Xbox consiguió su más reciente éxito en el lugar menos esperado: la PlayStation Store de Sony. Algunos de sus antiguos exclusivos, como Sea of Thieves y Grounded, han dominado la lista de los juegos más vendidos para PlayStation 5 durante las últimas semanas.
Para muchos, el cambio de estrategia de Microsoft fue una muestra de debilidad ante su principal competidor en el mercado de hardware. Para otros, fue un ajuste de rumbo necesario para alejarse de la llamada guerra de consolas y la competencia de exclusivos, donde pocas veces ha logrado sobresalir ante Sony.
La realidad es que la decisión va más allá de todo eso, pues impacta en la estrategia de ambas compañías a corto y largo plazo. En el caso de Microsoft, impulsa una nueva era para Xbox y hace realidad un plan que ha estado construyendo durante años, cuyo objetivo es ganar presencia en el ecosistema de sus rivales a toda costa.
La estrategia multiplataforma de Xbox luce prometedora
Xbox ha batallado durante años para construir una identidad y un sólido catálogo de juegos. Después de intentar competir contra PlayStation en el terreno de las venta de consolas y títulos exclusivos, decidió cambiar de planes. Para ello, se inspiró en una estrategia que le ha funcionado muy bien a Microsoft en otras industrias: apostar por un ecosistema cada vez más abierto.
Desde hace años, sabemos que Xbox quiere tener presencia en el mayor número de dispositivos posible. Para ello, era necesario derribar barreras y dejar parcialmente de lado esa competencia tan directa contra PlayStation y el enfoque centrado en los exclusivos. Ahora bien, Xbox dio algunos de sus mejores juegos a la competencia, ¿qué recibirá a cambio? En realidad, ya está obteniendo lo que buscaba. Gracias a su nueva visión multiplataforma, Microsoft ahora puede expandir la influencia de Xbox como marca. Además, ha ganado presencia y terreno en el ecosistema de sus rivales.
La ejecución del plan acaba de iniciar y, al parecer, ha tenido resultados aceptables. Pentiment, Hi-Fi RUSH, Grounded y Sea of Thieves tuvieron una buena recepción en PlayStation 5. Algunos de estos títulos dominaron la lista de preventas en la PlayStation Store, y compitieron contra importantes lanzamientos exclusivos como Stellar Blade.
Por otro lado, 7 de los 25 juegos más vendidos en PlayStation 5 son franquicias y títulos desarrollados por estudios que ahora están en manos de Xbox. De esta forma, ha ganado visibilidad y presencia en la industria en general. A esto se refería Sarah Bond, presidenta de la compañía, cuando afirmó que "cada pantalla es un Xbox", estrategia que busca que la marca tenga presencia en todas partes, sin importar el hardware.
Por supuesto, Satya Nadella, presidente de Microsoft, está más que contento con los resultados. Por fin están captando a esos millones de clientes potenciales a los que no llegaban. Por tal motivo, se entiende que el directivo haya elogiado recientemente la estrategia multiplataforma de Xbox y que Phil Spencer, jefe de Microsoft Gaming, no descarte la posibilidad de llevar más de sus juegos a otros sistemas.
Por las malas, Microsoft ha entendido que difícilmente sobresaldrá en el mercado de las ventas de consolas. Ni siquiera con excelentes servicios como Xbox Game Pass ha logrado disparar sus números en hardware, que recientemente cayeron drásticamente 31%. No podrá hacer que los jugadores compren un Xbox, pero sí que disfruten sus juegos en cualquier lugar, lo que mantendrá a la marca relevante y como una de las fuerzas dominantes de la industria durante los próximos años.
Después de todo, Microsoft es uno de los editores más grandes en la actualidad gracias a adquisiciones como las de Bethesda y Activision Blizzard. En una era en la que hay una guerra por el contenido, su dominio en el software le da mucho poder, incluso en las plataformas rivales. Al final, el contenido es y seguirá siendo el rey. Quien lo tenga en sus manos puede liderar la industria y ganar batallas donde compañías consolidadas —pero de menor escala— tienen las de perder, por obvias razones.
Por supuesto, PlayStation tiene un envidiable catálogo de juegos y franquicias que ha construido a lo largo de las décadas. Sin embargo, es evidente que los bolsillos de Sony no podrán competir con los de Microsoft en el momento de captar más contenido. Al final, el gigante tecnológico está cambiando el juego y llevando la competencia a una guerra que la compañía japonesa no puede ganar, al menos no en términos financieros.
Eso sí, Xbox debe ser cuidadoso y no repetir movimientos como el recién anunciado cierre de Tango Gameworks y Arkane Austin, pues implica poner en riesgo franquicias muy queridas y contenido que puede ser atractivo para muchos jugadores. Como uno de los mayores editores, tiene mucha más responsabilidad en la industria, por lo que no puede desechar como si nada a equipos de desarrolladores talentosos.
La nueva estrategia garantiza el futuro de Xbox a largo plazo y le da la oportunidad de expandir su negocio más allá del modelo que PlayStation y Nintendo han seguido durante décadas. El siguiente paso es más que obvio: nos guste o no, Xbox seguirá creciendo con más estudios y franquicias, lo que inevitablemente hará que más de sus juegos lleguen a los sistemas de sus rivales, que se han esforzado por mantener acotados sus ecosistemas.
Anteriormente se especuló con el posible debut de Xbox Game Pass en PlayStation y Nintendo, algo que aún suena irreal debido a todas sus implicaciones comerciales y de impacto de marca. Sin embargo, ¿acaso es el siguiente plan de Microsoft? Actualmente tiene más presencia que nunca en los ecosistemas de sus competidores. La llegada de sus juegos a otros sistemas podría ser sólo el inicio de una inserción aún mayor.
Dicho esto, sus títulos son una especie de Caballo de Troya que entra en el fuerte enemigo para permearlo poco a poco y ganar cada vez más presencia. Si bien el éxito de sus juegos no garantiza que los usuarios de PlayStation 5 voltearán a ver todas las bondades de Xbox, es un hecho que Microsoft captará muchos más clientes de lo que le permite su ecosistema actual. Existe la posibilidad de que uno que otro usuario se acerque a la marca y a servicios como Xbox Game Pass tras disfrutar alguno de sus juegos en PlayStation 5.
Por otro lado, el poder de Microsoft en cuanto al software forzará a que Sony sea más abierto respecto a su tecnología. Sabemos que la compañía puso trabas a los dueños de Xbox para tener acceso a los kits de desarrollo de PlayStation 5, lo que ha impedido que algunos juegos —como Minecraft— tengan un port nativo. Xbox tiene franquicias tan importantes en sus manos que, tarde o temprano, todos darán su brazo a torcer para tener mejores negociaciones y no perderse importantes lanzamientos. Esto será fundamental para la próxima generación.
La industria cambia de forma vertiginosa y la idea de ecosistemas mucho más abiertos no es descabellada, sobre todo si consideramos la falta de balance general que existe y las dificultades por las que atraviesan importantes empresas, entre ellas, PlayStation.
Al final, la apuesta de Xbox y Microsoft siempre ha sido abarcar más allá del mercado de consolas, que es limitado para sus ambiciones y no ha registrado un crecimiento exponencial para la marca durante los últimos años. Lo que necesitan las compañías para mantener activa su maquinaria y amortiguar sus inversiones millonarias son justamente nuevos clientes y, para llegar a ellos, deben eliminar el mayor número de barreras posible, incluso si eso implica dar un golpe a su negocio de hardware y a su identidad.
De acuerdo con reportes recientes, Microsoft apostará todo por la estrategia multiplataforma. Fuentes afirman que incluso podría llevar sus sagas más icónicas a PlayStation, lo que abriría una nueva era para la marca y la industria en general. Por otro lado, esta estrategia no se limita al sector de las consolas. Microsoft también tiene la mira puesta en el mercado de los móviles, donde ha hecho lo posible para consolidar servicios como Xbox Game Pass, Xbox Cloud Gaming y sus aplicaciones en más lugares, incluyendo los ecosistemas de Apple y Google.
En cuanto al proyecto enfocado en los juegos móviles, la compra de Activision Blizzard King es fundamental. Se dice que Xbox se expandirá con una nueva tienda para móviles, que bien podría ser una forma de ganar presencia en los entornos de dichas compañías que dominan el mercado.
PlayStation se beneficia pero, ¿puede hacer algo para competir?
Los juegos de Xbox le vinieron como anillo al dedo a PlayStation. A corto plazo, son un beneficio porque la división de videojuegos de Sony pasa por una crisis. Sus grandes producciones tardan demasiado en llegar y este año sus estudios prácticamente no tienen algo confirmado.
Por otra parte, Xbox tiene algo que PlayStation quiere, pero que no ha conseguido pese a sus esfuerzos: juegos como servicio sólidos y exitosos. Es la pieza que Sony necesitaba para complementar el ya atractivo catálogo de juegos de PlayStation 5, conformado por exclusivos tanto propios como de terceros.
En este sentido, Microsoft contribuyó a llenar su calendario con lanzamientos antes de la temporada fuerte de anuncios y, además, dejó claro que los jugadores de PlayStation también están sedientos de experiencias como Sea of Thieves y Grounded. Por supuesto, se trata de un negocio que beneficia a ambas compañías, pero Sony no puede simplemente dormirse en sus laureles y seguir con la misma estrategia para siempre.
Continuamente presiona a Xbox al hacer exclusivos destacados juegos de terceros y al ofrecer atractivos títulos first-party que se han convertido en el sello de la marca. Sin embargo, es evidente que tiene que cambiar para volver a la buena racha, sobre todo tras todos los problemas recientes, el tropiezo con los juegos como servicio y el cambio de mando después de la salida de Jim Ryan.
PlayStation inició apenas su etapa de expansión a PC con resultados moderados y grandes escándalos como la polémica de Helldivers 2. Sus planes para los móviles siguen en pañales y no se ve para cuándo se posicionará en este sector. Además, parece poco probable que Sony abra tanto las puertas de PlayStation como para llevar sus exclusivos a las consolas de la competencia y expanda su marca insignia, tal como Microsoft hizo recientemente.
Como hemos comentado en otros artículos, la obsesión de Sony por las grandes producciones y el llamado crecimiento orgánico ha frenado su diversificación. En este sentido, PlayStation debe encontrar alternativas para expandirse ahora que su principal competidor tiene en la mira otro horizonte que es aún más ambicioso.
Aunque la cartera de Microsoft es inmensa y le permite considerar prácticamente cualquier adquisición, Sony tiene sus propios recursos y activos que puede aprovechar para competir de manera efectiva. Esto podría implicar asociaciones estratégicas, inversiones en tecnología emergente o la exploración de nuevos modelos de negocio dentro del ecosistema de PlayStation. Sin embargo, es muy importante que adopte una estrategia cada vez más flexible y que, por supuesto, esté centrada en los jugadores.
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