Así es, Bethesda una de las desarrolladoras más importantes y poderosas de la industria está hasta las pelotas con Sony y su estúpida política anti-crossplay, por lo que le ha puesto un ultimátum de que si no accede al crossplay pronto la consola Play 4 podría quedarse sin el próximo juego de Bethesda, Elder Scrolls Legends.
Este ultimátum se debe debido al rotundo éxito que ha tenido el crossplay entre MS y Nintendo compañias con las que Bethesda guarda una excelente relación, con juegos como Fortnite, Rocket League, Minecraft y próximamente Fallout 76.
Los piperos dirán "para que queremos un juego de cartas" pero cuidado con eso, ya que nos guste o no el crossplay y los juegos en línea son el futuro (y el presente tal vez) de los videojuegos por lo que no duden que más desarrolladoras se subirán al barco y tal vez tengan la misma actitud que Bethesda.