François Sénéchaud, vocero de la Cruz Roja, declaró en una entrevista con BBC News que, dado que los videojuegos cada día son más "realistas", deberían acatar los términos establecidos en los Convenios de Ginebra para humanizar la guerra.
En concreto, señaló que muchos juegos recompensan a los jugadores por realizar actos que en la realidad son considerados un crimen de guerra y tienen como consecuencia un proceso de juicio internacional. Por ejemplo, refirió situaciones como torturar prisioneros, matar civiles y robar placas de identificación.
Los Convenios de Ginebra son una serie de normas internacionales que buscan regular los conflictos bélicos y humanizar la guerra. Estos tratados internacionales fueron creados con el propósito de minimizar la devastación de la guerra en civiles y soldados. Contemplan una serie de normas y medidas sobre el trato que deben recibir los heridos, los prisioneros de guerra y los civiles en el campo de batalla.
El reporte, sin embargo, también recopila la opinión de desarrolladores. Por ejemplo, Marek Spanel, presidente de Bohemia Interactive, habló sobre cómo en ARMA, juegos de simulación de combate que su compañía publica, introdujeron un sistema para evitar que los jugadores dispararan a todo lo que se moviera y sólo se concentraran en sus objetivos: tus propios aliados te atacan si haces algo indebido. El temor de Sénéchaud, sin embargo, es que sea muy difícil distinguir la diferencia entre montaje en video real y el montaje de un videojuego. Entre más apegados sean los juegos a la realidad, argumentó, mayor es la necesidad de incluirlos en las reglas del conflicto.
Mientras tanto, en Estados Unidos recientemente se suscitó una polémica debido a una acta sobre violencia en videojuegos que busca averiguar si provocan comportamientos agresivos. La medida, sin embargo, fue criticada como un intento de extorsión a la industria.
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