Seamus Blackley, cocreador del primer Xbox, comentó recientemente que el control original de la consola —hoy conocido como Duke— era "vergonzosamente enorme". Sin embargo, a Microsoft no le importó y decidió lanzar el mando de todas maneras.
En una serie de tweets, el exdesarrollador confesó que el control no era de su agrado, pero nunca pudo hacer algo al respecto debido su falta de influencia dentro de la compañía. "Ellos ignoraron las pruebas focales", afirmó. De acuerdo con Blackley, Microsoft contrató un distribuidor incapaz de fabricar pequeños electrónicos, y por eso tuvo que diseñar un mando tan grande que "es posible aterrizar un helicóptero sobre él".
Asimismo, explicó que en aquel momento su principal influencia era el Dreamcast —algo que ya había mencionado hace unos meses—, y que los japoneses se alarmaron con el tamaño del primer control. Después admitió que hay mucha gente a la que le gustan los controles grandes, pero también señaló que el plástico necesario para su producción "equivale a un tanque de [gasolina] premium".
Para finalizar, el creador dijo que lamentaba haber hablado tanto sobre el Duke, pero aseguró que era algo necesario, pues en su timepo recibió "mucha m***da" por eso.
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