J-Level #42: Abuso de franquicia

Licenciatarios que aprenden a no matar a la gallina de los huevos de oro


Sísifo, rey de Éfira e hijo del dios Eolo (no, no era el hijo del papá... ése Éolo pertenece a la mitología de YouTube, no a la griega), era mala onda y avaricioso; incluso robaba y mataba para seguir enriqueciéndose, y se enorgullecía de su astucia. Cuando llegó por él Tánatos (dios conocido en la actualidad por motes como 'El payaso' y 'La voladora'), se las ingenió para encadenarlo e impedir que se lo llevara, hasta que tuvo que intervenir Ares, quien con sus deliciosos sabores y harto de que nadie muriera en sus guerras, liberó al dios de la muerte para que por fin se llevara al molesto Sísifo al infierno. Pero este peculiar antihéroe engañó de nuevo a los dioses; antes de morir, le encargó a su esposa que no se deshiciera de su cadáver en sacrificio, logrando así que se quedara atorado en el río Estigia en su camino al infierno y engatuzó a Perséfone, convenciéndola de que lo dejara volver al mundo de los vivos para darle unas cachetadas a su esposa porque no cumplía con sus deberes. Por supuesto, una vez fuera, se peló, hasta que Hermes fue por él de las orejas y lo regresó al infierno. Para que aprendiera la lección, Zeus le impuso un castigo peculiar: el rey Sísifo se vio obligado a empujar una roca gigante cuesta arriba en una colina, pero su destino era quedarse sin fuerzas

[p]cada vez que estaba a punto de llegar a la cima y la piedra rodaba hasta el principio, así que tenía que empezar otra vez, y la fórmula se repitió hasta la eternidad. El giro en su castigo es que lo dejan ciego, por lo que nunca sabe cuánto le falta para llegar hasta arriba.

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Este mito griego ha sido interpretado de muchas formas por varios filósofos a través de la historia, como en el ensayo El mito de Sisífo, de Albert Camus (échenle una leída, que está interesante). Y justamente la interpretación del escritor francés es la que más me agrada; la vida, me permito resumirle, tras reflexionar profundamente sobre ella, uno sólo puede concluir que es insignificante, sin embargo, estamos aquí; aunque parezca opción lógica terminar con la vida de uno mismo (después de todo la vida es insignificante), hay algo por lo que debemos permanecer; estamos condenados, sí, pero la perspectiva es lo que nos hace vivir de manera diferente tal condena (de cualquier manera, no tenemos otro lugar adónde ir).

Keiji Kiriya es un soldado novato de la United Defense Force, quien combate a los Mimic, invasores que misteriosamente llegaron a la Tierra. En su primera batalla es asesinado, pero por razones desconocidas, despierta y se da cuenta de que no ha vuelto a la vida, sino que ha regresado a vivir el mismo día en que fue asesinado, quedando atrapado en un circuito temporal donde, cada vez que muere, vuelve a vivir el mismo día una y otra vez; aunque su destino es morir, cada vez aprende algo que no olvida al comenzar de nuevo, convirtiéndose así en el mejor de los soldados. Sin embargo, Kiriya, lo que más desea, es escapar de ese circuito.

Tal es la historia en All You Need is Kill ('todo lo que necesitas es matar'), una novela del japonés Hiroshi Sakurazaka, publicada en Japón en 2004 por Shueisha y en 2009 en inglés por Viz Media. Sí, esta historia suena a lo que sucede en la película Groundhog Day (Ramis, 1993) y en la novela Starship Troopers (Heinlein, 1959); y no hay que rascarle mucho, ya que Sakurazaka ha admitido influencia de ambas obras, así como de la película de dibujos animados Urusei Yatsura 2: Beautiful Dreamer (Oshii, 1984) y la novela japonesa Turn (Kitamura, 2000), que narra la historia de Maki, una pintora que es atropellada por un camión y, al despertar, aparece en su habitación en un mundo donde únicamente existe ella y cada 24 horas experimenta su muerte y renace para vivir lo mismo una y otra vez (esta novela se adaptó a película en 2001 bajo el mismo nombre, dirigida por Hideyuki Hirayama). A mí me recordó a la reciente Source Code (Jones, 2011), donde Colter Stevens, un piloto del ejército de Estados Unidos, después de estrellar su helicóptero en Afganistán, despierta atrapado en una cápsula extraña, recibiendo instrucciones de sus superiores mediante un intercomunicador para encontrar a un terrorista que pone una bomba en un tren en Chicago, dentro de un lapso de ocho minutos que puede vivir una y otra vez.

En 2010 se confirmó que All You Need is Kill sería adaptada por Hollywood para la versión cinematográfica, y que Doug Liman, quien dirigió The Bourn Identity (2002) se encargaría del proyecto. La buena nueva es que Brad Pitt podría ser el protagonista de la historia. Y digo buenas porque, independientemente de los celos de naturaleza joliesca y anistonesca que le pueda tener a sus pectorales inflados y a su increíble peinado, es un actor que se ha ganado mi respeto, sobre todo con su papel en Inglorious Basterds (Tarantino, 2009). Además lo veremos en el protagónico de la adaptación a cine de World War Z, que no se hubiera realizado sin su billete, así que nomás por eso me entusiasma All You Need is Kill, que podría llegar en 2012 o 2013.

Y hablando de adaptaciones (y aprovechando que mencionamos brevemente a Urusei Yatsura), se confirmó que una de las máximas obras de Rumiko Takahashi, Ranma 1/2 (1987 en historieta, 1989 en dibujos animados) será adaptada en una telenovela de dos horas con actores de carne y hueso (¡y qué carne!), cuyos protagonistas serán Keito Kaku y Natsuna Watanabe (Kei Kishimoto en la adaptación cinematográfica de Gantz), en el papel de Ranma chico y Ranma chica, respectivamente. Producida por la NHK, esta telenovela se transmitirá en Japón en diciembre de 2011.

Pícale al 2 para escapar de tu situación sísifea (o encararla como campeón) y ver cómo las compañías destruyen sus creaciones para luego pedir perdón.

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