillo. No hay ABSOLUTAMENTE NINGUNA DIFERENCIA entre esas canciones culeras y esa chingadera que desgarra tus oídos. Y eso no es lo peor. Lo peor es que la canción la pasan enterita y acompañado de un inútil montaje compuesto en su mayor parte por escenas pasadas... en el colmo de los colmos para rellener tiempo de la película. La cual dura apenas y una hora (por lo que supongo que califica como cortometraje). La cursilería acumulada, falsa como la actuación de telenovela de Televisa, provoca este efecto en ti:

Después pasan los créditos y te das cuenta de que has desperdiciado 60 minutos de tu vida.

Creo que esta película es la prueba perfecta de que lo más importante de una película es la trama. Incluso si todo lo demás falla, si la trama te convence, no es un total fracaso. En cambio, si la pinche película no tiene en su arsenal nada parecido a una buena historia, y sólo es un instrumento manipulador que busca aprovecharse de las emociones hormonadas de jovencitas, y como sólo un instrumento para mostrar bellísimas imágenes, creas el equivalente cinemtaográfico de una chica que de lejos se ve lindísima, pero al acercarte te das cuenta de que está vacía por dentro... que de hecho, ni siquiera está viva; es sólo un maniquí.

Han llamado a este tipo Makoto Shinkai "el siguiente Hayao Miyazaki", una bullshit del tamaño del planeta Júpiter, y dudo seriamente en ver Garden of Words ahora. Supongo que no correré el riesgo.