Review

Dark Souls

Una relación ambivalente con el peligro
LEVELUP 9.2 Excelente

PROS:

El excelente diseño del desafío hace que, de aceptarlo, la aventura estará llena de momentos intensos y emocionantes

Ambientación sumamente envolvente

El combate es perfecto y dominarlo brinda gran satisfacción

Mundo gigantesco para explorar con plena libertad

CONS:

Si no se está preparado, el excesivo desafío puede provocar desesperación y dejarlo a un lado

Gráficas inconsistentes, en momentos muy detalladas y en otros, mediocres

Te puedes extraviar muy fácilmente

El entretenimiento del pixel es fascinante, más que hace veinte años, pero con excepción de algunas obras maestras, la tendencia reciente nos lleva de la mano para aprender y acostumbrarnos a cada aspecto de un juego. Dark Souls no pierde el tiempo en explicaciones, tu primer encuentro con un jefe sucede a los diez minutos de comenzar; cuando apenas aprendiste las nociones básicas del combate, te ataca por sorpresa, es colosal y usa un enorme mazo que reduce tu salud a la mitad con un golpe. No es una batalla que debas perder, tienes las herramientas para salir victorioso y se espera que lo hagas, si es tu idea es iniciar la verdadera aventura.

La extenuante dificultad te empuja a mirar con recelo a Dark Souls, pero a pesar de la controversia, es una de las principales armas de seducción con las que podría atraparte. En muchos aspectos es un antídoto para aquellos desilusionados por el estado actual de los videojuegos, pero no se trata de una reliquia arcaica ni retrógrada, al contrario, se erige como un ejemplo de diseño e ingenio moderno; en él tendrás que trabajar arduamente para obtener una recompensa, pero la dificultad no te castiga para beneplácito de los desarrolladores, intenta probar que las mayores satisfacciones se obtienen de un gran esfuerzo.

Si la muerte impartiera clases de superación personal, Dark Souls sería su método de enseñanza
Si la muerte impartiera clases de superación personal, Dark Souls sería su método de enseñanza

Podemos calificarlo como brutal y despiadado, pero no hay algo perverso ni injusto en la dificultad de Dark Souls, incluso podría argumentarse que el desafío no es lo extraordinario, sino el nivel de concentración y destreza requeridos a nosotros, los jugadores. La razón es que la mayoría de enemigos puede matarte con un par de golpes, y no son pocos los que te aniquilan con uno. Devolverles la cortesía es relativamente sencillo, aún a criaturas gigantescas, siempre y cuando conserves la calma y te mantengas atento al entorno y a las habilidades de tu oponente. Al final, son raras las muertes banales, si sucumbes es completamente tu culpa, sea porque no evadiste a tiempo, no te preocupaste por tu equipo, o no pusiste atención al vigor de tu personaje. Y aunque el juego peca de someterte a hambruna de información en casi todo sentido, el tutorial brinda elementos suficientes para sobrevivir.

Dark Souls está construido sobre un sofisticado y táctico esquema de combate que contrario a la regla, se compone de un puñado de movimientos básicos sumamente precisos y son estas las razones de su complejidad. No hacen falta los combos ni el despliegue de habilidades sobrehumanas, emplear certeramente ese limitado repertorio es suficiente para dominar cualquier pelea. No es que sea sencillo, la fragilidad del personaje obliga a considerar cuánto dura el ataque de un arma, su desgaste y bajo cuáles circunstancias es mejor bloquear en lugar de rodar y evadir. Es una comparación extraña, pero bajo estas circunstancias, guarda más similitud con los títulos de pelea que con otras propuestas de acción, pues debes leer los movimientos de cada oponente, calcular tu posición y ejecutar ataques en perfecta sincronía.

El mundo de Dark Souls está repleto de impactantes escenarios de fantasía, espeluznantes cavernas y majestuosas e intrincadas ciudadelas, a diferencia de Oblivion que es una extensa superficie plana
El mundo de Dark Souls está repleto de impactantes escenarios de fantasía, espeluznantes cavernas y majestuosas e intrincadas ciudadelas, a diferencia de Oblivion que es una extensa superficie plana

Si prefieres concentrarte en el uso de magia y poderes curativos, o simplemente obtener mayor capacidad de maniobra a costa de la protección de una armadura, lo único que tienes que hacer es cambiar de vestimenta y armamento. Y es que aun cuando tienes opción de elegir un estereotipo al inicio de la aventura, no hay clases en el sentido tradicional, tú defines el rol del personaje conforme subes de nivel. Los atributos que puedes incrementar son importantes, pero nunca puedes esconderte detrás de ellos, no importa lo poderoso que seas, todos los enemigos son capaces de brindarte una muerte rápida si te descuidas.

Es difícil evitar las comparaciones con Demon’s Souls, el ancestro espiritual de Dark Souls, después de todo comparten la misma esencia, pero en esta secuela indirecta las animaciones y el combate son considerablemente más fluidos, además de mejor balanceados. La diferencia es que Dark Souls se desarrolla en un enorme mundo abierto, y no es que puedas salir de paseo en un imponente corcel, sino que todo está interconectado en áreas que debes descubrir y explorar, sin ningún tipo de guía. El diseño de escenario tiene un toque masoquista, y te darás cuenta más de una vez de que la entrada a los calabozos más difíciles está ubicada a unos pasos de la ruta para principiantes. La ironía es que el camino sencillo no siempre es el correcto, así que la única solución es prestarte a la libre exploración.

Con excepción de la penumbra en la Tumba de los Gigantes o las peligrosas caminatas en los castillos de Anor Londo, no hay injusticia en las muertes que padeces durante tu aventura
Con excepción de la penumbra en la Tumba de los Gigantes o las peligrosas caminatas en los castillos de Anor Londo, no hay injusticia en las muertes que padeces durante tu aventura

Encontrar el camino menos tormentoso es tu misión principal, y aprender cómo intersectan las diferentes zonas es de suma importancia, ya que aún si el mundo no es tan grande como en Elder Scroll IV: Oblivion, los escenarios son exageradamente más intrincados. Conforme avanzas, puedes desbloquear atajos que reducen drásticamente tus tiempos de traslado, pero dado que no hay mapa –de ningún tipo–, memorizar el modo de llegar de un punto a otro es parte integral de los desafíos. Es importante destacar la magnitud de la aventura, un recorrido convencional sin demasiados accidentes toma alrededor de 65 horas, sin incluir las zonas secretas, que por supuesto abundan. El mundo es tan vasto, que en tu búsqueda por armas y hechizos escondidos no sólo perderás de vista muchos parajes, es posible que jamás te enteres de su existencia.

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