Call of Duty no debería ser tan importante y eso es lamentable

Microsoft y Sony están cegados por la franquicia multimillonaria y parece que nada más les importa


A pesar de sus desacuerdos, Microsoft, Sony y los reguladores concuerdan en algo: Call of Duty es muy importante para la industria. No por nada es la manzana de la discordia en la compra de Activision Blizzard. Esto se entiende, pues hablamos de unas de las franquicias con mayor impacto mediático y comercial del mercado. Sin embargo, Microsoft y Sony parecen totalmente cegados por esa mina de oro, por ese monstruo que han alimentado por años y que ahora es el motivo de su intensa guerra ante las autoridades.

Incluso da la impresión de que Call of Duty es lo único que les importa de Activision Blizzard, uno de los desarrolladores y distribuidores con más legado en el sector. Esto cuando por años nos han bombardeado con discursos sobre la riqueza de la industria y acerca de tomar riesgos en busca de la innovación.

En este sentido, ¿de verdad Call of Duty es tan relevante como para que PlayStation menosprecie sus franquicias y el talento de sus estudios? ¿O para que Xbox gane tanto terreno ante su rival con sólo tener la saga en sus manos? La realidad es que la franquicia no debería ser tan importante, al menos no como para que gigantes de la industria se peleen a muerte como si no hubiera más.

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Activision Blizzard es más que Call of Duty

Antes de seguir, es importante aclarar algo: la importancia y el legado de Call of Duty son indiscutibles. Después de todo, se ha ganado su popularidad y su éxito por méritos propios desde 2003. Es una de las franquicias económicamente más relevantes de la industria y, por supuesto, el máximo referente de los FPS. La cuestión es que Activision Blizzard tiene mucho más en sus manos.

La desarrolladora cuenta actualmente con 30 oficinas repartidas en todo el mundo y ha trabajado con más de 40 franquicias sobresalientes. El acuerdo con Microsoft implica sagas de la talla de Crash Bandicoot y Spyro the Dragon, que fueron muy importantes para los inicios de PlayStation y el desarrollo de la marca. También están Tony Hawk's Pro Skater y Guitar Hero, y ni que decir de Diablo, Warcraft, Starcraft, Overwatch y más sagas de Blizzard que tienen un gran valor histórico y sentimental para los jugadores. Pese a esto, se ha dicho poco o nada sobre ellas durante las negociaciones, como si no fueran importantes ni para las empresas, los desarrolladores ni los fans.

Call of Duty es tan inmenso que puede opacar al resto de Activision Blizzard por un simple motivo: es un superventas que imprime dinero y que es indispensable para los buenos resultados financieros de la compañía. Para poner esto en perspectiva, basta con recordar que Call of Duty: Modern Warfare II generó $1000 MDD en tan sólo 10 días. Con ello compitió al tú por tú con los lanzamientos más importantes de otras industrias como el cine y la música.

Activision Blizzard no se reduce a Call of Duty
Activision Blizzard no se reduce a Call of Duty

De ahí que Activision Blizzard tenga una maquinaria imparable para mantener activa la franquicia cada año: Treyarch, Infinity Ward, Sledgehammer Games, Raven Software, High Moon Studios, Demonware, Beenox y más estudios se han dedicado parcialmente o por completo a Call of Duty.

Para mayo de 2022, tenía a 3000 empleados en sus filas trabajando en algo relacionado con la saga. Dicha cifra representa el 31% de toda la plantilla laboral de Activision Blizzard y casi la mitad de sus aproximadamente 6800 desarrolladores. Esto sucede mientras varias de sus icónicas sagas están moribundas o totalmente enterradas en el olvido. A la vez, estudios como Toys for Bob han tenido que dejar de lado sus ideas para trabajar en Call of Duty como estudio de apoyo.

Las exigencias para mantener su flujo anual de lanzamientos y las ganancias continuas han cobrado factura en varias formas. Para empezar, han generado ciclos de desarrollo problemáticos, donde los estudios no pueden tomarse un verdadero respiro para replantearse las cosas, seguir innovando y llevar la saga a un nuevo peldaño. Call of Duty se ha quedado en su zona de confort a pesar de que tiene todo lo necesario para ir más allá. No por nada se ha hablado de su declive en varias ocasiones durante los últimos años.

Además, este ritmo frenético de desarrollo también ha provocado oleadas de despidos y polémicas laborales que impactan directamente en los creadores. Pese a ello, Call of Duty es imparable y, al parecer, Activision Blizzard hará de todo para mantener su maquinaria bien engrasada, aunque para eso tengan que sacrificar parte de su legado.

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Sony y Microsoft están cegados por la franquicia

Durante los últimos meses, hemos escuchado todo tipo de argumentos en contra y a favor de la compra de Activision Blizzard. Sin embargo, la mayoría giran en torno a Call of Duty por obvias razones: es la gallina de los huevos de oro que todos quieren tener. Parece que es el único tema que importa y eso resulta decepcionante. Sobre todo por la guerra de declaraciones absurdas entre Microsoft y Sony.

Por su lado, los dueños de Xbox le restaron importancia a la franquicia y fingieron ante la FTC no conocer el impacto que tiene en la industria. También argumentaron que los jugadores de Call of Duty no son especiales ni únicos en términos de gastos frente a fans de otras IP.

Por si fuera poco, recalcaron que la saga no es lo más importante de la compra para ellos, cuando en realidad las cosas están más que claras: tener Call of Duty les da bastante ventaja frente a PlayStation. Microsoft lo sabe a la perfección y no dudará en aprovechar al máximo ese golpe de afecto. Mientras tanto, no se cansa de decir que todo es a favor de los jugadores, e incluso lo imprimió a plana completa en periódicos de Reino Unido.

Luego está Sony, que afirmó que quedarse sin la franquicia dañará irremediablemente a sus exclusivos por la pérdida de ingresos y hará que muchos jugadores abandonen sus consolas por las de Xbox. También señaló que Call of Duty es algo único que no puede tener rival. Incluso dijo que Battlefield no es capaz de hacerle frente. La compañía japonesa no sólo menospreció a la saga de EA, pues también les dio la espalda a sus estudios y a sus franquicias. Mientras sus jugadores le piden a gritos el regreso de SOCOM, Killzone y Resistance, Sony simplemente las mantiene enterradas porque cree que no pueden hacer nada ante Call of Duty.

PlayStation prefiere darle la espalda a su legado
PlayStation prefiere darle la espalda a su legado

Dónde quedó ese PlayStation de Shawn Layden que insistía en que la esencia de la marca era tomar riesgos, apoyar todo tipo de producciones y empujar los límites de sus estudios por medio de la creatividad, la innovación y la tecnología. Sí, puede que al final haya sido simple palabrería, pero Jim Ryan se ha esforzado por deteriorar la reputación de la marca e incluso su relación con Activision Blizzard con tal de no perder Call of Duty y sus ingresos. PlayStation simplemente le ha dado demasiada importancia a la franquicia a lo largo de los años y ahora no le queda de otra que atenerse a la decisión de los reguladores.

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La saga de Activision tiene tanto peso en la industria que Sony y Microsoft la usaron como arma para defender sus intereses a costa de todo. Qué más da si para ello tienen que menospreciar su legado y todo lo que han construido a lo largo de los años. O si tienen que excluir de la conversación a las franquicias que han marcado la vida de varias generaciones de jugadores.

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Todo sea por Call of Duty

¿Acaso a la industria no le parece alarmante que una sola IP pueda tener tanto peso como para mover los hilos de 2 grandes del mercado? Más cuando es un superventas que no necesariamente empuja los límites de los videojuegos más allá ni innova gracias a sus enormes valores de producción. Call of Duty es todo un fenómeno social y sí, puede que sea irremplazable en términos comerciales, pero la realidad es que no deja de ser una franquicia anual cada vez más desgastada que, en ocasiones, parece sólo aspirar a ganar premios a mejor audio.

Los fans veteranos saben que Activision ha jugado a la segura con Call of Duty. No siempre toma los riesgos necesarios para ofrecer esos instantes memorables que hicieron a la franquicia lo que es ahora. A veces, incluso se apoya de más en la nostalgia para inyectarle un poco de emoción a una experiencia que, para algunos, ya es un tanto gris y trillada. Incluso en sus peores momentos, la saga no ha dejado de ser una máquina imparable de imprimir dinero y, tristemente, parece que sólo en eso radica su valor para las compañías: generar ganancias para perpetuar y aferrarse a una fórmula que funciona, pero que no apuesta por ir más allá. Así pues, es desalentador que Sony y Microsoft formen todo un circo con tal de no perder o ganar el control de la saga.

Call of Duty también es muy importante para las cadenas de minoristas y sus ventas. Por más de una década ha conservado la corona como la franquicia más vendida cada año, al menos en Estados Unidos, uno de los mercados más importantes. Su importancia es tal que incluso algunas tiendas alertaron a sus clientes sobre la adquisición de Activision por Microsoft, que tendrá el control de la serie en un futuro cercano. Por todo esto, no deja de ser preocupante que algunos de los principales actores de la industria le den tanta prioridad a la franquicia por encima de todo lo demás.

Pese a sus altibajos, no deja de ser una mina de oro
Pese a sus altibajos, no deja de ser una mina de oro

¿Por qué tantas cosas dependen de Call of Duty? Sí, es un pilar de la industria, pero pareciera que las compañías no tienen un plan B o que se sienten perdidas si se quedan sin sus ventas y su cuota de mercado. Eso refleja en parte el estado actual de la industria y la ambición de sus directivos, que no se cansan de asegurar que los jugadores y los desarrolladores son lo primero.

Al final, Call of Duty seguirá creciendo con el respaldo de Activision Blizzard y se volverá aún más gigantesco cuando Microsoft cumpla sus promesas de llevarlo a más sistemas y servicios. El problema no es la popularidad y masividad de la franquicia, sino que las compañías no duden en sacrificar todo por ella en una industria verdaderamente rica.

Video: Sony y Microsoft cegados por Call of Duty

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