Bungie llegó a un acuerdo con Activision, de modo que continuarán como un estudio independiente mientras mantienen el control de sus franquicias y además podrán afectar el precio que tendrán sus juegos.
Este trato es muy similar al que Zampella y West, los antiguos jefes de Infinity Ward, querían obtener de Activision, poco tiempo antes de que abandonaran el estudio para formar uno con más libertades.
Ya sea que Activision lo vea como una jugada para limpiar su imagen o simplemente por el excelente negocio que será tener a un famoso estudio como este de su lado, es un excelente trato para Bungie.
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