Con la salida de Nier automata y en próximas semanas el estreno de la película de Ghost in the shell en live action se me ha venido a la mente reflexionar superficialmente el atractivo que tenemos por este tipo de obras de ficción. Los temas que abordan son evidentes como la idea polémica pero irónicamente aún alejada pero que incomoda a algunas personas sobre la posibilidad de crear seres semejantes a nosotros, vida mecánica con una consciencia artificial. Un tema bastante recurrente en la ficción pero que nos sigue maravillando tales hipótesis aun si son profecías lejanas.
El atractivo de este tipo de obras de ficción es que siempre de un modo u otro fungen para reflexionar quiénes somos en verdad y generalmente las máquinas y androides suelen ser nuestros dobles, nuestros pensamientos más ocultos e inquietantes de lo que nos define como humanos más allá de ser personajes de ficción. Y es que cómo no encontrarles atractivo cuando la pregunta fundamental de ¿qué es el humano en esencia? resulta ser innata, siempre nos vamos a preguntar qué somos y claro, que no mejor forma de hacer introspectiva con una posible creación artificial donde refleje tanto nuestras virtudes como vilezas.
Pero este romance aparentemente moderno tiene la misma edad que las religiones primitivas. La idea de que un ser superior nos creó a su semejanza y que tiene las respuestas es un tronco en común en cualquier tribu antigua o civilización. En si, esta vieja idea se hace moderna cuando quitamos a Dios de por medio y el rol lo toma ahora el humano naciendo la maravillosa frase de “estamos jugando a ser dioses”
En 1819 una joven mujer de apenas 19 años creó una obra literaria que vendría a ser el antecedente de este tipo de temas, pero, ¿a quién me refiero? Mary Shelley creó “El moderno prometeo” o mejor conocido para nuestra cultura popular “Frankenstein” novela en teoría terrorífica pero en esencia más filosófica que otra cosa aunque es una filosofía sencilla, amena y relatada en un estilo narrativo epistolar romántico de su tiempo.
Esta obra habla de la idea de crear un ser artificial similar a nosotros. Si bien este tipo de ficción de crear seres por medio del poder humano no era inédita pues desde los tiempos en que la alquimia estaba de en boca en boca se hablaba de darle vida a objetos inanimados como el famoso mito de “El golem” sin embargo su gran diferencia recae en darle vida a un ser que razona y siente similar al humano, de hecho, una réplica humana en esencia pero deforme en su apariencia. La polémica recae en que el rol de Dios pasa en turno al humano (su creador de nombre Victor frankenstein) es el responsable de una nueva creación artificial que tiene sentimientos y ha logrado evolucionar en inteligencia.
Una novela de vaticinio en vez de terror pero marcando una tendencia que se iba a proyectar en posteriores obras de ficción ahora basadas en las posibilidades de la ciencia del siglo XX como lo serían los relatos de Isaac Asimov sobre la dualidad mecánica-humana nuevamente con intenciones de vaticinio pero a su vez de introspectiva preguntándonos que nos hacía humanos.
Cada autor ha tenido su propia forma de proyectar estas inquietudes. Si bien el asunto de una posible hipótesis de que la inteligencia artificial logre tener consciencia como la del humano abriría la posibilidad de que nos desafiaran. Y es que esta paranoia colectiva está justificada precisamente porque la inteligencia artificial sería un reflejo de nosotros pues al fin al cabo buscamos libertad pero también intereses en común. ¿Qué nos haría pensar que máquinas sumamente inteligentes serían sumisas a nuestros caprichos? El hecho de que fueran similares a nosotros exigirían derechos similares así como el monstruo que fabricó Frankeisten exigía derecho y virtudes igual que la de un ser humano aún sabiendo que era una creación artificial.
Si bien mentadas hipótesis están muy lejos de ser cercanas pues como diría Alan Turing para ver una inteligencia artificial similar a nosotros todavía falta un par de siglos. Pero en lo que evoluciona la tecnología y aumenta la dependencia de ella de momento nos debemos de conformar que este tipo de obras de ficción son más de la introspectiva humana según el autor pues en esencia no sabemos como sería un ser artificial capaz de tener conciencia salvo la de vaticinar pero siempre serán tan atractivas para nosotros pues revelan nuestras inquietudes de quiénes somos.
¿Y ustedes, qué obras de ficción sea de anime, literatura, cine etcétera que traten de estos temas recomiendan o quieren hablar? Invito que por favor compartan sus experiencias con este tipo de ciencia ficción tan muy en boca en boca.
